Segundo AEo	SAN IGNACIO, TEXAS, _E U. de A. Sábado 12 de MARZO de 1904	Número 90
^KL HORIZONTE.
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T coeri.'S más de mil conque el fraile f m boba á sus aso dados, son charlatanis-mo religioso de muy mala leyT
En 1077 vuelve Enrique á erguir la
i	cabeza, tratando de dominar en el ter-I reno que le prohibía el clero La natu-
j	rafeza lo impulsaba á obrar como hom-ore y el fanatismo lo arrastraba á la hn millación; era la bestia que lamia la cnerda qu3 lo ataba.
En 1089 el cardenal Hugo le Bl¿nc, Enemigo de ks tnemigos del pueblo, el ¡’spa (así con maj úiéula para que no ss crea que es un tubérculo, ó un ani mal que se llama dorífero, y que. se ali ^menta de la pknta que produce las pa vas) Gregorio VII da el pontificado á Deber to. Estos benditos fieles daban y quitaban el pontificado como quien da un pedazo de pan duro á un mendigo ó jomo el niño que da y quita con la mis-'-a ficilidad la cosa regalada. Y sigue ei depositario de las llaves del cielo, ext comulgando á Enrique IV de Alemania;
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¡ .¿ lanza nía nueva excomunión, (raye llJknl,,T‘ pern/£m»n-e) y^el EpT
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•SINOPSIS-
LOS PAPAS.
CRISTIANOS Y HEREJES
XIV.
(Para “El Horizonte-”)
Raudales de luz nos circundan por to-das partes; por doquiera que extendamos nuestra vista, que se fije nuestro entendimiento, vemos el adelanto y el progreso q ’ nos dicen en elocuentes ira* ces: | AVANZAD! avanzad imitando á la naturaleza, esa grande obra que te nemos á la vista; aprovechad sus lecciones, aprended de sus dones las bellezas; que si loe irracionales se dominan á im* pulsos de la paciencia, vuestro orgullo se rompa y se forje en bienhechora can sa, al fuego santo de la inteligencia que nos legaron la naturaleza ó el acaso.... i De qué nos servirá esa pensadora que llevamos palpitante dentro de nuestro cráneo, y que erguida quisiera besar lo infinito, y que es base de inteligencia, de progreso, de civilización? ¿De dónde
han brotado el rayo, y la electricidad, y el vapor que acortan las distancias?.... ¿De dónde han salido las palabras democracia y LIBERTAD, SALUD y PUEBLO, A MOR y FRATERNIDAD . RESPETO y DERECHO, IGUALDAD y VIDA? Nuestras cabras desmienten, nulifican y degradan nuestra noble causa; que Aceptamos gustosos nos unzan al nefando juguete de la superstición- que doblamos el cuello al negro fanatismo y que nos dejamos dominar por ilusos que nos sangran y envenenan, nos matan y deshon ran, J> Pftra colmo de infamias , nos escupen al rostro nuestra debi.idad y cobardía.
Lo que se ve á continuación, probará que somos manequks, y no seres pensadores, libres é inteligentes.
Dijimos que en 1076 Gregorio VII excomulgó á Enrique IV de Alemania , y luego lo absolvió con la misma facili dad conque lo había condenado, mos trando con esto que la tal excomunión no es otra cosa que farsa soez é inmunda , como lo son todos los actos del ele ro corrempido; el bautismo, la confirmación, comuniones, responsos, chus
se moja y continúa acosando al jav.i íe que se emboscaba en ia bssí ica del vil jtidí>. (N)ród fr .'-el primero que llamó así al que le can el gallo )
Ea 1084 vuelve á Ser excomulgado En rique el testaruio; frito y condenado toma la ciudad santa y se hace coronar p< r Giberto Papa (otra vez con mayúscula) q’ había sido elegí lo pontífice por Hugo le B anc
Un afió después, Gregorio VII el iracundo, el feroz, ol de las excomunio nes, muere en Palermo y de seguro su santísima alma fué recibida en las alturas con músiess celestiales , cuya batuta manejaba Juan el extrangulado
Subió a! trono Victor III
Parece que en 1092 el Cid Campeador llamado Rou, igo Díaz de Vivar, comien za sus hazeñ ;S fabulosas, siendo aliado dal clero.
