I.-.. «—^leratóü (írístiann ^ “EL HERALDO CRISTIANO,'' Official organ of the Methodiet Church. Spanish Work in the Southweet. Editor, A. Ndftes. Contributing Editors: Eeeduiel Alviree, Raúl Salaiar, R- M. Dial, Eeaú P. Muhox. Rev. Frank Ramo*. Publiahed Monthly. Annual Subecription, 60e. Publication Office. T. O. Bux 4073, San Antonio, Texas. Entered a* second claea matter March 26, 103». at the poet office at El Paeo, Texas, under the Act of March 3. 137». NUMERO 265 SAN ANTONIO, TEXAS, MAYO DE 1942 EPOCA II. ....JI?!."..".— __! L LL1—__!™ ...- '■■■"■Li'!..!.! ---.!! 11.! - , 1 - ComeMioA, - ®ACE VARIOS años que leí una parábola en uno de los libros del escritor uruguayo, José Enrique Rodó. El corazón de la parábola era más o menos el siguiente: Una madre al contemplar su niño de unos cuantos años de edad y al pensar en las luchas y en los sufrimientos que le esperaban deseó con todo su corazón que su hijo no creciera. Según la parábola un mensajero de los dioses escuchó el ruego de la madre y le dijo que si ofrecía dos palomas ante el altar de los, dioses y repetía esa misma plegaria su oración sería contestada. La madre consiguió las palomas, ofreció la plegaria y la oración fué contestada: el niño nunca creció. Pasaron muchos años,, y en el día menos pensado, el niño aquél se hizo viejo, y le reprochó a su madre porque no había tenido ni niñez ni juventud. Le dijo que no le importaba que hubiera sufrido y que hubiera tenido tentaciones y derrotas, pero que sin duda habría tenido también alegrías y victorias. De seguro que en nuestros días en los corazones y en las mentes de muchas madres hay # el deseo de que sus hijos no crezcan. Con gran razón el insigne escritor Ramón de Campoamor dijo, que el sentía más ganas de llorar al contemplar la cuna de un recien nacido que en la tumba de uno que había dejado de existir. Pero la vida real en contraste con la ficción, sigue su curso, y los niños se hacen jóvenes y los jóvenes viejos. De todas las edades sin duda la más hermosa es la juventud. Porque es en la primavera de la vida cuando todo sonríe, es el tiempo de los ideales y de los ensueños. El joven que no tiene ideales el que no aspira a una vida mejor está muerto. Un *gran problema se presenta ante la juventud de nuestros días. ¿Qué se le puede ofrecer? ¿Cual es el futuro? ¿No es cierto que el futuro se nos presenta preñado de negros nubarrones? ¿Podremos descubrir siquiera un rayo de luz en este horizonte tan negro? Yo creo que sí. Aunque se necesita ser un optimista y sobre todo un idealista. Y cuando decimos cristiano hemos dicho todo, todo verdadero cristiano es un optimista. Yo no puedo creer que Cristo Jesus desesperara. El mensaje para la juventud, de nuestros días no debe de ser uno de resignación ante lo inevitable sino uno de esperanza en lo futuro. Los ingleses tienen un hermoso lema durante esta terrible crisis: "Siempre existirá una Inglaterra". Sí, siempre existirá úna Patria. Y la esperanza de esos jóvenes ingleses expresada también en esa inspiradora frase, "algún día, habrá flores y pájaros en los Página 2 blancos acantilados de Dover", esa esperanza y ese optimismo debe de ser el nuestro. Algún día se presentará la oportunidad, no tanto de morir por la patria como el vivir por ella, lo cual es más grande y más glorioso. Hace unos cuantos días que se reunieron en una ciudad del estado de Delaware algunas personas con el único objeto de considerar los problemas que surgirán después de la guerra y tratar de encontrar los principios para una paz duradera. Muchas veces se ha dicho que el mundo estaba tan impreparado para una guerra en 1914, como para la paz en 1918. Porque a menos que los estadistas estudien bien las bases y los principios de una paz duradera el presente holocausto de la juventud será en vano. Necesitamos solamente leer los informes imparciales que nos llegan de vez en cuando de Francia para comprender la triste situación en que se encuentra esa nación y por ende todas las naciones que están bajo la bota férrea del totalitarismo. De una manera negativa, Francia derrotada, nos da una gran lección: que a menos de que una paz sea inspirada en principios cristianos, no podrá ser una paz duradera. Si la paz fracasa después de esta guerra, tan seguro como la noche sigue al día, habrá otra guerra, y, qué difícil será entonces, llamar a las juventudes a que se vuelva a sacrificar en el campo de batalla! Las recientes palabras de un gran pensador protestante, Alberto Rembao, nos dan una idea del rumbo que se debe de seguir en lo futuro: "El heroísmo y el amor a la libertad de que están dando muestras los chinos, los filipinos, y los javaneses, y los indios, servirá para curar a los blancos imperialistas en general/ y a los imperialistas en particular, de su enfermedad anticristiana de su supertición de superioridad blanca que va contra los postulados fundamentales de la religión del Dios de Jesucristo, que según se nos dice en las Escrituras Sagradas, hizo a las naciones y a los pueblos y a las gentes de una misma sangre ... " Y cuando esto suceda entonces la oración del joven Jesús, será cumplida: "Venga tu reino." Y precisamente por ese ideal del reino, el joven Jesús dio su vida. Después de pensarlo mucho de rebuscar en la literatura y en la historia un ejemplo para que sirva de inspiración a la juventud, hemos llegado a la conclusión que el único que podemos presentar con toda la confianza es el joven Cristo Jesús, El es nuestro ejemplo y El sigue siendo nuestra inspiración - A. R. M. ficih en i son a ce bier aflic pon< los ( tar । efec mos que reme mos de : sus en 1 ra. f nen, de 1 es p proa nade de n urgei secre asun plica sia r igual que < sobre fluen< Y ap pregt ro pe notah el sei tarea mueri hered pecul acere nes fi aurar palpo eso o. v con forma Porgu 7< ha di TUESDAY, MAY 4 2004