IN MEMORIAM Bev. J. H. Fltegwxld Recuerdo» de una Vida Humilde y Consagrada Cuantos conocieron y trataron al querido hermano Juan Fitzgerald no podrían menos que sentir la noticia de su partida. A la edad de setenta y seis años, después de una vida larga y provechosa, el Señor se dignó llamarlo a su descanso. Anticipemos el día glorioso en que podamos vemos de nuevo, en aquella Patria donde ya no habrá pesar, ni clamor ni dolor. El hermano Fitzgerald nació de > adres cristianos en una finca ru-.al de Lynwood, en la Carolina del Norte, el 25 de noviembre de 1865 Vino a México para dedicarse a ¡a obra misionera y estableció su conexión con la Conferencia Noroeste Mexicana en Durango, el año de 1897, trabajando primero con la congregación americana y preparándose para entrar de lleno en la obra mexicana. En 1899 (noviembre 14), se unió en matrimonio con la hermana Clarita McCaughan, hija del Sr. R. McCaughan, quien residió en Durango por muchos años y estuvo dedicado a la minería y la ganadería. Era el Sr. McCaughan el prototipo de la honradez, y aunque siempre fué fiel a sus principios evangélicos, era amado y respetado de todo el mundo. Después de su enlace, el Sr. y la Sra. Fitzgerald tuvieron que hacer una travesía de once días por la Sierra Madre Occidental para llegar al puerto de Mazatlán, pues el hermano había sido nombrado por la Conferencia predicador encargado de Mazatlán y La Paz. Después de esto, en 1901 y 1902, tuvo a su cargo el Distrito de Durango, y fué pastor eñ Torreón, Coah., el año de 1903. Fué Supe-rintendiente del Distrito de Chihuahua entre los años de 1904 y 1908. A cáusa de una postración nervio-,sá tuvo que descansar y emplearse más tarde como evangelista. Más tarde en 1910, tuvo a su cargo el Distrito de Durango, añadiéndole después el de Chihuahua y aun el de El Paso, hasta el año 1918. Mu-f?ch^s trabajos y pruebas pasó nuestro4 hermano en aquellos años de la Revolución, mas no decayó bu espíritu. En los Estados Unidos ocupó dos veces el pastorado de la Misión de East El Paso, (los años de 1919 y 1925). Fué pastor de la Misión Toberman, en Los Angeles, Calif, desde noviembre de 1922 hasta 1924. Jubilado en 1927, nuestro hermano siguió trabajando, y algunas de nuestras misiones mexicanas, como las de Watts y de Willowbrook, recibieron el fruto de sus trabajos y de sus consejos hasta el fin. RemfcdscenciaB personcde». Una piedad genuino, una fe sencilla como la de un niño y una bondad de alma, siempre dispuesta a servir, caracterizaba a nuestro hermano. Recorriendo mis apuntes hallo entradas como ésta: "Durango. Diciembre 27 (año de 1911). Comida a 110 pobres e inválidos en la Misión Evangélica". Esta Misión estaba situada en la calle principal, en un lugar muy céntrico, cerca del Mercado. Por iniciativa del hermano Fitzgerald, que deseaba ver una fiesta para tantos mendigos y desheredados como abundaban en Durango, se llevó a cabo esta reunión bajo los auspicios de la Iglesia Metodista. El amplio salón que servía de comedor y los corredores y el patio, se vieron invadidos por la numerosa concurrencia de pobres limosneros y personas inválidas. Los pobres, los cojos, los ciegos,—como en los días de nuestro Señor,—se sentaron a las mesas donde se servían excelentes viandas preparadas con el mayor esmero. Algunos grupos de nuestros hermanos y amigos contemplaban aquel espectáculo moralmente bello. Las hermanas servían con solicitud. El mismo hermano Fitzgerald, sentado frente al órgano, tocaba algunos himnos que varios hermanos cantaban. Entre tanto, Jos pobres mendicantes llenaban las mesas, escuchando absortos los himnos evangélicos y las consoladoras lecturas de la Palabra Divina, y servida con amor cristiano. Cuando se levantaban de la mesa aquellas personas daban gracias a sus bienhechores, y muchas de ellas con lágrimas expresaban su gratitud. Este privilegio le fué concedido a nuestro hermano Fitzgerald ver realizado, él que se complacía en la felicidad de los demás. No pocas veces al acompañarme a visitar algún enfermo se daba cuenta de las necesidades de la familia y al despedirse con un apretón de manos dejaba en manos del paciente un peso de plata o alguna suma de dinero para auxiliarlo. Y hada esto sin ser solicitado, obedeciendo únicamente a los impulsos del corazón y a su crianza evangélica. Su espíritu de evangelismo se manifestaba en su prontitud para ayudar en toda buena obra de propaganda y en sus trabajos personales. Contábamos con sus contribuciones para la publicación de "La Aurora de la Verdad". Apoyó ' la iniciativa la obra de la Misión Evangélica en un lugar céntrico. Recuerdo también las visitas que en algunas ocasiones hicimos al > Deán de la Catedral, el Sr. José de Jesús Contreras, (Contreritas), que entonces residía en la calle de Pila, para discutir con él amigablemente sobre algunos puntos bíblicos. Siempre terminábamos estas reuniones con oración, concluyendo arrodillados los tres con la oración del Señor. El ocaso de una buena vida.— Hallábase predicando desde el púl-pito de la Primera Iglesia Metodista de Huntington Park el último día del año de 1941, cuando sufrió un ataque de parálisis. De allí fué conducido a su casa, donde expiró al atardecer del día 2 de enero del corriente año. El servicio fúnebre se celebró en la misma iglesia y fué presidido por el Dr. Vemon M. McCombs y los Presbíteros A. Es-cobosa y J. S. Willmarth. El hermano Miguel Narro presentó un breve mensaje basado en Rev. 14:13: "Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueren en el Señor. Si, dice el Espíritu, que descansarán de sus trabajos; porque sus obras con ellos siguen." El sepelio se efectuó en el Panteón de Inglewood. 8 Le sobreviven su esposa Clarita, su hija Winnifred y sus hijos: Lawrence, Robert, Howard y James. ¡El Padre de las misericordias, el Dios de toda consolación, se digne consolarlos y fortalecerlos para que sigan la carrera cristiana y en día no lejano puedan reunirse con aquel hermano que nos ha precedido a la bienaventuranza celestial! —Miguel Narro I Página 11 ^¡3 y» MUÍMW6 IS SUeSTAWMHO FOR PRINTOUT FROW MICROFILM