510 _________________________________________________________________________________________________________________________ REVISTA CATOLICA 27 de Julio, 1924. ba la religión como el deber primordial del hombre, hoy se le considera por los prohombres... ridiculez, como propia tan solamente para mujeres y niños. De aquí el que cuanto más petrimetres sean, miren la religión con desdén y acojan con sarcástica sonrisa lo que de ella acertadamente se dice, y miren con cierta estúpida compasión a los que la practican, considerándolos como hombres que no andan con la época y dándose ellos con ese aparente desprecio visos de ser seres extraordinarios en la órbita de la humanidad. ¡ Insensatos! ¡ No demuestran en esto sino la infatuidad más despreciable! Los grandes hombres jamás se han avergonzado de aparecer lo que son, ¡creyentes prácticos! _______ IGNORANTES, NO INCREDULOS. En un viaje que efectuó hace poco un sacerdote ejemplar y orador eminente, encontróse con un sujeto de maneras muy distinguidas que alardeaba de incrédulo. Pronto trabaron conversación, y el sacerdote partió del supuesto de que estaba hablando con un ferviente católico; pero el seglar le interrumpió diciendo: —Usted ignora que en materia de religión nada creo. —¿Ni en la existencia de Dios ni en la inmortalidad del alma? —Tanto como esto, no diré que no; pero no creo en el infierno. —¿Admitirá usted, -caballero, la revelación? —No, la considero una novela. —¿Habrá Ud. examinado las pruebas de la revelación ? —No señor. —Ha leído Ud. las obras del cardenal La Lucerna, de Frayssinous, del P. Félix, de Perrone Lacordaire, Monsabré y algunos otros? —No señor. —Conoce usted los escritos de Bossuet y Fene-lón, las obras de Balines, de Nicolás, y de otros de nuestros escritores que han tratado filosóficamente, o desde el punto de vista puramente racional las más profundas cuestiones religiosas? —Confieso que no conozco ninguna de esas publicaciones. —Entonces, caballero, permítame le diga que ha equivocado la calificación que hace de usted mismo, pues no le corresponde la de incrédulo.... —¿Cuál pues? —Espero que no le ofenda mi franqueza, pero se lo diré con toda lealtad, pues así lo desea. Es Ud. un ignorante, no un incrédulo. LA MAR... DE GRACIAS ¿Cuál es el mar más obscuro? El Mar Negro. ¿Cuál es el más trágico? El Mar Rojo. ¿Cuál es el más tranquilo? El Mar Pacífico. ¿Cuál es el más rico? El Mar de Plata. ¿Cuál es el más sabio? El Mar...coni. ¿Cuál es el que buscan las mujeres? El Mar...ido. ¿Y el que está más a la orilla? El Mar... gen. ¿Y el más fuerte? El Mar..mol. ¿Y el más triste? El Mar..tirio. ¿Y el más salado? El Mar..isco. _____________________________ EFRAIN G. DOMINGUEZ Y EL CULTO DE LAS IMAGENES. Ya tenemos de nuevo al original redactor del organillo de los renegados bautistas frente a frente. Contra las notas que hemos venido publicando acerca de las imágenes, del culto de los santos y de la ridicula imputación de los evangélicos de que tal culto es una crasa idolatría, te sale el bueno de D. Efraín con sus geniales patas de gallo, o excentricidades que, cierto, las dejáramos pasar desapercibidas, si no nos dieran ocasión para a-clarar más nuestras doctrinas y para pasar algunos ratos divertidos con lo curioso y original de la lógica del famoso redactor. Y sin más preámbulos entremos en materia. Canta la palinodia. Acorralado por la fuerza ineludible de las pruebas que adujimos, y que tomamos de la misma Biblia protestante, para probar que “Dios no prohibió el hacer imágenes, sino solamente el hacerlas para adorarlas”, se ve obligado a confesar con dolor de corazón, que realmente así es. Hé aquí sus palabras textuales: “En esto estamos perfectamente conformes.” Habemus, pues, reum confitentem; tenemos, pues, a nuestro D. Efraín cantando públicamente la palinodia y confesando que la doctrina católica en este punto está conforme con las enseñanazas de la Biblia. ¡Ya es mucho! ¿Qué dirán a esto sus compañeritos de apostasía, que tantas veces están repitiendo en sus desequilibradas hojas de propaganda que Dios prohibió a secas hacer imágenes, y que, por lo tanto, los católicos están contraviniendo esta orden del Señor? Por otros rumbos.... Forzado a hacer la confesión anterior, busca mejor fortuna por otros rumbos. Empieza a impugnar nuestra doctrina de que el culto que dan los católicos a los santos no es idolátrico, como repiten constantemente a boca de ganso los evangélicos del evangelio impuro. Pero hácelo con tan mala estrella, que ni que hubiera estado durmiendo o en las Batuecas, hubiera podido hacerlo más miserablemente. Después de confesar que estaba con nosotros en perfecto acuerdo acerca de que Dios solamente prohibió hacer las imágenes para adorarlas, dice “Pero es el caso que los católicos sí tributan a sus imágenes el honor debido a sólo Dios.” ¡Aquí te quiero, escopeta! Punto es éste que jamás han probado ni probarán en jamás de los jamases todos los renegadillos juntos, aunque llamen en su apoyo a su papacito Lulero y demás comparsa de papacitos de tantas y tan variadas sectas. Para esto habían de probar que los católicos rinden el mismo honor a las imágenes que a Dios. Para esto es necesario que prueben que los católicos les dan el honor que les tributan, porque creen que en ellas hay alguna divinidad o alguna virtud por las que deban reverenciarse, y que las veneran por el mismo motivo por el que adoran a Dios, a saber, por su intrínseca, independiente e infinita grandeza. Mientras esto no prueben, y no lo probarán jamás, son tontas todas sus afirmaciones. Y adviértase que esto lo han de probar por la enseñanza oficial de la Iglesia, esto es, por los decretos de los Concilios y documentos papales, o bien, por la doctrina de los teólogos católicos. Pero en fin, veamos cómo prueba su aserto el ilustre redactor bautista: ____________