Después de un añ >, (1093) Guillermo til Rojo de Inglaterra, obliga á las iglesias del clero á pagar cierto tributo al reino y confiere grtdos sacerdotales á sus amigos y aliados.
Otro año más, un concilio de ricos hombres ingleses, declara que ningún arzobispo puede, sin beneplácito del sos berano , prometer obediencia al papa (se nos pasó la mayúscula) de Roma.
Un delegado de la silla apostólica, convocó otro concilio (llovían excomuniones y gracias que era un ce ntento; pan cotidiano clerical) para excomulgar al rey de Francia, por concubinato ... Ellos, el santo clero, qué castigo se a-plica por monstruosidades semejantes y muchas otras mayores?................
Vuelve el rey de Francia á ser excomul gado, ¡pobre hombre, cómo estarán ya sus huesos!
El mismo afio, Urbano II Papa,promueve la primera cruzada contra les infieles [nosotros somos unos angelitos, dicen los frailes]
El buen juez por su casa empieza,pero no tan aínas; el clero veía la paja en el ojo del enemigo, pero no veía el leño
en el suyo propio.
El grito de guerra de esss matanzas santísimas fué: DIOS LO QUIERE ; y el diablo, decimos nosotros, la empuja. Lanzado ese grito, la horda de fon gi-dus, esos enemigos viles hipócritas y traidores, de la humwidad, avanza como furia infernal sobre la tierra santa, cometiendo negras crueldades y críme-■ nes atroces á nombre del dios de ellos. । Jerjes el bárbaro Jerjes, no pudo noneca causar más victimas, ni derramar ’ más sangre en el paso de las Termópi las, que lo hicieron como cristianos los hijos de Han Pedro; lobos sanguinarios y fanáticos, y caníbales eran loe tales cruzados ¡Clero obcecado y corrompido .. furia humana en cuyo cuerpo encarna Lucifer, jamás has tenido corazón.... nunca hubo conciencia en ti; fuiste ré probo, y réprobo serás mientras veamos rutilar sobre nuestras cabezas esos mi llenes de mundos que nos alumbran, ó hasta que el pueblo viril, desfanatizado. levante al cielo su cabeza v lea en
¡entonces caerás?¡caerás para no levan tarte sino en los infiernos que tú mismo has forjado; allí será entonces el crujir de dientes!!!
Esal horda delsdrones católicos se comporta de 100 000 caballos y 600 OfO infantes con su dios de los rjércitos al frente, y á retaguardia el papa cabeci Ha principal de aquella cuadrilla de LADRONES Narrar todas las perio* cías de atrocidades llevadas á cabo de un dios de bondad: calcular sus maldades. anotar todas las víctimas que caí n al gdpe SANTO de una religión nefan da: hacer comparaciones y ana’izar las implacables ferocidades de ese c’ero. sería querer levantar sobre nuestras débiles y añosas espaldas , el mundo que habitamos recargado con todas las ln famias de esos zánganos de cerquillo.
No es posible; y ei la Historia ha dado ya su fallo solemne sobre esos crímenes pontificios incluyendo la santa in quisiiión, duele, duele poner en ell< s el pensamiento como duele una llaga gangrenosa al tratar de levantar sus ccstras Sangra el corazón ; hierva « n las venas ese líquido rojo que las a’i menta; la conciencia se alborota y el cuerpo todo se estremece......
Y aún no ba concluido la obra satánica de esos caníbales. Fn las convulsiones desnchocés. en la agoníi de su extinción se mueve aun como serpiente herida de muerte derramando, (clero infame ) per sus inmundos labios y escupiendo por sus colmillos acersdcs, fuego infernal y ponzoña diabó’ica
HUI
Así ccreluyó el sigo XI de eterna recordación, como lo será aquel en q’ se estableció 'a Santi Inquisición y el otro que vió la aparición de la famosa Compañía (de Jesús) de LOYOLA Ignacio.
M Ocampo 35L