CON LOS ANTEOJOS AL REVES El pueblo.—¡Que viene la anarquía! .• Los otros.—Sí; pero viene muy lejos. madan lo que quieren; antes que el Sufragio viniera a parar en la supresión de los Clubs Políticos y que la Redentora recibiera su Pentecostés en forma de carta de Washington. Dado este final, no nos quedan de cinco afios de revuelta, de sangre y de angustia, sino dos cosas: los he., roísmos y las caricaturas. Algunos hombres extraordinarios, muertos, y algunas caricaturas notables, ya publicadas. En esto se resume la historia de la Revolución y la idiosincra-cia del pueblo: Saber morir y saber reir. Y riendo, riendo, México agoniza. Como ejemplo de esa adivinación de nuestros caricaturistas, Revista Mexl cana publica tres “dibujos proféticos' debidos a la pluma habilisima de Garcia Cabral;, condenado al destierro, como todo lo genuino nuestro, por los iconoclastas de hoy. Hemos celebrado los heroísmos, admirables para todos los hombres, y para todos los tiempos; no quedaría completa esta reseña de la Revolución sin recordar esta segunda faz de nuestro carácter, ya que, además, la risa de las líneas oculta la amargura de los temas, como en el más alto humorismo. El lo. de junio de 1911, antes de que D. Francisco I. Madero hiciera su entrada triunfal en México, cuando la imaginación popular no veía en él sino El Sufragio Efectivo y la No-Reelección, las dos piezas descompues tas en el rclox de la Nación, según García Cabral y cl Plan de San Luis, ya el caricaturista, como El Mañana, veían que no estaba la dificultad en sacar las piezas de la máquina, sino en volverla a armar, y nada más expresivo que la doble escena de "El Relojero Improvisado” para retro-tráernos al principio de estas aventuras de las que no vemos todavia la salida. Todo es exacto: la dedicación del improvisado componedor que suda y se oprime la cabeza en la exploración del misterio, a la que se entrega to talmente en la curva de la espalda y en la arruga del entrecejo. Y nada más cómico y doloroso a la vez que la sorpresa final, tras de tantos afanes. al encontrarse con que sobran piezas, qué todavia no se ajustan. El 22 de junio del mismo año de 1911, algo peor anunciaban los presagios de este humorismo prof ético; era cuando el General Reyes habia desembarcado, cuando las tres figu ras principales de la política. Madero, Reyes, de Ja Barra, se anunciaban como los candidatos para la próxima elección. Para ellos, no ciegos, sino algo peor: con la visión torcida, con la perspectiva especial que les daba a cada uno su popularidad y su esperanza de lograr el puesto, lo que significan los gemelos al revés, la situación era de poco peligro. Para el pueblo, la eterna víctima, la visión era espantosa, y mientras él sentía caer sobre su cabeza todo el horror de la sombra, de la matanza, del incendio y del saqueo, huellas tenebrosas de la Anarquía que tendía ya las garras y mostraba los colmillos, los :tres candidatos, inconcientes de la amenaza, la veían muy lejos. La tercera caricatura fué publicada el 7 de diciembre de 1911. Es una antítesis completa y el más triste comentario: a la vez, un dibujo excelente y cómico en todos sus detalles. El Gran Viejo tirano es un ogro, per» imponente, tiene los pies pesados, pero firmes, la actitud es de estabilidad completa, por haber exagerado las proporciones de anchura, para ampliar los brazos y reforzar las piernas. Todo ese peso sirve a su vez para sostener una “Matona” colosal.