A Esperar el Año. ■—Qni’hiibo don 'Raymundo! ¿Cómo van los males? ¿Qué dice el trabajo? Ya usté ni platica, ni habla, ni contesta dende que el muchacho se amarró en el pueblo de Tepccuacuilco a l’hija del maistro, en la fiesta aquella de la pastorela de’n ca* don Ulalio. Usté ya di’a tiro nos echó al olvido, nos echó al tapanco. Ya ni nos pregunta cómo van las cosas, cómo anda el volado, qué tal van las siembras, cómo están las vacas, cómo está el rebaño. ¡Nada, don Raymundo! Dende aquel suceso quedó usté tan ancho, quFa los probes bn.jas. antes sus amigos, '* nos mandó en ca’el diablo. —Pero hombre, don Beño! ¡Dios me favorezca sólo de pensarlo! ‘ — Yo a usté, don Benito, -bajo mi palabra,-yo a usté lo quiero harto. Y ora mismamente m’iba pa* su casa m’iba yo a buscarlo, pa’ver si se viene, con todo y su vieja. a esperar el año. ¡Andele, don Beño, tráigase su banco, y aquí que la Nacha nos haga un mondongo medio sancochado, y unos biñuelitos, y con dos cuartillas que nos merque un trago. ¡Andele, compadre! Venga a emborracharse pa’esperar el año. —Sí, señor Raymundo, bien hay que esperarlo. A ver si Dios quiere que el año que viene es pa’emparejarnos: pa’ver si acompleto lo de mis vaquitas, lo de mi rebaño, lo de mi maicito, lo de mis frijoles, lo de mis garbanzos. —Pues y yo, compadre. ¡Tanto que he sufridoá . ¡Lo que me he atrasado! —Y por qué motivo, dígame, don Beño? —Pues por el sufragio, I or la democracia, por toda esa bola de cosas________________¡qué diablo! que a naide interesan y que. a todos juntos nos han amolado. Todo lo que pasa; los robos, las hambres, los asesinatos, la peste del tifo---¡no le quepa duda! es por el sufragio, es por el sufragio que predican esos, esos que se llaman revolucionarios. —Quiera Dios, compadre, quiera el cielo santo, que en el año nuevo tengamos trabajo. No más Maderitos! ¡No más Panchos Villas! ¡No más Venustianos! —Pues ándele apriesa, tráigase su banco, .7 y aquí que la Nacha nos haga un mondongo medio sancochado, y unos biñuelitos, y con tres cuartillas que nos merque un trago, pa'beber tranquilos, pa’esperar el año. TIBERIO. Año Nuevo, Vida Igual “Ano nuevo, vida nueva”, reza el adagio vulgar por éso, al soplar del año la última racha invernal, toda se vuelve propósitos de enmienda, la humanidad. El adorador de Baco protesta no beber más, y no apostar otro peso el esclavo de Birján: y así sucesivamente, los de aquí, los de acullá y todos los que en el globo son inmenso colmenar, piensan mandar sus defectos, como en carrera triunfal, metidos en la maleta de cada año que se va----- Pero todo observador No bay que hacernos Ilusiones: “Año nuevo, vida igual”, siempre con pena verá que del ya vetusto adagio ha hecho la humanidad un trueca tintas que reza: “Año nuevo, vida igual.” Y para mostrar de plano la fuerza de esta verdad ahí van dos botoncitos como muestra nada más. En el año dieciséis, que ya en las puertas está, ¿prescindirá Venustiano el simple de legislar con su método art nouveau y pre-constitucional? ¿Prescindirá .de despojos el partido carrancTán? ¿Dejará Wilson de ser gran amante de la paz____? Urueta, don. Luis Cabrera, Pela ichini y Zurbarán. con el manto de la patria dejarán de comerciar?. ¿ No matará Pancho Villa, ni Escudero beberá, ni “Rip-Rip” hará periódicos. —aunque los hace muy mal,— ni la. basura de México en el éter flotará; ni cada vulgar ratero se llamará “general?”---- DESIDERIO.