do propietario en la Legislatura de Morelos. Pero ¡ayl ¡cuánto han cambiado los tiempos, y cuánta tristeza causa recordar aquel os días de Letrán y aquel grcpo querido a cuyo calor, como en un búcaro, nacieron las primeras Pasionarias ! Las tormentas políticas, la guerra, los pesares, el soplo _mismo de la vida, han arrebatado ya del mundo a más de la mitad de aquellos entusiastas jóvenes que se reun;an en mi cuarto humilde de Letrán soñando con la fama, "a poes;a y la gloria. Marcos Arróniz, suicida o asesinado 1857; Mznrel Mateos y Juan Díaz Covarrt bias, fusilados en Tacubaya, en 1859; Florencio del Castillo, muerto del vómito en Ulúa, en donde lo habían encerrado los franceses en 1863; Miguel Cruz Aedo, aseinado en Durango en el año de 1860; Juan Doria, e' heroico batallador del Cimatarió, «f 1867, muerto del corazón, en 1870, y Mirafuentes muerto en el Gobierno del Estado, Juan A. Meteos que ha lie?, nado el teatro de piezas dramáticas, la prensa de nóvelas y poesías Ericas y las Cámaras cón el acento de su voz de tribuno;Alfredo Chavero, que ha-bien sido como el anterior, poeta dramático y diputado, vive entregado a la Arqueología; Emilio Velasco, que es hoy ministro de Méjico en Paris; José Rivera y Río que después de haber publicado poesías, novelas y libros de texto, se ha hecho ermitaño, desenga- --------------—o------—---------- fiado y triste, como el médico de H. Arnaud y por último, el que servia de lazo de unión de aquellos muchachos, y que hoy escribe este largo prólogo para el Benjamín de aquella fá-m lia, que está vivo también, pero triste, abatidó, casi ciego, s‘n esperanzas, abrumado por grandes dolores recientes que han despedazado su corazón, y oue si arranca todavía sonidos dolorosos de su enlutada lira y canta, es sólo “Perché cantado il duol se disacerba," como dijo el Petrarca. Ignacio M. Altamirano. En pro de la cultura mexicana (ALREDEDOR DE LA POLEMICA MOHENO - CERNA) Me voy a permitir dar breve contestación a la NOTA que aparece a! calce de mi artículo intitulado El Sr Moheno y la Litsrat ra Americana, publicado en el No. 4 de REVISTA MEXICANA. La NOTA se debe, indudablemente, a la bien cortada pluma del dustraco Director de. este semanario. No tiene razón mi bue¡¡ amigo el señor Lie. D. Nemesio García Naranjo para atribuirme el “prejuicio tradicional y arcaico de que solo lo extranjero es bueno." No señor, lejos de mí semejante prejuicio. Al contrario y refiriéndome con particularismo al asunto de que st trata, debo decir que tengo la intima convicción de que desde muchos puntos de. vista nuestra literatura mexicana puede compararse ventaj<*samén-te con la de los Estados Unidos, así como con las mejores de los países la-, tino-americanos. Aunque ?o tan profundamente como el señor Lie. García Naranjo a quien conridero como un poeta y literato de altos vuelos, que honra las letras mexicanas; sí me atrevo a asentar que conozco algo de lo mejor que han producido nuestros compatriotas en el arte, en la literatura y en las ciencias. A ’a verdad que no me son desconocidas las eminencias que el señor Lie. García Naranjo me señala, como son: Sor. Juana Inés de la Cruz, Juan Ruiz de Alarcón, Othón, D az Mirón, Ramirez, Altamirano ti Padre Mier, Justo Sierra, Clavijero, Alamán, Zavala Orozco y Berra, Vallaría, Pallares, García Icazba'ceia, Giillermo Prieto, Lie Rabasa, Vicente Riva Palacio, Arriaga, Zarco, Zamacona, I crdo de Tejada, Alcalde, y Hernández y Hernández. Conozco igualmente gran parte de ¡as obras de historiadores .-orno Manual rayna, Juan