T.\ SoMitnA r:: Viente.______________ .■—, .1. .. un i ii m nnu-— "*- ¿Que ser divino era’aquor? ¿laa un augol ó era un hombre? ¿Kra un Dios, ó era Luzbel? ¿Ali vision no tiene nombre? ¡Ah! nombre tiene, era El.. .irroja centellM do sus lucientes ojos; s;dt.i de iiinin en rtiniii como si iutiiii. ju-ruóte do comentes iniiidtns de cleetrici-la.l, extiende sus ulu agitadas en iuce-siinte movimiento; riici sus plumas, que parecen ex'mlnr mm gran combustion; empolla si'.s himv. s en un extaab misterioso; vw'lit Y vuela, en pos do ln luz^a. las alturas; atina su garganta, y ensena su la- solmlad de los bosques á,cantar a sus hijuelos eu mi gm'geo infinito quy inund i de urinomas los aires, .v el movimiento qut' agito sus idas, y el caloi qtw l neiei.de su sangre y la electiicidad que sacude sus nervios, y el arpa que lleva escondida en su garganta, y el genio ly inspira sus cánticos, y la llama de la vi-, da que arde en su breve y delicado cuei-p'o es el amor, sí, el eterno amor de la naturaleza. La alondra, cuando al nacer el sol levanta su vuelo a lo infinito, va impulsada-por el amor, la golondiina cuando corta con sus negras alas rápidamente los aires, busca sus amores; elrui- ü«1 y estlelh, TOal,n al yñor. ena.^1 su cántico melancólico, que va creciendo en notas dulcísimas* como si quisiera herir los cielos, canta, canta su amor, y la palpitación de ese amor conmueve, como si su corazón fuese: inmenso, los aires. ;0h! El amor sostiene las estrellas.en lo ' atmósfera sobre la tierra, la moi&ui/pegad.. á la rool&ula, eorien-l’ de el gran horno cíe la vida, el luego, ábre Los séres va en su inmensa catarata, que viene de Dios á todos los seres; dilatada extiende la luz en la inmensidad; derrama en su inagotable copa las semillas de todas las cosas, y palpita siempre uno, siempre idéntico,' en el seno de la creación. 1 . Emilio Castelar. EL AMOR. Lt bu que baja del cielo, que inunda ven s:i purísima vida toda la creación. e> amor, sí, el amor universal, feeun-dando la Üor, el ave, el agua, todas las cosas que se sienten heridas y animadas por su fuego. ... La tlor tiembla, sacude sus petalos palpitantes de placer, y arroja sobre la tierra la semilla, tributo de su amor. Los seres iuorgínieos unen sus moléculas v hierven abrasados p-or la electricidad", que es el delirio del amor de la naturaleza. La luna vá siguiendo á la tierra y la tierna se regocija cuando el sol L_ ¿ . ..V " . rededor de Dios como la mariposa en tomo de la llama, y los espacios son el inmenso lecho de amor de los mundos. [ a astro manda á otro astro en el rayo de luz su ósculo de amor. El aire se suspende sobre la tierra, le cuenta sus amores en sus murmullos, le pinta ilu- . , sienes en sus azules horizontes, le em -1 infinito, la a papa con su rocío; y 1.. . do su vida y trasformándolo en él amor se puebla de floridos arboles. ocultos en la gota de agua, en el grano de su polvo, se reproducen y se aumentan al impulso de su amor. Las man-posas rompen su larva, extienden sus alas, y celebran sus amores con la flor, cuvos aromas las embriagan de placer. Állá, en el fondo de las cavernas, el león, el tigre, el magestuoso elefante se entregan á sus amores, y sus hembras cuidan de sus hijuelos con el 'celoso espíritu de la maternidad, que se dibuja en ¡a Irz de sus ojos. El agua va corriendo sobre la tierra, retratando al cielo, vara producir flores en su amor. El ave cincela su nido en la copa del árbol; ¡ nemos SETIS'LTOS. ANIVERSARIO . Hoy celebra nuestra Sociedad el prb mer aniversario de sa institución, como se verá por el boleto de convite que po’ á continuación: