10 LA INVOCACION DE LOS SANTOS ¡Lejos de nosotros el credo inclemente que nos divorcia a perpetuidad de los justos del cielo! No os imaginéis cuando perdáis a vuestros queridos padres, o a la tierna hermana, o al amigo cariñoso que han muerto en la pro de Cristo, que ellos se han olvidado de vosotros. El amor que os teñían én la tierra se ha purificado e intensificado en el cielo. Si a vuestro inocente niño, regenerado en las aguas del bautismo, la muerte lo arrebata de vuestro lado, estad seguros, que aunque separado de vosotros en cuerpo, está unido a vosotros en espíritu, y os está pagando mil y mil veces la vida natural que le infundisteis. Estad convencidos de que el áureo vínculo de la oración os liga a aquel angélica! niño, y que él ruega fervientemente a Dios para que os reunáis a él en el Cielo. Pero yo oigo a los que gritan con seguridad fari-sáica: “Deshonráis a Dios, señor, rogando a los santos; anuláis la mediación dé Jesucristo; anteponéis la criatu-. ra al Creador.” ¡Cuán desprovista de solidez es‘esta objeción! No deshonramos a Dios con rogar a los Santos: le haríamos deshonor si invocásemos a los Santos independientemente-de Dios, pero no es esto lo que hacemos; al contrario, la Iglesia Católica enseña que sólo Dios es el dispensador de los buenos dones; que El es el manantial de toda bendición y la fuente de toda bondad. Nos dice que cualquier felicidad, gloria e influjo que los Santos posean, les viene de Dios. Así como la luna recibe su luz del sol, así los bienaventurados deben su luz a Jesucristo, “el sol de la Justicia,” el Mediador de redención entre Dios y los hombres.” (L Tim. II, 5). Así cuando nos dirij irnos a los ; Santos, les pedimos que rueguen por nosotros por los méritos de Jesucristo, -mientras que a Jesús le pedimos su auxilio por sus propios méritos. ¿ Pero qué Objeto tiene el orar a- los Santos, si Dios puede, oímos? 'Si es en vano e inútil pedir a los Santos, / porque Dios nos oye, entonces Jácob hizo mal en suplicar " al Angel; entonces hicieron mal los amigos de Job en pe- > dirle que rogara por ellos, aunque Dios Tes mandase invocar a Job como su mediador; entonces los Judíos desterrados de Babilonia hicieron mal en suplicar a sus hermanos de Jerusalén que orasen por ellos; entonce^ San Pablo.hizo mal en pedir para él las oraciones de sus amigos: entonces hacemos todos mal en rogar unos por otros. ¿Ésti- > máis útil y piadoso suplicar a .vuestro pastor que ore por