ebrero REVISTA EVANGELICA 71 los que los producen. Bajo ti>os sistemas, el pan que ganan B agricultores y obreros con el dor de sus rostros, brutalmente les arranca a los hijos y se mplea en la compra de cañones municiones de guerra. . Extraños -y repugnantes. Todos los americanos comprenden que el Fascismo y el Comunismo ambos son extraños y hasta repugnantes a su manera de vivir. Pero algunos no entien- den cómo estas calamidades se desarrollan, y todavía otros no comprenden cómo deben combatirse. Es imposible encarecer demasiado el hecho de que el Fascismo no llega a ser una amenaza sino hasta que la revolución “roja" se estalla, causando las clases medias a abrazarlo para la defensa propia. Un pueblo estará exento del peligro del Fascismo entre tanto que no permita al Comunismo establecerse dentro de su dominio. Italia aceptó a Mussolini sólo como medio de aplastar al Bolcheviquismo y poner fin al caos y derramamiento de sangre que prevalecía cuando II Duce marchó sobre Roma. Alemania se sometió a la dictadura de Hitler sólo porque creía que era menos mal que el dominio del Sovietis-mo. Si no hubiera sido por la convlcclón del pueblo alemán que el Comunismo se estaba implantando en su nación, no habría aceptado un régimen tan odiado como el de los Nazis. Con el fin de preservar su vida nacional de la destrucción de los “rojos” que amenazaba, el pueblo alemán sacrificó su libertad individual. Para evitar el terror “rojo" aceptaron la pesadilla Nazi, y se sometieron a la dictadura. 4. La situación en España. La misma condición se presentó en España. El Fascismo se levantó sólo cuando llegaron a saber que el gobierno llamado “realista" era dominado de? de Moscou. Para salvar su nación del dominio y ruina de los Sovie-tistas, ciertos grupos en España fomentaron la dictadura Fascista del General Franco. Probablemente el Fascismo de Franco sea de muchas maneras tan brutal y sangriento como es el Bolcheviquismo, pero no es nuestro propósito considerar esto ahora. Simplemente estamos procurando entender, y no evaluar, las dos formas de la dictadura. Si la América se mantiene alerta y evita que el Comunismo llegue a ser una amenaza verdadera e inminente para nuestra sociedad, no habrá necesidad de temer el Fascismo. Una señora católica que residía en Nueva York, accidentalmente quebró su crucifijo de barro “Oh, dijo, ¿qué haré? ¡Mi Cristo está hecho pedazos!” En su apuro fué a ver a una vecina, que era protestante, la cual le dijo: No te aflijas, haz como yo hago; tengo a mi Salvador guardado en mi corazón.” La Señora católica prestó atención, y al fin se posesionó de Cristo por fe.