Nombre" porque "le muter fe» creado • cause del Hombre". Una mujer sujete • su marido como Dios manda, siempre lo respeta, siempre lo honra, siempre le ee fiel. A eea falte de sujeción ee evidente que se ha debido mucho la disolución de muchos hogares bajo diferentes caminos lamentables que han sembrado de luto, ligrimas y miseria a una sociedad. Recuerdo haber leído una histeria común de la vida diaria: Hallaron a un hombre joven sentado en el bordillo de una callejuela, medio loco, con sus manos llenas de sangre, gritando desaforadamente, con los ojos desorbitados. Bu frase persistente era: "si elle no Hubiera ido, si elle no Hubiere ido. el elle no Hubiera ido." Lo tomaron y lo llevaron al hospital, cuando volvió en sí contó su triste historia. H le había pedido a su esposa que no fuera al teatro. Bin embargo, biso caso omiso de la orden de su marido y salló hada aquel lugar; cuando iba a cruzar la calle frente al teatro por coincidencia su esposo pasaba por el mismo lugar; día apuró su paso con ten reala fortuna que un carro que venía a gran velocidad la arrolló violentamente. Bu esposo corrió hada los despojos de su mujer amada, la había estrechado contra su pecho y había perdido la raaón. En aquel instante corrió como loco, gritando esa sola frase: "si tile no Hubiera ido. si ella no Hubiera ido..." Por una nimia circunstancia, ir al teatro, haciendo caso omiso de una petición de a quien debía sujeción, sucedió un horrible y cruento accidente. El otro principio de San Pablo es: “Hijos, obedeced a vuestros padres.” Hay muchas ratones sin duda para este conducta. Algunos han dicho que una es porque obedecer a los padres es justo. Otros han asegurado que además es un mandamiento. A mí me guste pensar que es porque la obediencia filial honra. Se dice que un adolescente recibió de sus padres la orden de no ir a cierto lugar porque no les parecía a ellos que era conveniente. Un amigo del joven al encontrarlo paseando por el parque lo invitó justamente a ir a ese lugar «r compañía de sus hermanos mayores tíos. El joven le respondió en presen de los demás que sus padres se lo ha*,hm prohibido. Uno de los adultos le aseguró que sus padres nada sabrían. Y él les respondió: “Ellos no lo sabrán; pero yo sí lo sé." Más tarde uno de esos adultos fue a la casa del joven y contó la historia, y el padre sonriendo de satisfacción sólo dijo: "¡Asi ee mi Hijol" Y cuánto significó aquella fells declaración: “(así ee de honrado! ¡cuánto me honro con enor En cambio la desobediencia siempre ha traído consecuencias tristes, vergüenza, pena y sufrimiento. Yo era muy pequeño cuando sucedió algo que me quedó grabado muy hondamente. En un teatro estaban exhibiendo una película de gran interte para loe muchachos, titulada: "El Tren Arrollador". Recuerdo bien que cientos de muchachos salieron desde temprano a goear de semejante espectáculo. Horas después la radio informaba que ti teatro se había incendiado y había heridos y muertos por montones. Con la noticia salieron muchos padres, hermanos mayores, etc., corriendo por las canes hada el sitio de la catástrofe. Por la noche regresaron a sus casas trayendo los cuerpos de muchos niños y joven-citos. Cerca de mi casa asistí al velorio de uno de ellos. Oí a la madre de aquel amlgtdto decir repetidas veces, cada ves que alguien le expresaba su pesar: “yo le dije que no fuera", “yo le dije que no fuera". "¿Qué habría hecho él si hubiera podido oír esto que decía su madre?" ¡Llorar con ella! La desobediencia trae vergüenza. Leí una vez que un padre se propuso enmendar a su hijo desobediente despertando en él un alto sentido de honor. Lo llamó y le mostró una tabla donde escribió: “Este es mi conducta." Luego la llenó de clavos. Después la colgó en la pared y le dijo a su hijo: "Todas las veces que obedezcas una orden sacaré un clavo. 