tratar yo de perjudicarlo, o a decir que no llegaría al primer año, si es un hombre como el que estábamos pidiendo al PRI que postulara? Pregunta: Platícame algo do esa lucha, en Sonora y en México.... I Respuesta: Además de que en b'o personal, con todos mis amigos, con los grupos de personas que influyen en ejidos, sindicatos, en organizaciones, y que me frecuentan o piden mi opinión, siempre luché por eso, porque fuera un candidato con arraigo en Sonora, un sono-ronco de aquí, te repito, una gente que conociera los problemas y las personas. Eso mismo, lo hicimos constantemente o través de los periódicos y lo volveremos hacer cuantas veces sea necesario. Y en México, me entrevisté con el Secretario de Gobernación, entonces el licenciado Jesús Reyes Heroles, y con el presidente del PRI, licenciado Carlos Sansores Pérez, y les dije lo mismo. Se los dije como sonáronse que soy y aprovechando que tenía relación con ellos y podía hablarles con franqueza. Inclusive, el licenciado Reyes Heroles se me molestó y me dijo que por andar haciendo eso "fusilaron a Vidaurri", un general de Nuevo León que en el siglo pasado se puso a determinadas medidas del Gobierno Federal en su Estado. Le contesté que no hiciera esas comparaciones, que no cabían en el caso. Y me dijo: "¿Entonces, yo no tengo derecho a ser gobernador de Veracruz, porque vivo en México?" Yo le contesté que Sonora es una cosa y Vera-cruz muy otra. Que la experiencia nos ha demostrado que los sonoren-ses que se van tan lejos, al Distrito Federal, se desvinculan de Sonora y por más inteligentes que sean, cuando regresan, batallan mucho para roidentificarse, para conocer los problemas y las gentes, inclusive para escoger a los mejores elementos como colaboradores. Que Veracruz ésta mucho más cerca del Distrito Federal y que los veracru-zanos sabrán lo que hacen para escoger a sus gobernantes, pero que el sentimiento general de Sonoro, exige el arraigo como requisito indispensable". Pregunta: ¿Y entonces? Respuesta: Pues nada. Ahí quedaron 'las cosas. Tú te acordarás que después hasta tuve que repetirlas públicamente en los periódicos, On Excélsior princioalmente, cuando vinieron a entrevistarme. Y no es que hoy tenga nada contra los distinguidos sonorenses que viven en el Distrito Federal. Reconozco la valía de todos ellos. Soy amigo del Lk. Uruchurtu, de Fausto Acosta Romo, de Francisco Vizcaíno Murray, de Manuel Puebla, y todos tienen grandes méritos. No me ha llevado a esta posición, pues, ninguna animadversión personal es un asunto de principios y ya. Inclusive, un día, platicando con el Gobernador Alejandro Carrillo Marcor, éste aceptó, después de tener casi dos años al frente del Gobierno, y hasta recuerdo que más tarde lo declaró públicamente, que el arraigo es necesario paro gobernar Sonora. Y aue él mismo estaba equivocado al pensar lo contrario. Que perdió mucho tiempo en identificar a las personas y en conocer bien los problemas y que entonces, cuando me lo dijo, estaba metiendo todo el acelerador en su trabajo para recuperar el tiempo perdido y para hacer un buen gobierno que al terminar su mandato dejara una huella po sitivo en la historia do Sonora. Volviendo a tu pregunta original, entonces, si el doctor Ocaña reune todos los requisitos del candidato por el cual yo estaba luchando y que no tenía nombre, te repito, sino solamente requisitos que llenar, pues, / qué interés podría tener yo en entorpecer la marcha del doctor Ocaña?.... Además, ¿con cuál fuerza iba intentar yo, en el peor de los casos, oponerme.... Pero sobre todo no tenía ni tenqo motivos para hacerlo. A mí, su designación me cayó muy bien. El doctor Ocaña y yo no eramos amigos, pero tampoco éramos enemigos. Yo les dije en México: Hay más de veinte precandidatos. Escojan a uno de ellos, al que consideran mejor, pero que sea de Sonora. Inclusive, cuando, desoués de la postulación del doctor Ocaña me habló Reyes Heroles por teléfono.... Pregunta: ¿To habló Reyes He-roles? Respuesta: Sí.... Inclusive me sororendió, porque después del incidente que tuvimos en su oficina con eso del general Vidaurri, y mis declaraciones en los oeriódicos, creí que no me iba a volver a hablar.... Pero me habló cara decirme que el doctor Ocaña sería el candidato y pedirme que le ayudara a consolidar su candidatura.... Yo le contesté: Licenciado, yo hablé con usted y le pedí que buscaran a un señorease de aquí, a un sonorense con arraigo. Ustedes lo hicieron, entonces,^ nosotros no tenemos más que motivos de agradecimiento para el Partido por haber atendido el clamor de los sonorenses, por lo tanto, todos los que vivimos en Sonora y queremos a Sonora vamos a ayudarle y estoy seguro de que con •los otros precandidatos con arraigo, no habrá problemas, que todos nos vamos a unir para ayudarle al doctor. De manera que la versión esa la inventó alguien que, por lo visto, no me tiene muy buena voluntad.... Es cuestión de usar el sentido común, pues, y de que vean que yo no tengo eí menor motivo para_ no estar al lado del doctor Ocaña. Además: Lo