108 L A__ VIO LET A. A L0CUCION pronunciada en la distTilniciondepremios en el Instituto particular de instrucción pvima-ria de Niñas uLa 1 >ersei)erancia)’’por su Director a A ntonia Ili%aliturri vAr diñes. Señores: Concluido el año de trabajos escolares, y visto el resultado de mis esfuerzos, cumple á mi deber como Directora de este Plantel, hacer pública manifestación en este acto solemne,'de mi profundo reconocimiento íl lós señores padres de familia, cuyas Liornas hijas confiaron á mi cuidado y dirección, no obstante mi edad, inesperiencia y falta de aptitud; á las personas que tan bondosamente se prestaron á servir de sinodales en los exámenes; al Señor Betancourt que, en niñón de sus apreciables discípulos, amenizó el acto cón los dulces acordes de la orquesta <(ue con tanto acierto dirige, y á las Señoritas Refugio Berlanga, y Elena Ardi-nes que dieron brillo áeste acto solemne. A vosotras, mis queridas discípulas, tiernas compañeras de mis trabajos y testigos de mis afanes, apenas os podré decir una-palabra; porque, cuando el alma, paljiita de emoción, como la mía en estos instantes, enmudecen los labios y no hay lenguaje capaz de interpretar el sentimiento. Con felicidad habéis llegado al término del primer año escolar. En vuestras frontes ostentáis el lauro que habéis sabido conquistar con la constancia y asiduidad en el estudio: él será la mejor credencial que llevar podéis á vuestros queridos padres, para que vean que ha- béis sabido corresponder á sus sacrificios por vuestro bien. Hoy mismo, antes tal vez de cruzar el dintel de. vuestros boga res, recibiréis con lágrimas de contento el cari ñoso beso de él los, que es el mayor y mejor lauro que recibirse puede en la tierra. Mas esto que no os vaya á envanecer; la vanidad es tan sólo hija de corazones pequeños: estáis aprendiendo á ser grandes, y así debéis ser desde vuestra infancia; porque la, mujer es la encargada de formar el corazón de la humanidad, como ha, dicho un célebre escritor, y quien tal misión tiene que desempeñar sobre la, tierra, no debe nunca dejarse arrastrar por pasión alguna. Esos premios (pie habéis recibido, (pie sean el estímulo, el aliciente (pie os sostenga en vuestras tareas, (pie os den mayores bríos, á fin de continuar en el próximo año escolar,para el cual os aguardo con los brazos abiertos, esperando no me dejaréis defraudada en mis espe-peranzas.—Dije. Antonia Ilizalitiirri Ar dines. Tótói. I El cielo antes hermoso, se vestía De oscuras nubes, tétricas y espesas Y llega la noche magestuosa, umbría Y estalla la tormenta II Por fin brotó la luz; el cielo ornaba De purísimo azul su luz inmensa, La aurora sonreía, todo callaba.. Y cesó la. tormenta. I El cielo de mi amor antes hermoso Vestíase también de nubes negras Mi corazón latía presuroso.. Y estalló mi tormenta.