y hambriento, estaba por dirlfirw a «u casa en busca de la lumbre y de su humeante cena, dejando al obstinado perro para que se quedara en medio de la nieve toda la noche si así se le antojaba, cuando, recordando su ingratitud para con el perro que les había salvado la vida, corrió ligero hacia su fiel y mudo compañero y gritó emocionado: “iBlen hecho! ¡Bien hecho! ¡Estoy orgulloso de ti, mi buen viejo!** Entonces y sólo entonces el perro se acercó a su dueño para recibir sus caricias, y perdonando y olvidando los latigazos injustos, lo acompañó a la casa y entró con él para participar de su cena. Sí, mis amados niños, la paciencia y la gratitud son grandes virtudes. Hubo UNO, quien sufrió azotes, reproches y aun la muerte para salvarnos a nosotros. Adaptado por la Sra. Catalina de McGaoock. Canten el verso que trata de los es-quimalltos del himno titulado: "Jesús Ama a loa Niños.** Los esqulmalltos envueltos en piel, Que viven muy lejos de aquí En tierra helada. Los ama Jesús Como nos ama a ti y a mí. EL PERRITO Un perrito muy bonito, hace tiempo yo tenía; se paraba de manitas, cuando su pan me pedía. Una ves mi buen perrito de la escalera se rodó y se rompió una patita: —¡Oh! perrito de mi amor, ten confianza en mis cuidados, ¿No sabes mi chiquitín, que hay un Dios amante y bueno, que nos cuida a ti y a mí? Cuando ya estés aliviado, te regalaré un collar y saldremos a los campos, para correr y jugar. Pero, mi lindo perrito, hoy me vas a prometer que si encuentras borreguitos nunca los has de correr. No asustarás a las vacas, y si pollitos tú ves, tu cola tendrás muy quieta, y no los molestarás. —Autor Desconocido. EL HOGAR CRISTIANO 15