Marzo REVISTA EVANGELICA 183 La Confesión Auricular De "O Estandarte. El célebre Tertuliano, según un autor que tenemos a mano, dice en su Libro 4° contra Mar-ción, cap. 10, y en su Libro 20 de la penitencia, cap. 10: ‘Sólo ese Hijo de los hombres, de quien se habla en el prefacio de Daniel, obtuvo el poder de juzgar y por consiguiente de perdonar pecados. ¿Quién eres tú que quieres imitar a Dios, remitiendo pecados?" "La confesión de los pecados es aquélla por la cual confesamos a nuestro Señor nuestro pecado, no como a quien no lo conoce, sino a fin de que esta confesión nos disponga a satisfacerlo: de esta confesión nace el arrepentimiento, Dios se apiada." De modo que Tertuliano condena abiertamente la confesión al oído del cura, la que, por lo visto, ya se enseñaba en su tiempo. No somos, pues, solamente nosotros los que preguntamos a los llamados sacerdotes de la Iglesia papal: ‘‘¿Quién eres tú que quieres imitar a Dios, remitiendo los pecados?” Lo hacemos con el eminente Tertuliano a quien Roma proclama uno de sus más insignes campeones. ------o------ La Otra Vida . . . . Apelo a cualquiera que haya mirado el rostro muerto de un sér querido, con esa ansiedad extraña que constituye la esperanza mezclada de consideración; apelo a vosotros que habéis pagado aquella hora fúnebre, la última de la alegría, la primera del luto ¿No es cierto que se siente que hay allí algo todavía? ¿Que aún hay algo posible? Siéntese al rededor de aquella cabeza el estremecimiento de las alas que acaban de desplegarse. Una palpitación confusa o inaudita flota en el aire alrededor de aquel corazón que no late ya. Aquella boca entreabierta parece llamar a lo que acaba de marcharse y se diría que deja caer palabras obscuras en el mundo invisible. Ese estupor no es el contacto con la nada; es la sacudida que produce el choque de esta vida con la otra. Soy un alma y siento perfectamente en mí mismo que lo que devolveré a la tumba no será “yo." Lo que es “yo" iría a otra parte. Tierra, ¡no eres abismo! Victor Hugo.