Lecetóe IX, HERALDOS DEL REY Ageeto 28 de 1827. Natán Conduce a David al Arrepentimiento Primario: Natán Llama a David al Arrepentimiento Texto de la Lección: 2 Samuel 12:1-10, 13. Superintendente—1 Y envió Jehová a Nathán a David, el cual viniendo a él, díjole: Había dos hombrea en una ciudad, el uno rico y el otro pobre. Escuela—2 El rico tenía numerosas ovejas y vacas: 3 Mas el pobre no tenía más que una sola cordera, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado, y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno: y teníala como a una hija. 4 Y vino uno de camino al hombre rico; y él no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guipar al caminante que le había venido, sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y aderezóla para aquel que le había venido. 5 Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Nathán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte. 6 Y que él debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo esta tal co*a, y no tuvo misericordia. 7 Entonces dijo Nathán a David: Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de ¡a mano de Saúl. 8 Yo te di la casa de tu »eñor, y las mujeres de tu señor ®n tu seno: demás de esto te di la casa de Israel y de Judá; y si esto es poco, yo te añadiré t®l*s y tales cosas. 9 ¿Por qué pues tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Uría Hetheo heriste a cuchillo, y tomaste por tu mujer a su mujer, y a él mataste con el cuchillo de los hijos de Ammón. 10 Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada; por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Uría Hetheo para que fueee tu mujer. 13 Entonces dijo David a Nathán: Pequé contra Jehová. Y Nathán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado: no morirás. ------—.—o----------- Texto Aureo:—Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. Salmo 51:17. APRENDASE DE MEMORIA | Crea en mi, oh Dios, un corazón limpio; y renueva un v espíritu recto dentro de mí. Salmo 51:10. í