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R°ri\a con el velo de la. Veróniqa, cuya efigie.se reanimó milagrosamea-e,(C9mo se vera por_los párrafos que copiamos á continuación:-
Según la orden del Santo Padre, se verificaronílás rogaciones públicas en todas las iglesias de los Estados Pontificios; con este motivo se' Li vmier°J aila PUtU1iCa veneracion en la iglesia de San Pedro, el santo
^9 la verdadera cruz, y el sudario de la santa. Verónica. Este apen,a:s se distinguen las facciones de. Nuestro Señor Jesu-n’Í» fierCer°idlMen (lue estuvo espuesto, se vi«';colorare por sí mis-no, y la figura de Nuestro .Señor apareció como, si estuviera vivo y cer-apfanto6^11!8,1UZ muyruave' Los canómg°s que estaban<de guardia delante.de la santa reliquia, dieron aviso inmediatamente al cleró de la .Basílica, y tocando las dos campanas mayores, acudió todo el pueblo-una impresión mesphcable se apoderó de todos los semblantes, muchos
h d°u estaban C0n1'0 heridos del prodigio. Un Notario Apos-tida al SantA1^ ? PaJa atestlg»ar el hecho,y la copia del acta fue remitida al banto Padre a Gaeta.
nrpn?pnTeS	dias n0 se hablaba en Roma sino de este sor-
prendente prodigio (que duro tres horas), y en la tarde del dia en que su-tn a^ei Qar°tn ^r103 ^HZOS blancos de seda, sobre los que está repre-
Santa Faz del velo milagrosó; estos velos deben enviarse á confirmn 1pta C°nHÍeC?^ 14 P^hcada por él Amigo ¿e la Religión, confirma la esactitud del corresponsal de la Verdad, particularmente por lo que toca al acontecimiénto del milagro sucedido en San Pedro lo. «AAntpn Un <eer qUe "tV31 pueb10 hubiera P°did0 ser indiferente á los acontecimientos maravillosos de que hemos sido testigos, no lo deia-nan mucho tiempo en la indiferencia	’ J
1 1(^lndmduos Que mas se. señalaron por sus escesos en los dias .rthbJi Novr11embre: se citan nueve que han perecido de una manera noh n estraordlnarla: ™ oficia.! de la guardia cívica que se apeó del happ aA«Para arrancar uu° de Ios ejemplares de la bula que el ministerio ace desaparecer por todas partes, apenas había vuelto á subir á la silla cuando cayo muerto repentinamente sobré el empedrado de la calle: pero lo que oauso la impresión mas profunda, es el testimonio por el cual muchos de los canónigos-de San Pedro, estando en oración delante de a reliquia de la Santa Faz, declaran haberla visto desprenderse en re-nXVm;t°bre e- Sant0 Ve 0¿ COn Una opresión de vida y de dolor que no
™1 la eiuivocarse sobre'un milagro; la congregación de los ritos ins-ualmente este uegocio; que está rodeado de las pruebas mas d.ukemica.s.
CHONICA BOLITICA.
JESTER1OR.
ABDICACION DE CARLOS ALBERTO.
La España de Madrid, de 25 de Abril dice lo siguiente:
. “ Hemos podido proporcionarnos una copia literal del acta de abdicación del rey Carlos Alberto, otorgada á su paso por Tolosa de Guipúzcoa. Este documento, que así en sü forma, como por el sitio en que ha sido firmado, y circunstancias que le !han precedido, es indudablemente único en su clase, ha venido á completar la trágica historia de un rey que arrastrado por sus instintos- guerreros se lanzó á una lucha desigual, en la cual abandonado de aquellos de sus compatriotas cuyos intereses