REVISTA MEXICANA. Semanario Ilustrado. Entered as second class matter, October 25, 1915 at the Post Office of San Antonio, Texas, under the Act. of March 3, 1879 Afio II. San Antonio, Texas, 13 de Febrero de 1916. Número 23. Verdadero y Falso Panamericanismo El Congreso Pan-Americano que con pretextos científicos se reunió en Washington recientemente, fué en realidad una asamblea política convocada por la Casa Blanca para tener ocasión de presentar ante los públicos latino-americanos la supuesta evolución de la doctrina Monroe hacia un franco pan-americanismo recíproco. Ni la calidad de los delegados a ese congreso, salvo contadas excepciones, ni los temas tratados ahí fueron científicos jamás; pero en cambio Mr. Wilson tuvo ocasión de presentar sus puntos de vista ante la socarronería latino-americana, hecha de i n poco de egoísmo, un poco de miedo y otro poco de excepticismo y de malicia. Según Mr. Lansing primero y Mr. Wilson después, América, la verdadera América p sea todo el Continente y no ya los Estados Un dos, que es a lo que aquí llaman América, según aquellos señores, digo, al terminar la guerra europea todas las naciones de este Continente se verán amenazadas por el grupo de beligerantes que obtenga el triunfo: la hipotética desaparición de Estados Unidos no será Sino el prólogo de la* desaparic.ón de todas las demás soberanías en el mundo de Colón, de donde aquellos altos mandatarios concluyen que todos los países hispano-americanos deben unirse defensivamente ante el pel'gro común. “I hope and believe, dice Mr. Wilson, that this can be acomplished. These conferences have enabled me to foresee how it will be acomplished. It will be acomplished in the first place by the states of America uniting in guaranteeing to each other absolutely political independence and territorial integrity. In the second place and as a necessary corollary to that guaranteeing the agreement to settle all pending boundary disputes among themselves, should the, unhappily arise, will be handled by patient, impartial investigation and settled by arbitration; and the agreement necessary to the peace of the Americas, that no state of either continent will permit revolutionary expeditions against another state to be fitted out on its territory, and that they will prohibit the exportation of munitions of war for the purpose of s-ppying revolutionist against neighboring governments." Tomados literalmente esos conceptos, la cosa resulta her-mosisima—demasiado hermosa para que pudiera ser una realidad—y su autor adquiere ios perfiles de uno de aquellos séres que por su valor intrínseco nos reconcilian con la pobre y lastimosa especie humana. |Qué más quisiéramos que ver a toda la América libre de esas legitimas desconfianzas, marchando Sin tropiezos hacia un futuro grandioso. Pero si queremos no adormecemos en un optimismo peligroso, si queremos pisar el terreno firme de la realidad y avanzar sin extraviamos con espej.smos falaces, necesitamos aquilatar con toda precisión el valor de esas declaraciones, analizándolas minuciosamente ante el criterio de los antecedentes personales del autor de la novísima doctrina. En ocasión recientísima, en un discurso ultratendencio-so pronvncilado en New York el día 27 del pasado, el propio Mr. Wilson ha hecho notar que NO SON RAROS EN EL LOS MAS RADICALES CAMBIOS DE OPINION, como le ha ocurrido respecto de la preparación militar de Estados Unidos, que combatía resueltamente hace un año y que ahora defiende con calor, lo mismo que con el asunto de la comisión de tarifas. “Perhaps you learned as I dare say you did leam beforehand, that I was expecting to address you in the subject of preparedness you recalled the address which I made to Congress somthing more than a year ago in which I said that th s question of military preparedness was not a pressing question. But more than a year has gone by since then, and I would be ashamed if had not learned something in fourteen months. The minute I stop changing my mind as President with the change of all circumstances m the world, I will be a back number.” “There is another thing about which I have changed my mind. A year ago I was not in favor of a tariff board, etc." En nuestro país y en nuestra lengua corre con mucho créd to este viejo decir: “de sab:os es mudar de opinión"; de S ’erte q"’e si h biéramos de medirla con esa vara, la sabiduría de Mr. Wilson resultaría por encima de toda ponderación, atenta la frecuencia conque cambia de parecer, según él mismo reconoce. Vale, pues, la pena de que los países hispano-americanos med’ten vn momento antes de pactar con quien, aún sabiendo hablar muy atinadamente.- a menudo suele rechazar por la noche lo que categór'camente declaró por la mañana. XXX . Hav que remontarse hasta los primeros días del gobier-, no de Mr. Wilson, hasta su famoso “speech” de Mobile, pa-