A ‘ EL ADIOS A LA GRAN FAMILIA: •A. I MUCHAS MIS $■! aún pero sensitivas, percibieron la gran dulzura y encanto personal de Albita. Su tremenda sencillez, su presencia nítida y floresciente de dama sonorense: sentimental, dulce, con la sonrisa a flor de labio. Y Samuel por otra parte con su característica sencillez, con su profundo amor a los niños, inclinándose en su tremenda grandeza ante estas dos florecitas llenas de amor y de ilusiones. Gracias, muchas gracias a la gran pareja sonorense. Gracias por todas las atenciones que tributaron a Perlita y Lolita durante toda la campaña. Por los honores recibidos por la jerarquización de valores que se miden con el sentimiento más profundo que es origen y esencia de espíritus realmente sensitivos que demuestran así, su categoría y nitidez. Muchas gracias Albita, Muchas gracias Samuel por las atenciones, por los estímulos, por las satisfacciones recibidas. Gracias a nombre de Perlita y Lolita, dos pequeñas sonorenses que constataron una vez mas la firmeza, la reciedumbre y la categoría sentimental de esta oareja de insospechada alcurnia moral. El mérito se mide a través de los hechos, se sopesa a través de acciones valederas y aleccionadoras. Samuel y Albita han demostrado, con sus fecundos sentimientos, ser los representantes auténticos de los que habitamos esta tierra reseca e inhóspita físicamente hablando, pero -que se manifiesta, como en el hecho que nos ocupa, con florescientes y fulgurantes de luminosidad espiritual. Gracias Samuel. Muchas gracias Albita. CUANDO EL 25 DE JUNIO en Arivechi, nos despedimos todos, tomamos las fotografías que en los fines de campaña se imprimen, sentimos que, por el momento, todo había terminado. Todo aquel grupo bullente que formó la comitiva de Ocaña y que recorrió ia entidad por mas de cuatro meses se disgregaría ya. Muchos se quedarían, pero la mayoría se perdería pora siempre en muchos rincones polvosos y olvidados de la entidad. El camión de prensa, con la muchachada jubilosa de siempre trabajando incansablemente lo broma picante, la solidaridad humana más sublime. Formamos pues, como cada seis años una gran familia que se identificó, como siempre también, al final. Un hecho que se repite, pero que aprieta la garganta. La gran familia se dispersa una vez mas. Los nombres que empiezan o ser familiares, las anécdotas, los sonrisas, los abrazos impregnados de inquieta fecundidad. Todo oso con el candidato del PRI y con Albita, figuras también familiares, confundidos con los choferes de la comitiva, con los comisionados de la avanzada, con los responsables de la i iiB MIS IBB! propaganda de la campaña, con los maestros de ceremonias, con todos que llevaban a cabo una función vital y específica. Una gran familia indudablemente, afectuosa, unida, solidaria. Con ellas y gracias a estas personas tremendamente sensitivas, leales, inspiradas en un ideal, logramos el triunfo de Ocaña. Son los héroes anónimos, los nombres que se escapan, las personalidades que ahora se diluyen con la ausencia y con los codazos de los "audaces y los hábiles paro el truco y la intriga alevosa". Pero queda de todo esto el recuerdo dulce de la unidad y el sentimiento. Samuel "y Albita lo disfrutaron en mas de una ocasión. Perlita v Lolita, los dos amores de TIEMPO, estuvieron varias veces ocupando los lugares de honor. Niñas aún, no dejaron por eso de percatarse, de la tremenda trascendencia del acto cívico del que Sonora se encontraba atento. Niñas ir