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EL ECO

.... IN MEMCRIAM ....
Datos biográficos del ^Rev. Eduardo C. CDurray
<Por la Sra. Flora U). CDurray.
Fué hijo de un ministro Presbiteriano, nació en Mebane, N. C. Si el Señor le hubiera prolongado la vida por unos dias más, el 23 de nomiembre próximo pasado hubiera cumplido 44 años de edad.
Fué uno de los ocho hijos, de los cuales tres son ministros Presbiterianos y la cuarta hermana suya, es esposa de un misionero.
Después de haber terminado sus estudios en Davidson College, N. C., atravesó los mares para obedecer el llamado de su Patria yendo a tomar parte en la guerra mundial y permaneciendo en aquellas regiones por once meses, después de los cuales al volver a su país ingresó al Union Seminary en Richmond, Va.
Corno misionero ya, fué a trabajar a México laborando allá en la obra del Señor por doce años. Después de este tiempo y por motivo de su quebrantada salud regresó a San Antonio, Texas, donde estuvo por tres meses bajo cuidado del médico. Ya recuperado en gran parte pasó a hacerse cargo de la iglesia Presbiteriana de Raymondville, Texas.
Allí las condiciones y clima le fueron adversas y esto dió lugar a que se trasladara en unión de su familia a las mon
tañas del Estado de Virginia, y siempre con el propósito de seguir laborando en la viña del Señor en aquellos lugares; pero su corazón y mente estaban siempre muy cerca del pueblo mexicano a quien amó con interés profundo y marcada abnegación.
Tanto porque se sentía ser llamado por Dios para trabajar entre los mexicanos, como por la crisis financiera para sostenerse, fué que renunció a su pastorado en estos lugares y pensamos trasladarnos para Texas, diciendo él que prefería tener un trabajo secular y disponer del domingo para predicarles a los mexicanos, que dar todo su tiempo en otro pastorado.
Habiéndose conseguido el obrero suplente, nos decidimos a hacer nuestro cambio para Texas sin saber a cierto nuestro derrotero ni qué tareas vendríamos a desempeñar. El sentía que Dios lo había traído para trabajar y de acuerdo con sus deseos, ese llamamiento se cumplió muy efectivamente, pues él siempre reconoció que su deber era obedecer la voluntad divina con la plena confianza de que Dios lo guiaba.
Una semana después que llegamos a Texas, el Dr. S. B. McLane, le dirijió sus letras
dando por resultado final los arreglos y decisión para venir a trabajar en el Inst. Tex-Mex. donde pasamos el año escolar de 1936. Su trabajo entre los jóvenes mexicanos allí, llenólos deseos de su corazón desempeñando sus labores como mentor, como colaborador y como ministro del Evangelio, vigilando siempre la oportunidad para predicar las enseñanzas de Cristo en las iglesias de estos contornos que deseaban lograr su servicio tan voluntario.
En abril del presente año y ya terminado su trabajo escolar en Tex-Mex., e incorporado en la f alan je de obreros del Presbiterio México-Texano, se le a-signó la iglesia de Houston como campo de trabajo sintiendo así q’ Dios nuevamente lo llamaba a laborar en su Viña en la obra mexicana q’ él tanto amó.
Aquí fuimos felices, sí muy felices: personalmente esto lo he sentido más que en ninguna otra parte. Muchas grandes cosas había para nosotros que hacer aquí. Esta iglesia nos recibió con los brazos abiertos mostrando todos su fidelidad para sostener la obra por cuantos modos es posible, como lo hace una congregación que de veras ama a su Pastor. ¡Mucho hemos amado a estos her-
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