arzo REVISTA EVANGELICA 139 La Existencia del Cristianismo Es un Milagro ----(o)----- Por Secundino M. Vigil. ----(o)----- demos-de que origen eternos ;NTONCES os entregarán para ser afligidos, y os matarán, y ;eréis aborrecidos de todas las ¡entes por causa de mi nombre,” ¡te. (Mateo 24:9-11). Mucho se ha escrito con res-jecto al gran sistema cristiano. Jnas personas se han ocupado de iefenderlo, y otras de atacarlo. L,os grandes defensores del cris-ianismo han procurado rar los hechos evidentes “1 cristianismo tiene su divino en los propósitos de Dios, mientras que otros, en su afán de combatir y destruir han procurado demostrar, por medio de argumentos humanos, que no es así. Sin embargo, a pesar de todo lece chos aquí tra santa religión existe según la voluntad de Dios, y estando fundada según Su voluntad, por más esfuerzos que hagan, los hombres no podrán nada contra Aquél que todo lo puede, que es Dios. I. La Vida de Cristo jué un Milagro. Bien ha dicho un eminente siervo de Dios, “que la vida de Cristo, desde su nacimiento hasta su muerte, resurrección y as esto, el cristianismo preva-invulnerable sobre los mu-ataques del enemigo. He por qué decimos que nues- censión, fue un milagro.” Esto es verdad, porque si nosotros consideramos la vida de Cristo, siguiéndole paso a paso en todas sus actuaciones, veremos que El no podia vivir sino por milagro. Estaba El en medio de los peligros más grandes porque Sus enemigos le aborrecían de muerte y procuraban hallar algo contra El para prenderle y matarle. Examinemos por unos instantes la historia bíblica y encontraremos a Satanás queriendo burlar el plan de salvación que Dios en Su misericordia se había propuesto llevar a cabo en Cristo. Uno de los instrumentos que usó Satanás para Levar a feliz término su cometido fué Herodes, quien en busca del Mesías para destruirle, derramó la sangre de muchos inocentes (Mateo 2:16). Cuando Cristo fue bautizado, ya para comenzar Su ministerio, Satanás mismo se le presenta para hacerle desistir de Su plan de redención en favor de la humanidad, tratando de infiltrar duda en Su corazón, luego mostrándole todas las riquezas del mundo, y por fin desafiándole a que hiciera cosas contrarias a la voluntad de Dios. Pero Cristo en todo esto es victorioso (Luc. 4: 1-11). De “El Mensajero Bíblico”.