*• tes I ——— -----------------!■■■_ vaja. la cuerda, el fuego, el veneno? —¡Ah! solloza Colombina. !Que desgraciada soy! Y todo por esa luna! Té has enamorado de esa máscara de yeso, de horrorosa, vieja !Qué horror! Y. le enseña el la escupe en el estanque. dignado, la amenaza. rie de él. La .persigue. ella tras del altar del amor. esa Luna maldita, y decrepita. ¡ Uh! puño a su rival, y Pierrot, in-Colombina se Se oculta III. '■'Z- Pierrot, vuelve jadeante de su inútil carrera. Prefiero vagas amenazas contra la invisible Colombina, y sofocado, se acuesta en una banca de flores y se duerme. IV. Colombina sale de su escondite. Está desesperada porque ama a Fierro. En su desesperación se desata el lar > de su cuello para ahorcarse. Vuélvese, y percibe al Amor-niño de pié sobre él altar, corre a arrodillarse fren te a el. le implora con fervor. El dios sale de la inmovilidad, se anima, sonríe, se espereza, cambia "de actitud y le dice en una copla: —Puesto que siempre me serviste bien, y puesto que Pierrot te abandona, te daré el medio de que^lo castigues. Te prefiere a la luna por que no sabe cuán insensato es ese amor. Búrlate de él, y para que Ip cures sé cambiada en HADA DE LA LUNA Suenan los., címbalos. Cae el vestido de Colombina y aparece, ella, en cuarto creciente, con enagiiilla corta, de gaza azulosa. adornada de pedrería que chispea, y con una media luna prendida en la cabellera. El rostro, los brazos, las piernas, tienen la suave claridad del astro. La Irz nocturna ha disminuido. La luna llena del cielo, por un efecto de transparencia queda reducida a una luz pálida. Se oye el suspiro de un scherzo. Es primavera. Pierrot despierta, y absorto, admira' a la Hada de la Luna. ¡Como! ¿Es ella? Sí, es ella que bajó a la Tierra, y que baila, simbolizando la juventud de la Luna y su propia juventud.! Pierrot quiere abrazarla: pero, eHa, virginal, se escapa con ligeros saltos, y le opone como una cabrilla, la punta de los cuernos luminosos, prendidos en su cabellera, y con los -cea-, les le rasguña. Suenan los címbalos. La Hada se cambia en luna Hoaa: y en su frente un disco diamantinoi que sustituye al creciente, evoca la imagen del plenilunio. La hoz del cielo co. Se Es La Baile absolutamente lánguido. Es la madurez de la Luna, la Luna mujer, Pierrot corre a abrazarla; pe-, ro su frialdad lo biela. ¡Brr! I se transforma también en dis- oye un andante: el estío. luz penetra por todas partes. <1-M* ■ ■ -Vr, J