Torno I Ciudad Victoria, Tamj, regosto ;,i de 1909. Número 24. No se admite colaboración que no haya sido solicitada. No se devuelven originales, aun cuando no se publiquen. Se reparte gratis. l Centenario Para asuntos relativos á este quincenal, diríjanse al Director, esquina de las calles de Juárez y núm. 11. Se reparte graiis. ÓRGANO DE LA JUNTA CENTRAIS EN. EL ESTADO ■ PARA LA CELEBRACION DEL CENTENARIO DI. LA INDEPENDENCIA NACIONAL. Responsable. LIC. BALTASAR; GARCIA VERA. REPÚBLICA MEXICANA. Director y Redactor en Jef^T^AURO AGUIRRE ¡ESTADO DE TAMAULIPAS 1 ...............................t ÍV; - L-------------------------------- . ‘ ; en Ids ojos de J. Q. Adams. Veneramos el honor porque no es cosa efímera, sino virtud de antigua fecha siempre. Adorárnosle . hoy porque no es de hoy. Le amamos y rendimos homenaje porque no es un lazo tendido á nuestra admiración, porque nodepen-I de nEderivamásque de sí mismo, y porque de hecho tiene larga c ínflKi genealogía, hasta cuando se le halla eq/na persona joven. Impero que no se hablará más, en nuestros1 días, de esa vittud de conformidad á la opinión, ó de “consecuencia" en los principios. Confío que de hoy en adelante cubrirá el ridículo tales palabras. Ep vez del timbre anunciador de la comida, ó del ¿^¿-japonés, escuchemos el silbido espartano. No hagahios tantos cumplimientos ni gastemos tantas excusas. Un grandé hombre come á mi me- No deseo agradarle; aspiro á que él'desee agradarme á mí. En esta circunstancia, represento yo á la humanidad y si quiero representar la bondad de ella, quiero que ik sinceridad y la verdad ésten asimismo representadas. Reprendamos y afrontemos esa mediocridad almibarada, ese vulgar optimismo de la época; voceemos á la faz déla rutina, del Estado, del comercio, este hecho que S-'ldeduce de toda la Historia: que un gfan Pensador, un gran - que la !#ftor responsable obra portadas partes-“im hambre ' obra-* .jetentn- ‘ no j^rt^ce á unV.cpocá, aju.r 1 1 . " —--intos^-Je aquel donde se halla- a .1 donde permanece, allí se encuentra el centro de las cosas Don-gs«ta él, está la naturaleza; desde allí jnide á todos los hombres ¡II” 05 SUCeSOS- Ordm'‘ria™="te, las gentes que el mundo en-I Varamos, nos recuerdan otras. El verdadero carácter, el hombre I al, no recuerda á persona alguna; representa toja la creación Es Troque el hombre se arme de tanto valor, que lleguen á serle ^diferentes las circunstancias en que se encuentre. Cada hombre Verdadero es una causa, un país, una época. Son necesarios mucho Lempo, mucho espado y muchos hombres para que sus designios se Lean plenamente cumplidos;y la posteridad, como séquito de clien-| -s, parece marchar tras de sus pasos. Nace Césarjy para siglos en IT tenemos un imperio romano. Nace Jesucristo, y millones f «espíritus se adhieren tan perfectamente á su genio que se le TmdgCOn.la V“.tud y “n ,as mayores posibilidades’humanas I | msutucion es la sombra prolongada de un hombre Hiéranlo-monaquismo de Antonio el Eremita, la Reforma de Lulero el k 'fu Sm0Mm 1 e' ,UÍdÍSm0 de Wes,ey- ,a aborción ’de Cl|rkson. MiLon llama a Escipion cumbre de Roma- y toda h Ilusiona se resume fácilmente en la biografía de algunas graves v enteras personalidades. 6 Sepa ei hombre conocer su valor y dominar las cosas No ande l amWamente, vagamundeando de acá para allá, con apariencias T .mendicante, de bastardo, de intruso, en un mundo creado para Pewi el hombre.de la. calle, que no siente dentro de sí mismo W=rzf correspondiente á la que edificó esa torre ó esculpió i dios de marmol, siéntese pobre ante su contemplación Para ti palacio, una estatua, un libró precioso, ofrecen extraño aspecto |o si algo hubiesen de vedarle, como ese tren suntuoso que al |r parece decirle: "¿Quién es usted, caballero?" Y sin embargo I^esto solicita su atención, todo esto se ha hecho para que éí «pruebe, todo sedinjeá él y suplica para que sus facultades ven-1 á tomar posesión de ello. La pintura expuesta allí aguarda . veredicto, no es ella quien me lo impone; soy yo quien debe establecer su derecho á la alabanza. Aquella fábula popular del rústico imbécil recogido completa- EL grito va. Sretende el Señor Secjretario del Museo Nacional, que se rompa con la costumbre de da* el “Grito," por no ser las 11 de la noche del 15 de Septiembre, hora en que tal acto se verifica en todas partes, la hora verdaderamente histórica, pues se asegura que la madrugaba del 16 (5 a. m ) fué exactamente el momento en que la voz del apciano de Dolores se d^ó oír proclamando libertad y encendiendo el alma de los indígenas. El dicho del señor Secretario, dado á conocer por el mismo i señor á la Comisión Nacionll para la celebración del Centenario, llevado y traído por la prensa de la Metrópoli y por la de los Estados, ha producido la natural agitación de su importancia y los comentarios han volado de boca en boca, ace’ptando ó rechazando, pero no ha podido imponerle á la conciencia popular. He aquí como piensan algunos. La mayoría de los historiadores afirmad que D. Ignacio. Pérez y D. Juan Aldama, llegaron al pueblo de Dolores pasadagli media noche del 15, conduciendo la noticia de la delación que la Corregidora de Querétaro había dado a1 primero: si esto es exacto, es incuestionable que el Grito no pudo haber tenido luga, hora impuesta por la costi nada teniendo en consider; ción el instante precisamente instó: ico, . 1 z _ 1 _ : /4 A** 1 <1 ni o . sino que razones de otro ¡ drugada para mover un á : m. te uiS ¡1 p. ID. u^r^-nrri-TiT*-. .—. >bre para dar el Grito no .ué -icféf.... .. ■ ■ — - -- r ■ ‘ífgar determinado, diferentes ó disti ñero, como lo inapropiado de la nía- eblo al festejo, han señalado las 11 p. del 15 para que el acto en cuestión se verifique. El fin que la patriótica;Costumbre persigue, no es el de dar una lección histórica, sino el d