Sr. Dr. David Cerna. El Presidente Lincoln y el Secretario Stanton Anécdotas de Personajes Célebres. Escrito Especialmente para "REVISTA MEXICANA" Una afligida madre suriana que había logrado obtener del Presidente Abraham Lincoln, el perdón para su hijo condenado a muerte como espía, compareció en la Secretaría de Guerra. llevando el documenjo oficial en que se ordenaba fuese puesto el reo en absoluta libertad. La dama dió el documento a un escribiente, y éste lo entregó al Secretario, Edwin M. Stanton. El señor Stanton era un distinguido intelectual; robusto, de baja estatura, barba larga algo canosa, ojos negros y vivarachos; y de ligeros movimientos de cuerpo, con tendencia a la nerviosidad. Dirigiendo una mirada furtiva a su visitante, exclamó: —“Con que usted es la señora que tiene un hijo herido en la prisión, sentenciado a muerte como espia?" —“Por mi desgracia, yo soy,” le contestó la pobre mujer, derramando copiosas lágrimas. —“Bien; pues nada puedo hacer por usted," continuó el Secretario, ya en un tono más brusco. “Ni puedo emplear más tiempo en escucharla. Si usted ha dado a luz y criado seres para que se rebelen contra el mejor gobierno de la tierra, sujétese a las consecuencias." —“Pero, señor mió,” replicó la dama, entre sollozos, "mi hijo es tan sólo un muchacho de diez y nueve años, que hace tres se huyó de mi lado y entró al servicio de las armas.” —“Ni una palabra más, señera," repuso el Secretario, montado en ira. “No tengo tiempo que perder. Favor de retirarse, que nada puedo hacer por usted.” —“Afas, traigo para usted una orden del señor Presidente”, prorrumpió la madre, en tono de protesta. —“Si, señora, ya lo sé,” repuso irónicamente el Ministro, “ya lo sé. Y haré con esa orden lo que con muchas otras de igual procedencia: me empeñaré a fin de que no sea obedecida. Ahora, tenga usted la bondad de retirarse.” —“Pero el Presidente me aseguró