Nuestros Intelectuales El Doctor Fernando López Haber hecho, en corto tiempo, una carrera brillantísima; haberla puesto, desde sus comienzos, al servicio de las instituciones benéficas de nuestro país; haber atendido, con el aplauso unánime de los alumnos, a las cátedras de Cirujia de Urgencia en la Escuela Práctica Médico-Militar, y de Cirtjia en el Cadáver en la Escuela Nacional de Medicina, y de Clínica Externa en el Hospital Militar de Instrucción; haber estudiado, al lado de las eminencias médicas más notables del Viejo Continente, las enfermedades de los ojos, y hacer de ellas una especialidad; haber dirigido, primero el Hospital Militar de Instrucción, y después el Hospital General de México, contribuyendo a su organización y a su reglamentación, hasta colocarlo, con mano firme y clara inteligencia, a la altura de los mejores del mundo; haber establecido la Escuela de Enfermeras y desempeñado, gratuitamente, una clase en la misma; haber servido al Ejérci to Federal, como Teniente Coronel del Cuerpo Médico, y al Consejo Superior de Salubridad, como Vocal encargado de la Desinfección y del Instituto Antirrábico; ser socio titular de la Academia de Medicina de México. y miembro correspondiente de la Sociedad de Cirujanos Militares, de Washington, y miembro de la Asociación Americana de Salubridad Pública: haber representado a nuestro pa:s en varios Congresos Científicos Internacionales: y, por último, haber sido uno de los principales fundadores de la Cruz Roja Mexicana, y uno de sus Vicepresidentes en su Primera Mesa Directiva, y recibir, como premio a su incansable labor, tan científica como patriótica, la cohdecoración de! Mérito Militar, del Gobierno Español, y la Medalla de Oro de Primera Clase, de la Cruz Roja Española, he ahi los méritos, sólidos e indiscutibles. en que descansa la justa fama de que disfruta el doctor Fernando López. El viejo facultativo, en efecto, ha dedicado toda su vida al estudio, todo su estudio a la ciencia médica, y toda su ciencia al servicio de sus compatriotas. Y aunque jamás se ha apartado del campo de su profesión, ni ha militado nunca en ningún partido politico, se encuentra ahora alejado de su país natal, por la pena y la vergüenza que le dan las rencillas de hermanos contra hermanos. Y aquí vive, y trabaja, y se afana por conquistar para México, siquiera el respeto y la consideración que merece su- pasado, ese pasado 'glorioso, hoy venido tan a menos, por la equivocación o por la perfidia de sus hijos____ XXX —Yo no s8 si estaré o no estaré en lo justo,—nos dijo el doctor López;— pero tranquilamente confio en que. terminada la contienda europea en el sentido en que creo terminará, y solucionados, de una manera definitiva, nuestros problemas interiores, si de-