DE LA RELIGION 473 delito, los Obispos pueden amonestarlo, pero no juzgarlo ni menos condenarlo. , {Y esto tiene que ver algo con la cuestión presente? ¿Tratamos por ventura de á quién corresponde juzgar á loS/eclesiásticos en los delitos atroces y públicos? No, señor mió, la cuestión única tiatada por San Gregorio nada tiene que ver con los tributos égbigidos al Clero, ó contribuciones impuestas á la Iglesia. '/ Xi.. Curioso. Ahora sí, señor D. Lucio, no se escapará vd:‘del garlito: de San Ambrosio sí no dirá vd. que no habla de tributos, ni dé’Contribuciones sobre los bienes eclesiásticos. Oiga vd. lo que enseña Sáñ Ambrosio, según el articulista: 11 Si el soberano ecsigiese el tributo, no podernos negárselo: los campos eclesiásticos deben pagar el tributo: demos al César lo que es del César, y á Dios lo que es de Dios; es triburo del César y no se niega.” ■ ' Lucro. El que ha caido en el garlito es el articulista: nos ha presentado un testo trunco y adulterado: lo que dice el Santo es lo siguiente, que creo no hará muy buen estómago al señor D. C- L. En el párrafo 16 de la Epístola 20 á su hermano, dice así: “ Se me. manda que entregue la Basílica. Respondo: Emperador, ni á mí me es lícito entregarla, ni á tí-recibirla;, Pórmingun derecho puedes violar la casa de un particular; y ¿crees qué;puedes arrebatar le casa de Dios? Se me alega que al emperador todo le es lícito, que de él son todas las cosas. Respondo: Emperador, no te graves creyendo que en las cosas divinas tienes algún dominio supremo. No quieras ecsaítartépy-si deseas largo imperio, sujétate á Dios. Escrito está: á Dios lo que es de Dios, . y al César lo que es del César. Al emperador pertenecen les palacios,' ál “sacerdote las Iglesias.” A tí se ha confiado derecho.sobre los muros públicos; pero no sobré los sagrados.” . - En el párrafo 5. ° del sermón contra Augencio, dice el Santo: “ Como “ me pidiesen los vasos de la Iglesia, respondí: si se me pidiera algo de “ mi propiedad, fundo, casa, ó plata, lo ofrecería sin repugnancia; pero “ del Templo die Dios nada puedo quitar, ni entregar nada de lo que re-“ cibí, no para entregarlo, sino para custodiarlo.” En el párrafo 8. ° de la carta 20 á su hermano, dice el Santo: “ Me estrecharon los comisionados y tribunos para lá entrega de la Basílica, alegándome que el emperador usaba de su derecho, pues que tenia dominio sobre todo.” ¡Esto mismo dice ahora el señor D; C; L.! “ Respondí (continúa el Santo). si me pidiesen lo que fuese mió propio, fundo mió, plata mía, cualquiera otra cosa mia de esta especie, no resistiría; pero las cosas que son divinas, no están sujetas á la potestad imperial. ¿Pedís mi patrimonio? Invadidlo.” Finalmente, en el párrafo 23 del sermon contra Auximio, dice el Santo: “ Los campos de la Iglesia pagan tributo; si el emperador desea campos, tiene potestad: ninguno de nosotros resiste. Pueden bastar para los pobres las limosnas ¿del pueblo. Nt> nie atraeré odio por los campos: cójanselos (tollant eos). Si el emperador quiere, “yo no los doy, pero no resisto:” non dono sed non negó.” Con que ya ve vd.,señor mió,