que ya he visto, lo que ya he escuchado de sus actos como hombre y como candidato, de su campaña, de sus propósitos de servicio, pues ahora hasta soy su partidario decidido y convencido.... Convencido de que va a ser un magnífico gobernador, si todos los sonorenses lo apoyamos. Pregunta: Se ha publicado también, en México, que tú mangoneas o que quieres mangonear a todos los gobernadores de Sonora. Respuesta: Esa es ptroxde esas versiones que me dan risa y que se liquidan con sólo analizarlas con tontito así de sentido común. Es otra versión absurda. A ver: ¿Cuántos gobernadores ha habido desde que yo salí del cargo en 1973?.... ¿Sólo dos, Biebrich y Carrillo Mar-cor, yerdqd?.... Por fortuna, ahí es-: tón los dos vivos y Alejandro es gobernador todavía. Que digan si yo he intentado mangonearlos alguna vez, si les he dado indicaciones, les he estorbado en su tarea administrativo o he tratado de obtener de ellos favores o beneficios personales.... Ahí están los dos vivos, y ninguno de ellos podrían decir que jamás les haya pedido absolutamente nada.... •Pregunta: Es más, me decías hace unos momentos, antes de iniciar la entrevista, que a Carlos Armando Biebrich trataste de orientarlo y v 1 de ayudarlo. Respuesta: Cuando por las informaciones que me llegaban pensé que andaba mal, sí, pero como amigo suyo. Quise hacerle una observación, decirle que no veía correctas algunas cosas que estaba detectando. Claro que él podía hacerme caso o no hacérmelo, pero el caso es que yo me sentía obligado con el muchacho. Anduvo conmigo mucho tiempo. Pregunta: ¿Me decías que ee llevaban como padre e hijo?.... Respuesta: Sí, claro, algo muy parecido, o como amigo muy querido. Para mí hubiera sido un orgullo muy grande que él hubiera resultado un buen gobernador. Yo no iba a andar hablándole a Biebrich para estorbarle, sino todo lo contrario. Porque cuando un amigo ve que otro amigo está obrando equivocadamente, es su obligación alertarlo y señalarle los errores que está cometiendo. Creo que los amigos verdaderos deben ser así. Para eso son los amigos. Ahora, si el amigo le hace a uno caso o no, pues es. asunto suyo. Yo sólo cumplí con mi obligación de señalarle que había que rectificar el rumbo. Esa era mi obligación de amigo.... ¿O no? Pregunta: ¿Y con el gobernador Carrillo Marcor? Respuesta: Con Alejandro he hablado mucho, he platicado mucho, siempre en plan de amistad y con mutuo respeto. Pero nunca lo he presionado con mi opinión en ninguna forma y cuando he comentado con él asuntos de interés para el Estado lo he hecho de buena fe, en forma objetiva, con la mejor intención de servir. También él sabrá si hace caso o no, si toma en cuenta o no lo que yo le diga. Nunca voy a andar dando opiniones al gobernador o a quien tea, sólo porque se me ocurra hacerlo. Yo sólo opino cuando me preguntan. Yo nunca he tratado de interferir en las acciones del gobierno de nadie ni cosa que se le parezca. Hi con el anterior, ni con éste, ni lo voy a hacer con el doctor Ocaña. Si él desea que yo externe una opinión, si me pide que de mi punto de vista sobre algún asunto, se lo diré con mucho gusto, pues tampoco tengo por que no hacerlo. ¿Con qué objeto, pues, iba a andar yo interfiriendo en los asuntos oficiales, después de que dejé de ser gobernador?.... Nada de mangoneos, es cuestión de sentido común". (*) LA VERSION DE LOS $20,000 MILLONES Y EL EJERCITO PRIVADO —"Está eso como la versión absurda de los 20 mil millones de pesos y de un ejército privado que se publicó que tengo aquí en Sonora...." Periodista: ¿Quién escribió eso, a propósito? Respuesta: Fue un tal Gregorio Ortega, a quien no conozco ni de lejos, en El Universal... Pregunta: No me enteré. ¿Qué fue lo que dijo? Respuesta: "Dijo y publicó que Faustino Félix, el cacique de Sonora, tenía 20 mil millones de pesos -listos para poner al gobernador que él quisiera y que si el PRI no nominaba al candidato de su predilección, entonces entraría su ejército privado en acción, para imponer a mi gallo. Que, aparte, tenía los elementos necesarios, muchos "soldados", muchas amas y mucho dinero pora imponer al que me diera la gana.... Eso, como una, gron cosa, lo estuvo festinando Jesús Corral Ruiz.... (CONTINUARA) * Además Jesús, debo decirte a<* So muy importante. Todos loe hosn-res y mucho más los gobernantas, necesitamos información, orientación y consejo. Nadie es infalible ni sabe todas las cosas. Cuando yo fui gobernador, me gustaba escuchar opiniones y pedir consejos. En las situaciones difíciles, sobre todo, les planteaba los problemas a mis colaboradores, a mis amigos de más confianza y les pedia que opinaran. Inclusive, llamaba a gentes ajenas al gobierno, en ocasiones, para escuchar sus puntos de vista. Y todos los funcionarios tenían órdenes de informarme al detalle de lo que ocurría en el Estado. Sólo teniendo así una visión panorámica y comparando ideas, tomaba las decisiones definitivas. Creo que es bueno, pues, escuchar y consultar. A nadie le ha hecho daño hacerlo... Y en cambio, se evitan mu- chos errores.