E I, S E M B B A J) O R
EL SEMBRADOR--
Respetables Señoras y visitantes. Compañeros Seal bradores:
NOS HEMOS reunido en osla suntuosa finca de reciente construcción, de alegre aspecto y adecuada distribución al objeto para el que ha sido destinada, y lo será su ampliación -ya también próxima a concluirse—, con tranquila y muy higiénica ubicación a pesar de no estar muy retirada del centro, y que se denominará SANATORIO “DR. ORTIZ DE MONTEELA NO’"; nombre éste de su fundador, a la sazón Presidente de nuestro Club, quien realiza con esta benéfica Institución, un ideal acariciado desde hace ya algunos años, quizás desde cuando por su valer y prestigio como galeno, se captó las simpatías y el cariño de toda la sociedad saltillcnse y de millares de humildes a quienes desinteresadamente ha venido prestando sus valiosos servicios.
Llena esta obra una apremiante necesidad en esta Población, en la que tantas alternativas han sufrido otras de semejante linaje, —que anteriormente se habían instalado debido tal vez a su inconsistencia de origen, a la dispersión de actividades o a la falla de unidad cutre sus asociados. En esta ocasión la iniciativa privada se inspira en propósitos de servicio social perdurable, y nada menos que para inaugurarse las nobles e importantes labores que está llamado a desempeñar este Sanatorio, su titular y su digna compañera lo han puesto bajo la protección divina y han querido que los (pie a él vengan en pos de remedio a sus padecimientos, estén bajo las bendiciones celestiales con que acaba de ser consagrado.
El S-anaíorno del “Djt*. Ortíz de Moníelllano" siiguiiiifiica la reaIIjivacilón de un Ideal
Palabras del Lie. P. Aguirre Siller en la Sesión Extraordinaria del Club de Sembradores de Amistad de Saltillo, con motivo de la inauguración del Sanatorio "Dr. Orliz de Montellano" - - - - -
en la Eternidad. En el primer caso una enfermedad es como un simple accidente de la vida, es la fría aplicación del saber de parle del profesionista o el sórdido egoísmo; en el segundo es misión de apostolado y de amor al prójimo, pictórica de responsabilidades, en la (pie sobre la ética del médico está su elevado sentido de proyección hacia lo infinito.
La obra del Sr. Dr. Ortiz de Montellano se complementa, por otro lado, con su proyecto de dolar a esta clínica a medida tpic lo permitan las criticas circunstancias de este mundo convulsivo con todos los útiles, maquinaria e instrumentos que la ciencia y el adelanto aconsejan en los ramos de medicina general, cirugía, laboratorios. etc. Así serán muchos más eficaces los servicios que en él se presten al pú blico por cuantos médicos quieran aprovecharse de esta trascendental y prometedora empresa, y la cultura recibirá en esos renglones, siempre epic a ello no se opongan la incomprensión o el reticente pragmatismo. el impulso que tan indispensable se va haciendo en esta Capital para bien de los
que sufren, y a fin de aprovechar las aptitudes latentes en muchos distinguidos Doctores, (pie a veces, por la carencia de dichos menesteres, contra su mejor buena voluntad, tienen que recomendar a sus pacientes buscar alivio en otros lugares, con Casas de Salud u Hospitales bien dotados.
Es, pues, esta gran obra como una cabeza de puente de mejores éxitos, en la (pie su iniciador, rebasando su incansable laboriosidad profesional e iluminado por el pensamiento y la vocación (pie lo han guiado de proporcionar a Saltillo (como antes lo había intentado ya), con un verdadero Sanatorio, (pliso además que su inauguración fuese auspiciada por el Club de Sembradores de /imistad de esta Ciudad. De nuestra parte y aún no habiendo lomado su parecer, en bien de cumplir con las finalidades de nuestra Agrupación, acordamos venir a verificar esta Sesión Extraordinaria acompañados de nuestras familias, para encomiar sinceramente la reconocida actividad de nuestro digno Presidente en beneficio del mejoramiento colectivo; para felicitarlo de lodo corazón
por haber llegado a la niela de sus aspiraciones y para estimularlo con nuestros fervorosos deseos de prosperidad en esta empresa, en cuyo éxito y parabienes también participa merecidamente su Sra. Dña. Elisa de la Paz de Ortiz de Montellano.
Nuestro elogio será pálido, pero nunca debe fallar una palabra de aliento para las buenas obras, (pie como la presente, denota ostensible progreso de una Ciudad. Desdeñarlas o mostrarse indiferente a las mismas, es fallar a la Amistad y Civismo (pie son el Lema de nuestra Asociación; por el contrario, hay que enaltecer el ejemplo fecundo y edificante y hacer honor a quien honor merece. Es tan necesaria la exaltación de las virtudes, como lo es la impugnación de los extravíos para hacer una Patria digna y generosa.
No se trata en nuestro caso de una inmensa obra de Asistencia Pública, ni de “hacer hogares felices"; se trata únicamente de loar en justicia y como es nuestro deber, la iniciativa de un hombre de empuje que merece triunfar esplendorosamente en cuanto su buena intención le anime.
Recibid, pues, Sr. Dr. Orliz de Montellano, osle humilde galardón a vuestros méritos, en la confianza de que alcanzareis con nuestro animado presagio, completa satisfacción espiritual y material, con sólo ver que la encontrarán en este Sanatorio y Casa de Maternidad quienes en él necesiten atenderse y salgan agradecidos irradiando su prestigio.
Saltillo, Coah., Agosto de 1943.
Lie. P. AGUIRRE SILLER.
Es en esta clase de Instituciones donde mejor se distingue la finalidad con que se trabaja, porque no es lo mismo ver a los que sufren físicamente, bajo el simple aspecto biológico del paciente que tiene con qué cubrir su atención médica, y que si está en peligro de muerte no debe preocuparse de los auxilios espirituales, a tratarlo como sujeto con alma, inexorablemente expuesto por l,ey Superior al dolor humano, el cual habrá de sufrir con resignación y con fé en la caridad cristiana y confiado en el destino que se le tenga deparado
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