Lección III. HERALDOS DEL REY Abril 19 de 1931. Luego clamó a Abraham BOSQUEJO DE LA LECCION CEGUIMOS estudiando las hermosas e instructivas parábolas del Se-*■* ñor Jesús. La parábola del rico y Lázaro enseñará útiles lecciones a los niños si se fijan bien en su estudio. 1. El Rico y Lázaro. Había un hombre muy rico que se vestía con mucha elegancia y comía de lo mejor que había, haciendo suntuosos banquetes todos ios días. Este hombre rico aparte de ser muy egoísta no temía a Dios, era un hombre impío y disipado. También había un pobre mendigo, llamado Lázaro, lleno de llagas y a quien sus amigos echaban a la puerta del rico. Este mendigo era un hombre piadoso, pues temía y amaba a Dios. Era tanta su miseria y tan triste su condición que aún deseaba alimentarse de las migajas que se caían de la mesa del rico; pero el rico no se compadecía del pobre mendigo y para él mejor eran los perros vagabundos, los cuales venían y le lamían las llagas. 2. Muerte de Lázaro y del Rico. Al fin murió Lázaro y como confiaba en Dios fué llevado por los ángeles al cielo. Y murió también el rico y sus amigos y parientes lo sepultaron con gran pompa, pero su alma se fué al infierno, porque nunca había obedecido ni amado a Dios. 3. Peticiones del Rico. Estando en ei infierno, el rico levantó los ojos y vió a Lázaro gozando en la compañía de muchos redimidos. Luego clamó a Abraham pidiéndole que mandara a Lázaro a calmar un poco sus sufrimientos; pero Abraham le dijo que recordara que había gozado mucho en el mundo, y que además había una grande sima entre el cielo y el infierno y que era imposible pasar de un lado a otro. Entonces le suplicó que fuera Lázaro al mundo para amonestar a sus hermanos que quedaban en la tierra. Tal vez creyó que con la presencia de un muerto cambiarían de vida, pero Abraham le dijo que si no escuchaban los consejos de los profetas y las amonestaciones de la Escritura tampoco creerían a Lázaro. La oportunidad la tenían delante de si, si se condenaban era por su propia elección. 4. Aplicaciones de la Parábola. Este relato nos enseña que debemos arrepentimos y servir sólo a Dios. Si ponemos nuestra confianza en el dinero como el pobre rico de la parábola, sin duda que tendremos el mismo fin. Porque