Ha Práctica ReliyMa ew el For Lucy W. do Andrees El culto de familia Para la familia que todavía no ha empezado a tener regularmente su culto de hogar, recomiendo no empiece celebrándolo cada día, sino un día determinado de la semana, que podría ser el sábado o el domingo a la hora del almuerzo o antes de irse a dormir. En ocasiones especiales, como los días de cumpleaños, o cuando un miembro o más de la familia viajan, cuando un hijo termina un curso, etc., también conviene observar esa práctica. Cuando ya el culto familiar haya adquirido significado y valor para el grupo, se puede celebrar más a menudo. Personalmente creo que tiene más importancia que el grupo lo aprecie y no que se realice cada día, aunque nuestro ideal debe ser lograr ambas cosas. Hay familias en las cuales los niños pequeños forman parte del grupo. Cuando existe una variedad de edades, es preferible que la madre, y a veces el padre, tengan momentos devocionales con los más pequeños a la hora de acostarse. Los demás pueden tener su culto usando lecturas, nimnos, poesías, oraciones espontáneas, etc. Entonces puede ser más largo e incluir más elementos. Cuando los chiquitos están presentes, el culto tiene que ser corto y mucho más sencillo. Llegados a una edad en que puedan comprender más y tener interés, los niños entrarán en el programa de la familia y participarán del culto más formal. Oración de gracias en la mesa La oración de gracias, a la hora de cada comida, no toma el lugar del culto familiar, pero es esencial en un hogar cristiano. Aquí daremos algunas ideas y principios en forma muy resumida: 1.—La oración en la mesa queda mucho tiempo en nuestra memoria. 2. —Debemos procurar tener variedad. Se pueden emplear: a) versículos de la Biblia, b) Himnos o coros (como el himno "Dulce oración, c) Oraciones espontáneas, etc. 3. —Toda familia puede repetir algo en conjunto; un miembro puede hacerlo solo; se pueden tomar las manos. Para variar pueden sentarse o quedarse de pie. 4. —No debemos dejar que la oración en la mesa llegue a ser algo rutinario. 5. —Debemos tener cuidado de no traer nuestros problemas y preocupaciones a la mesa. 6. —A pesar de los horarios que tengamos que cumplir, no conviene apresurarse en las comidas. Es necesario, para la salud física y espiritual de nosotros y de nuestros hijos, que tengamos serenidad. Para los niños Tengamos presente que: 1. —Les gusta el ritmo de las poesías. 2. —Un niño puede tener su propia ora- ción y usarla cuando le corresponda dar gracias. 3. —Con los niños siempre debemos hacer énfasis en el hecho de que estamos orando a Dios. Para los adolescentes La costumbre diaria de la oración en la mesa debe ser algo importante a esta edad, una experiencia de valor en la vida religiosa. Para los jóvenes La influencia de la oración en la mesa debe seguir a los jóvenes cuando salen de su hogar para ir al colegio, cuando visitan otros hogares y cuando forman su propio hogar.—“Educación Cristiana" tL HOGAR CRISTIANO 21