Iiección V. HERALDOS DEL BEY Febrero 2 de 1930. BOSQUEJO DE LA LECCION VAMOS a estudiar, queridos niños, otro trocito del sermón del mon-* te. Este trata de algunos deberes cristianos. mas intimo del corazón, expre-imo procurando aturdir a Dios e está en todas partes sabe de e a Dios que nos ayude a 1. La Oración. Hay dos clases de oración: Oración falsa y ora- » ción verdadera. La oración falsa es la que se hace por ostentación, la que se hace con el fin de que las gentes alaben nuestra piedad. Esta oración es la de los hipócritas y la recompensa es la adulación humana. Nuestro Señor critica esta oración y aconseja que la oración debe ser sincera, nacida de lo sando nuestras necesidades y no c con inútil palabrería, porque El, qi qué cosas tenemos necesidad, antes de que nosotros se las pidamos. 2. La Oración Modelo, encierra las peticiones que han de hacerse a Dios. Es la sin igual oración que el Señor Jesús enseñó a sus discípulos. Según ésta, debemos en primer lugar expresar el deseo de que el nombre de Dios sea santificado y de que su reino sea establecido en la tierra, así como en el cielo. En seguida, pedirle nuestro alimento, porque aunque parezca extraño éste viene de El. Dios manda las lluvias y el sol sobre la tierra y hace que las semillas fructifiquen. También debemos pedirle el perdón de nuestros pecados; pero para esto es necesario que de antemano hayamos perdonado las ofensas de los demás. Por último debemos ponernos bajo la protección divina y vencer las tentaciones. Que nuestra oración sea llena de confianza, reconociendo el poder y la gloria de Dios por todos los siglos. 3. El Lugar de Nuestros Tesoros. ¿Saben cuál es éste? El cielo porque allí no hay nada, ni nadie que los destruya y los codicie. Además, si hacemos en el cielo nuestros tesoros, allí estará nuestro corazón. El Señor Jesús aconseja a las multitudes que no se hagan tesoros en la tierra porque la polilla y el orín corrompe y los ladrones minan y hurtan. 4. Confianza en Dios. También, el Señor amonestó a sus oyentes que no se afligieran por la comida, la bebida y el vestido, porque Dios, que es un padre amoroso sabe de todas las cosas que sus hijos necesitan. Y ¿saben cuál es el deber principal de los hijos de Dios, amados míos? BUSCAR PRIMERAMENTE EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA, Y TODAS LAS DEMAS COSAS VENDRAN POR AÑADIDURA.