81 no, todos leerán quién eres." El muchacho se sintió impresionado y se convirtió de veras en un muchacho obediente. Cada ves que obedecía una orden el padre con sumo gusto sacaba un clavo. Después de un tiempo todos los clavos estaban fuera. El día que sacó el último clavo, el padre ceremoniosamente nevó a su hijo y le dijo: "No hay ni un solo clavo." Pero el muchacho se echó a llorar amargamente. “¿Por qué Doras?" le preguntó su padre, “¡no hay ni un solo clavo!" "Así es... padre; pero han quedado los huecos." ¡Ah... la obediencia en cambio siempre rinde buenos resultados, honra, despierte confianza, enorgullece y dignifica! Yo creo verdaderamente que estos principios producen pos en el hogar: el amor del esposo, la sujeción de la mujer, la obediencia de los hijos. Cosas que no son comunes, por supuesto, pero que justamente son normas de toda familia cristiana... Un prominente autor moderno ha dicho: "Haste que no comprendemos le necesidad de le mutua comunión ...no habrá pos en ti mundo." IL WOOA1 CMISTIAHO El Apóstol Pedro recomienda a las mujeres una vida consagrada y el buen uso de la lengua como medios eficaces para ganar a sus esposos inconversos. Muchas veces la mala manera de actuar y de vivir de lee esposas hace que los esposos endurezcan sus corazones para la obra del Señor. Hoy el hogar moderno ee una tremenda tragedia; y ¿qué diremos del hogar formado por una persona cristiana y otra que no lo es? Hay muchas amarguras en los bogares de hoy, y por más que ti cristiano se esfuerce por ganar a su compañero, muchas veces no logra hacerlo y siguen las cocas como siempre. La ruina de un hogar no viene de repente. Es como la polilla en el norte de Chile, va actuando poco a poco, hasta que toda la casa se cae. Tampoco la santidad de una vida aparece de la noche a la mañana; es un largo proceso, lento, pero seguro. Tanto la ruina como la construcción de un hogar son resultados de un proceso largo. Veamos los puntos débiles que nos Uevan al fracaso en el hogar, así como también los puntos fuertes que nos dan la victoria. Z. Loe Puntos Hábiles. 1. El mal uso de la lengua. Con razón el escritor sagrado nos dice: "Así también, la lengua es un miembro pequeño, y se gloria de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego ¡cuán grande bosque • Pastor de la Primera Iglesia Bautista de Valparaíso. Chile. IL HO6A1 CRISTIANO Ganando a un Esposo Inconverso Por Oscar Docmac* 1 Pedro 8:1,2. enciende!" (Santiago 3:5). Los pecados de la lengua son muchos: a) La ira, el enojo, el mal genio, la soberbia. Todos estos son pecados graves que afectan a la salvación de los inconversos. A veces algunos se protegen tras su mal carácter diciendo: "Pero si estoy enfermo de los nervios, y no hay que provocarme." La lengua es el miembro más difícil de gobernar, y precisamente la ira es el pecado que nos acompaña hasta el sepulcro. Y si hacemos un balance del pasado veremos lo que nunca hablamos pensado antes: que el 90% de todos nuestros fracasos y problemas han venido de este 1 pecado. “Si mi esposa se va al cielo, pastor, yo prefiero irme al infierno", me decía un buen esposo, a quien la ira y ti mal genio de su esposa le impedían dar el paso para seguir al Señor. Yo ful una vez a visitar un hogar donde hay un creyente. La esposa es católica, y buena católica. Ella se quejó delante de mí de que su esposo tenia mal genio y se enojaba rápidamente. El, sentado a mi lado, admitió, y empeló a llorar. “Muchas veces he tratado de dominarme, pero fracaso”, me dijo. Yo lo invité a orar. Oró y lloró amargamente, pidiendo al Señor que le quitara esa ira. Después me dirigí a su esposa y le hablé de sus necesidades espirituales. Escuchó atentamente, y cuando era el tiempo preciso, la invité a orar repitiendo mis palabras. Accedió y Doró y fue salvada. Tenia mucho gozo en su corazón. Hoy ambos están felices, b) El chisme. El hablar mal de todo el mundo es una costumbre muy f