En la Polonia Irredenta Autbifcuvuus 'aesirozaaos por ios iu»us antes ue dejartos • en • poaer delciíermgo. (o; fit í- El Gibraltar de Alemania Consideramos de i'nterés, reproducir aquí los siguientes datos sobre Heligoland, (o Hegoland), llamada no sin razón el Gibraltar germánico La reina Victoria de Inglaterra tuvo siempre vivas simpatías por Alemania.- - Alemán fué el más oído de sus consejeros,, el barón Stockmar, y alemán fué su esposo, ti príncipe Alberto, a quien la reina amó mucho. Durante la guerra franco-alemana de 1870-1871, se atribuyó la indiferencia de Inglaterra ante los re-• veses de Francia a la influencia personal de la reina Victoria, que quizás no preveía entonces que el engrandecimiento de Alemania había dé ser. con el tiempo, motivo de tantas preocupaciones. para la Gran Bretaña. En 1890, las relaciones entre los go-biernos de Berlín y de Londres., eran cordíalisimas. Acababa de subir al trono real de Prusia e Imperial de Alemania, el actual kaiser Guillermo II que siempre se manifestó cariñosísimo con su abuela, a pesar de las diferencias que por entonces tenia con su madre, la emperatriz Federico, hija, como se sabe, de la reina Victoria. Alemania empezaba entonces a hacerse de un dominio colonial en Africa, ocupando los territorios que aún no pertenecían a ninguna potencia europea. Hubo dificultades acerca de los limites de las colonias inglesas y alemanas en la región de Zanzíbar. En Londres se temió que la expansión de las colonias alemanas del Africa Oriental, resultara perjudicial para el porvenir de las colonias británicas, y el gobierno inglés se resignó a dar a Alemania alguna compensación por la cesión de sus derechos de soberanía en la región de Zanzíbar Alemania pidió Híeligoland, y el islote 1c fué concedido. Nadie en Londres parecía sospechar en esos-días, que ríe-, ligoland llegaría a ser, ep menos de • un cuarto de siglo, el-Gibraltar aleí_ mán. Heligoland era posesión de la corona inglesa. A los ingleses les queda siempre deshacerse de los territorios, por pequeños que sean, que caen en su poder. Para hacer que la opinión pública británica aceptara la cesión de Heligoland a Alemania, se dijo a Londres que el islote estaba hundiéndose y que era cuestión de poco tiempo su desaparición bajo las encrespadas olas del Mar del Norte. Hasta ahora no se ha hundido, y en su frágil estructura, los alemanes han podido construir una de las más poderosas fortalezas del mundo. Dueños de Heligoland, los alemanes pensaron en .el acto en fortificar 10. El grandioso plan de Guillermo 11, de unir el Mar del Norte conocí Báltico, por medio del canal de Kiel, y convertir Cuxhaven y Wilhemshar ven en dos grandes puertos militares, tenia como complemento necesario la fortificación de Heligoland. Hecha innacesible la. isla a una flota enemiga, la nacieríte escuadra- alemana, cuyo brillante desarrollo era una de las' más arrai -.'das aspiraciones de Guillermo IL ■ ndria en aquellos, puertos y en los llamados actuarios alemanes, un seguro refugio, y además la isla serviría de punto de apo yo a “raids” navales, andas y rápidas en el Mar del Norte. Cuando.los ingleses se dieron cuenta del partido que los alemanes se proponían sacar de Heligoland, era ya tarde, kl mal nó tenía remedio. La fortificación de la isla fue len ta. Los ingenieros militares alemanas se dediicaorn, primero a dar mayor solidez al alto macizo central dei islote, pues las tierras bajas, el “ob^r‘ land", no es adecuado, por su débil cstructUTa para la instalación de gran; des piezas de combate. Luego se instalaron dos baterías de cuatro morteros cada una,.-en la cresta central- Al mismo tiempo se inició, en la costa sudeste de la isla, la construcción de un puerto para torpederos y submarinos, bien abrigado y defendido por pequeños cañones- de siete milímetros. Entretanto, el canal de Kiel se abría y Cuxhaven y Wilhelmshaven se convertían en las formidables fortalezas que hoy son. Pero los ocho morteros no bastaban para defender la isla. Se insta laron cuatro grandes cañones, capaces de disparar en un circulo completo, hacia los cuatro puntos cardinales. Para entonces, ya Heligoland estaba unida al continente por un ca ble submarino, y completas estaciones semaóricas completaban sus medios de comunicación. Cuando ?se llegó a la telegrafía; sin hilos, se instaló también una estación radiográfica; y en el puerto de torpederos y submarinos, se construyó un gran "hangar para él cuidado y lanzamiento de di-rigiMés Zeppelin. Más cuando los progresos de la construcción naval llegaron a los grandes "dreadnoughts” de más de veinte mil toneladas con sus colosa les cañones, -fué menester reforzar las defensas de Heligoland, y se comenzó . la construcción de fuertes con poderosísima artillería, capaz de barrer el mar a muchas millas de distancia Heligoland quedó convertida en una fortaleza invulnerable, o tomable solamente con el sacrificio de mucho» buques de guerra y de millares de vidas. jY ahí,está, el Gribaltar alemán, eri zado de . canopes rodeado de minas submarinas, con sus escuadrillas de torpederos, submarinos y- zeppeuncs listas para entrar crin acción, detendiendo lbs estuarios alemanes, que pueden considerarse los pulmones del más grande imperio.