IL ALTAR DE FAMILIA Por C. G. WeiM Es posible que algunos de nuestros lectores no entiendan bien lo que queremos decir cuando hablamos del “altar de familia", así que procuraremos explicarlo antes de seguir adelante. Al hablar del •altar de familia", nos referimas a un tiempo establecido en el hogar todos los días, en que toda la familia se congrega para adorar a Dios mediante la lectura de la Biblia y la oración en conjunto. No hay nada que sea de mayor bendición que el culto familiar, en la vida del hogar. El altar de familia imparte el temor y el amor de Dios a los corazones de los niños, y elimina completamente las diferencias y desavenencias familiares. Cuando la familia se reúne por lo menos una vez al día para la oración y adoración, todos los malos sentimientos desaparecen. No es posible que un esposo y su mujer oren juntos todos los días, sin que estén en completa armonía entre sí. Cuando surjan las diferencias, el matrimonio o dejará de orar o se reconciliará en seguida. Creo que el altar de familia es indispensable en el hogar. La mayor herencia que se puede dejar a los hijos de una familia cristiana es el recuerdo de sus días de la infancia cuando papá, mamá y ellos se arrodillaban diariamente alrededor de la Palabra de Dios, y elevaban sus voces en oración unida y audible. No creo que un hogar pueda ser verdaderamente cristiano, si no tiene un altar de familia. Hay muchos hogares de cristianos que no son esencial ni verdaderamente hogares cristianos. Es lamentable que así sea ; pero así es. Si eres cristiano, comienza el culto familiar en tu hogar ahora mismo. La manera de iniciar el altar de familia es dedicando cierta hora para él todos los días. Tal vez la mejor hora sea aquella que sigue inmediatamente al desayuno o a la cena. Comienza mediante la lectura metódica de un libro de la Biblia, un capítulo o una porción cada día. Luego arrodíllate en oración con toda la familia, y procura que todos los que puedan tomen parte en la oración. Habrá días en que la falta de tiempo sólo permitirá que oren el padre o la madre; pero habrá otras oportunidades en que podrán tomar parte en la oración los niños también. Todos los cristianos de la familia deben orar. Bien vale la pena dedicar suficiente tiempo al altar de la familia, para que puedan explicarse algunos problemas que surjan de la lectura bíblica, y que los niños hagan las preguntas que deseen formular. Lo normal es que el altar de familia sea dirigido por el padre, como jefe de la casa. Pero en ciertas circunstancias puede ser necesario que otros asuman la dirección. Si el esposo no es cristiano; pero está dispuesto a que la esposa celebre un altar de familia, desde luego ella debe hacerlo. Uno de los hijos mayores, que se ha convertido, podría dirigir, si los padres están de acuerdo en que lo haga. Normalmente, cuando ambos padres son creyentes, el padre debe actuar como el sacerdote de la familia. Cuando en el hogar hay niños pequeños, puede ser recomendable leer algún libro de historias bíblicas, agregando algunas explicaciones sencillas. Si es posible (Pasa a la página 48> EL HOGAR CRISTIANO 21