■ A TROZOS Y EL CRISTIANO y ¡ ¿Puede el cristiano tornar parte en la guerra y permanecer cristiano? ¿Puede servir en el eiiército o la marina? ¿Puede ayuda|r a surtirles de armas y municionas, sabiendo que éstas se destinan jpara matar, y Dios ha dicho, "Nc^ matarás**? Estas son cuestiones q|ue atormentan la conciencia de inuchos cristianos en estos días. Toda persona frente ex un problema de conciencia merece nuestra consideración y simpatía; tanto el gobierno como el público en general debe darles tiempo para resolverlo, y debe respetar su decisión; esto no quiere decir, desde luego, que el público y el gobierno quedan exentos de tomar las medidas que sean necesarias para salvaguardar los intereses de la patria; y en casos de individuos indiscretas, extasiadas o malequilibradas, las medidas suelen ser severas. Uno que elige sufrir por sus creencias y principios debe saber lo que hace, y no debe quejarse del precio que paga por el derecho. Si aspira a una corona de mártir, ¡que no sea mártir llorón, ni exhibicionista! Debe observar la misma regla del que hace obra de candad—no debe pregonarla. Asuntos de conciencia son asuntos privados, y Dios, que ve en secreto, dará el premio correspondiente. Pero, ¿qué sería de la patria, si una grande proporción de los habitantes tuviesen tales preocupaciones de conciencia? ¿Qué serio de las libertades conquistadas durante largas centurias, y a costa de sacrificios y sufrimientos y sangre? ¿Qué de las preciosas herencias de democracia, justicia y decencia, -que recibimos de nuestros EL HERALDO CRISTIANO Hemos estado mandando tarjetas postales y cartas avisando a los subscriptores del Heraldo Cristiano que sus subscripciones ya están vencidas y mucho apreciamos que nuestros hermanos pastores y demás personas nos contesten enviándonos nuevas subscripciones, y el dinero. ¿Cómo puede Ud. estar sin El Heraldo? El: Heraldo es el amigo que nos visita cada mes trayendo informaciones. y mensajes de instrucción cristiana ASTILLAS ta OUEBB*. antepasados, y que ellos obtuvieron a precios tan tremendos? ¿Hemos de orar, "Venga Tu -Reino/' y no hacer nada de nuestra parte para conservar los progresos hechos ya? ¿Es posible que uno no sienta responsabilidad alguna a este respecto? ¿Será esta la inttrpretacíón que le da la de-claraaón de Jesús: "Mi Reino no es de este mundo" (Juan 18-36); o las direcciones dadas en Mateo 5:39-48, "No resistáis el mal"? No dudemos por un momento de la autoridad y sabiduría de Jesús; estemos seguros que su programa es el único en que hay esperanza de una solución permanente y absoluta; pero Jesús reconocía la distinción entre la conducta del individuo en sus relaciones privadas, y su responsabilidad como miembro de la comunidad: "Dad al César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios." "No he venido a traer paz, sino espada." "El que tiene capa, véndala y compre espada." Muchos de los guerreros , más formidables de la historia odiaban la guena, pero, a semejanza del famoso Sargento York, cumplieron concienzudamente la parte que el destino y el deber les asignaba; se sintieron impelidos a defender, no a sus propios intereses y derechos, sino' los principios e ideales que la humanidad por miles de años ha estado luchando para establecer. Uno de aquellos principios, querido lector, le da el derecho de sostener opiniones completamente contrarias a las que aquí se expresan. Ben Ó. HUI La marcha del Heraldo Cristiano en Enero: ¿Está aquí su Iglesia?... La Trinidad 2 subs, nuevas y 18 renovadas, Austin 18 renovadas, Hillsboro 1 nueva y 2 renovadas, Houston 30 renovadas, Van Hom 1 renovada, El Paso 2 nuevas (El Mesías), Miami 1 renovada, Luxora, Ark. 1 nueva, Mission 9 nuevas y 2 renovadas, Floresville 1 nueva, San Marcos 12 renovadas, McAllen 4 renovadas, El Mesías (S. A.) 5 renovadas. Del Río 2 nuevas, Bra dy 1 renovada, Kenedy 13 renovadas, Georgetown 2 renovadas. Todavía nos faltan muchas subscripciones que renovar y nuevas subscripciones que recoger, pero necesitamos hacer trabajo personal y ver que cada familia de la congre gación tenga una subscripción. Quiero recibir testimonios en favor del Heraldo. ¿Le gusta? ¿Qué le parece? ¿Trae información de la obra en general? ¿Es útil para Ud.? Algunos testimonios los publicaremos en esta columna dé Informa- -ción. Apreciamos mucho la cooperación de los pastores y de la Comisión de Literatura. Amados hermanos, esta es una tarea que requiere esfuerzo. ¿Podremos contar con Ud. como amigo y propagador del Heraldo Cristiano? Díganoslo con subscripciones. F. Hamoe ------(o)---- ¡DIOS MIO, NO TENER MAS QUE DOS MANOS! Dios mío, no tener más que dos manos y un solo corazón, para la vidal Quisiera dar a todos los humanos, la piadosa ternura en mí escondida. Y ¿qué puedo, si no hay en mi palabra, la bondad eficaz de la hermosura, e inútilmente mi artificio labra, por sacar de lo amargo, la dulzura? Como espera a la luz, la noche negra, hay mucha gente que un amor reclama; ¿qué vale mi alegría si- no alegra, mi bien, si.su semilla no derrama? ¡Cuántas almas que aguardan taciturnas, la voz que las despierte de su pena; y cuántos corazones que son urnas que se abrirían a una mano buenal Y un pobre ser, ¿qué logra en este mundo? Apenas caminar su senda obscura. Sólo es útil el bien, sólo es fecundo, cuando llega caído de la altura. Vano es que quiera dar a los humanos, Ja piadosa ternura en mí escondida. ¡Dios mío, no tener más que dos manos, y un solo corazón para la vidal Pedro Miguel Obligado Página 7