LA PENUMBRA	__________________
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CAMBIO DE FUNCIONABIOS. . j En la sesión extraordinaria verifiéádS
Due7)O ya del aderezo, comencé ;í ima- •
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neti'ble cintiuml do tres mil reales: ne-! círculo de oro y pedrería, pai.r poder amante que empeim en m- ien-j la ,capí i. s t b-- mies iw‘ar	> adornarme con aquellas mapníiieas im- ' para c.u.prar un ram . <.e	Cree-
Tuoi-é v ¡u¿ué "co-i tanhi decision v i jas de esmeraldas con llores de orinante m tal vez que viene de mano de algún ““,“ebe
1 A propósito del juego, he hecho una i los inmensos tesoros que gualda el ava- .Como se engana.	C(,ltdtlírd.
observación, en la que cada dia me con- \ ro seno de la tierra, y que ellos solos co-; firmo nn= v ni'is. ('orno se apunte con : nocen, una esmeralda mas grande mas_____ la completé seguridad d« que se ha de i clara, más hermosa que la que bnbaba,. ganar, se gana. Al ti pete verde no hay sui lando un lazo de rubíes, en mnail de óue act r-nu-se coa la vacilación del que la diadema.	, , .
Va á probar su suerte, sino con el apio- Dueño ya del aderezo, comencé a imamo del que llega por algo suyo. De m' gmar el modo de naciTlo lleo.............
sé decirte quo aquella noche me hubiera! jer á quien lo aestinaba.
sorprendido tanto el perder, como si una Al cabo de algunos días, y merced a,. electo Presidente de la Sociedad el 8^ P respetable me hubiese negado dine- dinero que me qu .-do, conseguí qm-‘ una ■ 1) José Mana Cardenas y vice-presiden-
-	'	Je sus doncellas me proinetiL.se colocarlo ■ te el Sr. Gregono Mores Davila. .13
sl á casa de Sam- en su guarde-jovas siu ser vista: y n tin ■	EDITOBIAL.	dfí
' arrojar sobre- el de asegurarme de que por su conducto j	* •	^Jg
" ’ ' 1 ' no había de saberse el origen de! regalo, i Suprimimos el nuestro para dar cabi^ la di cuanto me r< shtba, algunos miles (pt £tfjiermoso artículo del Sr. Belgas* de reales, á condición de (pie, í-F*^5; titulado el Corazon, cuya lectura . rea|| hubiese puesto el aderezo en el lagar: meüdain0s. » convenido, abandonaría la corte paira ।	PLAGIO.
trasladarse á Barcelona. En electo, lol	e
¡fizo así.	'	numero anterior publF*am<Mi iin»
Juz^a til cuál no seria hi sorpresa de ■ versos dedicados á la brita. C. HernltB* su sefmra cuando, después de nomr su: dez, que nos fueron remitidos sm la inesperada desaparh ir n, v soqs-rhaud^ ¡ de su autor; los versos son p.agio de que tal vez había huido dé la casa lleván- i solución á nnsaltode caballo, y_pu^g dose alguna cosa, encontró en su .moc i vtrse en el num. 24 de ia^Moda taire el ranga í tico aderezo de esmeraldas.^ correspondiente a este ano.
¿Quien había adivinado su pensamiento? i	DISTMBUCIOX DE PBEMÍMS®
¿Quién había podido sospechar qne aun -	/ '
recordaba d¿ cut ndo en cuando aquellas | El 29 en la noche tuvo logar entfbyw joyas con un suspiro?	#	¡ alumnos del inteljgenté v modesto
Pasó tí .mpo y tiempo. Yo sabía qno sor 8r; Miguel López. . Por estar conservaba mi regalo, sabia que se ím--prensa nuestro periodic^ no no» bian hecho grandes diligencias >x>r ave- |mos detenidamente de aquel sob mne ai* ri<yuar cuál era su origen, y sin embargo; i to asi como de les exáménea public^ nunca la vi adornada con el.—¿Desdeña-: s* verificaron eu el tiiismo dia; mas rá la ofrenda? ¡Ah! decía yo, ¡*i supiese nímero próximo te haremos, todo el mérito qué tiene ese regalo; si su- í par ^hora el Sr. López y á sud aprtm* píese que apenas le supera el de aquel diados dic'pulos.	, '
casal fc ro con kvdirma de llotschild.
Al otro día me peí*. ¿Creerás q^e i ‘ despacho del joyero aquel puñado de billetes de todos ¿•olores, aquellos billetes que representaban para mí cuando iné-nos un año de placer, muchas mujeres ¿hermosas, u)> viaje á Italia, y í-kampaíjne y vegueros á discreción, vaciló uii, momento? Pues no lo creas: arroje con la misma tranquilidad, ¡qué , digo tranquilidad! con la misma satisfacción con que Buckingham, rompiendo el hilo que : las sujetaba, sembró río perlas la alfombra del palacio de su amante..
Compre las joyas y las llevé á mi caga; No puedes figurarte nada más hermoso que aquel aderezo. No extraño que las mujeres suspiren alguna vez al pasar delante de esas tiendas que ofrecen á sus ojos tan brillantes tentaciones; no extraño quo Mefistofeles escogiese un ¿ collar de piedras preciosas como el ob-¿jeto más ¿ propósito para seducirá Mar-f garita: yo, con ser hombro y todo, hu-V hiera querido por mí instante vivir en el Oriente y 3er uno de aquellos fabulosos monarcas que se ciñon las sienes con un
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DAJim SALAS, COMISIOHIST

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