REVISTA EVANGELICA LA BIBLIA Por el ProL A. Vélez —VA— ¡Oid, su autor es Dios, y no os asombre Que para revelarse a los humanos, Haya escogido al hombre Para iniciar al hombre en sus arcanos. Es el Libro bendito Donde el Hijo de Dios con amor tierno, Las puertas del hogar abre al proscrito Que se allega contrito A las misericordias del Eterno. Millones de volúmenes ha escrito El hombre perspicaz , Que no tienen la vida que este encierra, Porque jamás hubo, ni habrá jamas, Otro faro de luz sobre la tierra. Su luz en las tinieblas resplandece: Es fuente de consuelo. Es planta celestial que reverdece Sobre la árida faz de nuestro suelo. Al darnos Dios las Santas Escrituras Se libra de reproche, ¿Cómo había de dejar a sus creaturas Errar en las tinieblas de la noche? Cual firme roca que el océano alcanza En tormenta y bonanza, Y con furia titánica la embate Con la ciega esperanza De verla sucumbir en el combate: Asi de la impiedad el odio insano Ha lanzado su golpe formidable Contra el Libro de Dios, que soberano Triunfa ileso, prístino, invulnerable.