La Agonía de los Coyotes -DESDE JAUJA.- Estimado amigo mió: Ningún decreto de los lanzados hasta hoy por el Primer Jefe ha causado la impresión simpática que el relativo a las casas de cambio, expedido en Querétaro a principios del año. Vale la pena dedicarle integra esta mi décima-séptima cartai Cito el punto de la expedición para que veas cómo Don Venus aprovecha el tiempo en la otra expedición: en Jauja. El hombre es incansable para formular decretos, todos tendiendo a defender “los intereses públicos," muletilla que invariablemente consta en cada una de sus altas disposiciones. Naturalmente no falta en el nuevo decreto la declaración franca de que las casas de cambio son “Negociaciones que especulan inmoderadamente con la fluctuación de valores nacionales, no deteniéndose para conseguirlo ante los medios mas reprobables, y entre los cuales explotan preferentemente la propalación de noticias falsas con grave perjuicio de los intereses públicos.” Después de este democrático soplamocos a los cambistas, del cual no se libran los corredores "Que causan perjuicios similares a los que las casas de cambio ocasionan,” también con daño de “los intereses públicos,” vienen los requisitos indispensables para el funcionamiento de estas oficinas. Se requiere autorización de la Secretaría de Hacienda; el capital no ha de ser menor de cien mil pesos, si bien no se especifica la clase de moneda: es preciso depositar en la Tesorería General de la nación diez mil pesos oro nacional como garantía del pago de multas que se impondrán en caso de contravención al decreto, multas que serán de cien a mil pesos, también en oro nacional, y los impuestos con que esas casas sean gravadas, igualmente han de pagarse en oro nacional. Ahí tienes a brochazo gordo la sintesis de la nueva disposición. Como notarás, el oro nacional—que aqui no se ve por ninguna parte— aparece por donde quiera en el decreto. Ni depósitos, ni multas, ni impuestos se arreglan en bilimbiques. sin embargo de lo cual ésta es en Jauja la moneda de forzosa circulación, y ¡ayl del que rehúse admitirla. Esta repulsa es de exclusivo privilegio del Gobierno de facto, como el decreto lo confirma. Ya imaginarás con qué júbilo se ha recibido esta disposición por los cambistas. Nada digo de los corredores, porque no habrá sino el número que para el buen servicio señale la Secretaria de Hacienda, y una vez cubierta la cifra, los demás, en pro de "los intereses públicos," se dedicarán a vender botones con retratos del Primer Jefe para lucirlos en las solapas, o a comerciar con vidrios de aumento para ver el paso de Venus por el disco del sol. Lo que más ha encantado es la medida de previsión por parte de este paternal Gobierno. Antaño, nos hubiéramos caído de bruces atacados de síncope, al saber que se exigía un depósito previo de diez mil pesos para garantizar multas; pero ahora nada nos sorprende, y antes bien lo vemos todo como fiel expresión de las reformas prometidas en el Plan de Guadalupe. Diez mil pesos oro nacional, apenas implica sacrificio aprontar desde luego esta bagatela, además de los cien mil representan cinco mil dollars, y no pesos que como mínimum necesita cada casa para abrirse al público, sobre todo sabiéndose que el Gobierno, después de tomarse la molestia de vigilar fondos ajenos, no cobra comisión de caja, contra lo usado por banqueros avarientos y tacaños. Algunos pedantes con ribetes de ecónomos encuentran que es opera-: ción bursátil desacertada dejar inmovilizados en la Tesorería Nacional diez mil pesos oro por tiempo indefinido, sin producir interés, porque empleados esos fondos en cualquier negocio algún rédito se obtendría. Pero es que no se detienen a pensar en que ¿se tiempo no ha de ser indefinido, puesto que disminuirá la suma con las multas, las cuales vendrán de seguro, porque viciados como están los cambistas en usar “los medios más reprobables” no abandonarán su sistema, y en una docena de infracciones—que para ellos equivaldrá a otra "decena trágica”—los diez mil pesos pasarán a poder del Gobierno de facto. Porque éste no ha de ser tan cicatero para aplicar multas de a cien, pudiendo aplicarlas de a mil. De manera que el importe por intereses no es de tomarse en cuenta. Tampoco se fijan estos Limantoures de papel mascado en que diez mil pesos oro nacional son muy tentadores, y corren peligro de desaparecer de la noche a la mañana si en sus propias cajas los conservan los cambistas, porque para eso hay en el mundo ladrones y ganzúas. Todo esto se salva poniendo los diez mil en manos de nuestros regeneradores. Así el dinero está más seguro que un vaso sagrado, pues ya dieron pruebas del respeto a la propiedad. Se explicarían estas desconfianzas cuando predominaron los abominables científicos; pero hoy que prevalece la inmaculada democracia, es calumnia de pensamiento dudar de las seguridades que presta la Tesorería de la nación. 1 Bonita manera de corresponder a la liberalidad del Gobierno en facilitar sus arcas para guardar dinero ajeno 1 De pronto parece que cien mil pesos en la inversión y diez mil pesos oro nacional destinados a multas, es mucho dinero para un cambista; pero meditando un poco se cae en la cuenta de que ahora cualquier pelagatos que hace dos años llevaba al aire los juanetes y lucía fleco en los bajos traseros del pantalón, es poseedor de sumas muchísimo más crecidas. Hay. pues, que desechar esta preocupación. No falta quien sospeche que se tiende a suprimir de un golpe todas las casas de cambio existentes, a fin de que cubra el hueco exclusivamente algún favorito identificado con la causa, y para quien no rezará lo del depósito de diez mil, ni las demás franquicias del decreto; pero yo creo que esto no es sino malignidad de reaccionarios y traidores. Porque testimonios tenemos de cómo es íntegro el grupo depurador y cuánto se ha opuesto a los monopolios. Recuérdese su proyecto de establecer un solo Banco emisor en Jauja, dependiente del gobierno, garantizando su papel con las reservas metálicas de los Bancos que autorizó la dictadura, porque estos las han robado a las clases menesterosas y hay que castigarlos por tan criminal despojo con la incautación legalista. Dígase si con tales antecedentes hay derecho para exponer juicios temerarios. Por de pronto la medida de previsión sobre el depósito para garantizar multas, Jia despertado entusiasmo, y acabo de saber que inspirándose en tan sabia enseñanza gubernamental, un motorista se mandó hacer un par de maletas por si llegan a amputarle una pierna: un relojero ha encargado un ojo de crista! por si queda tuerto, por si 'le falta” la primera y se impone el divorcio. Tu amigo y compañero. SIL VERIO.