Lee palabras de este gran salmo nos recuerdan las maravillosas obras que Dios ha hecho por nosotros, y dar gracias por su cuidado, dirección y bendiciones. Hay sabiduría en el mandato del salmista: "Haced notorias sus obras en los pueblos". Debemos hablar a menudo a nuestros hijos y a los pueblos del mundo de lo que Dios ha hecho por la humanidad. Alabemos pues a Dios y hagamos notorias sus obras. Oración: Te damos gracias, Padre nuestro, por las personas de todos los países que te llaman Padre. Dales valor para que testifiquen de tu gloria. Amén. Leeeién de la Eseeela Dominical para el 11 de Jalio. Títele: Las Deelsfcmee Determinan el Destine. Pacaje: Dewterenomte M-34. L. 6 de julio: Bendición y maldición, Deu-teronomio 30:15-20. Alguien ha dicho que la existencia aparte de Dios no merece el nombre de vida. Por lo tanto una persona está viva o muerta, todo depende de si conoce o no a Dios. En un sentido muy real cada uno de nosotros estamos rumbo hacia la vida o la muerte. Las palabras de Deuteronomio 30:15-20 presentaban una alternativa al pueblo de Israel. Nuestro propio testimonio o nuestra sincera pregunta: “¿Conoces al Be-flor?” puede dar por resultado una decisión por Cristo. Muchas personas creen que pueden posponer su decisión en cuanto a Jesús hasta un futuro día. Necesitan que nosotros les digamos que ya han tomado su decisión: o están con él o en contra de él; están encaminados hacia la vida o la muerte. Nuestra responsabilidad es decirles que ahora es el día adecuado para que pongan su conflansa en Jesús. Hoy es el día de salvación, porque con Dios hay perdón. Con alegría él borra el pasado y concede un día limpio hoy y un nuevo mañana. Necesitamos publicar las buenas nuevas de que Dios perdona. Todos necesitamos ser perdonados para poder perdonar nosotros mismos. Sólo asi se puede encontrar paz interior, y testificar con amor a los que nos rodean. Oración. Padre nuestro, guíanos hoy a un alma que necesita encontrar el verdadero camino de vida. Amén. d. 7 de julio: Fuerza y ánimo, Deuteronomio 31:1-8. Un Joven que fue llamado a servir en 2* el ejército en tiempo de guerra asistió por última ves al servicio de oración de su iglesia antes de partir. Al despedirse de sus amigos sacó de su bolsillo un pa-pelito en el que estaban escritas las palabras de Deuteronomio 3:1-6, el mismo versículo que el Señor dio a su pueblo antes de comenzar la batalla por la Tierra Prometida. •'Este es el versículo que nevaré a la guerra”, dijo al volver a ponerlo en el bolsillo Junto a su corazón. Nosotros también necesitamos este versículo. Hay botellas que pelear cada día. Tenemos que pelear contra la pereza; tenemos que pelear contra la tentación de dejar para otra ocasión aqueUas cosas que Dios nos pide que hagamos; tenemos que pelear contra todas las formas de temor—temor de la critica, temor del fracaso, temor de nosotros mismos, temor de la enfermedad, de la vejez, o de lo que traerá consigo el mañana y tenemos que pelear siempre contra el pecado— implantando en nuestras propias vidas aquellas virtudes cristianas con que el tiempo harán desaparecer el mal. Realmente el Joven soldado no sólo llevaba el versículo a la batalla, sino que llevaba la convicción de que Dios iría con él por doquiera que él tuviera que ir. Esta convicción puede dar valor a cualquier persona. Oración: Padre, háznos conscientes de tu presencia por medio de Jesucristo, quien camina a nuestro lado. Amén. M. 8 de julio: La grandeza de Dios, Deuteronomio 32:1-4. Cada día tomamos muchas decisiones; cada decisión influye en alguna forma en nuestra vida física, mental, social o espiritual. Por ejemplo: escogemos qué alimentos podemos comer y cuáles no, determinando así la eficiencia y el tamaño de nuestro cuerpo. Escogemos leer o no ciertos libros y periódicos, ahormando así nuestra mente, la cual ahorma nuestras actitudes y acciones. Escogemos ciertos amigos como nuestros compañeros y nos aislamos de la compañía de los demás, lo cual es una decisión de mucho alcance para nosotros y nuestros hijos. Y seguimos tomando decisiones. Cada día escogemos entre el bien y el mal, y tenemos que escoger también entre lo bueno y lo mejor. La decisión que supera a todas las demás es la de servir o no a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, o el de servir a un dios falso. ¿Debe tomar este decisión algún miembro de este familia? IL HOGAR CRISTIANO