DÉ LA RELIGION. 477 Cada uno entonces de los que ejercen^¿poder seiia, como Jesucristo fue, no solo pastar, sino pastor bueno. Pastores1; de los pueblos llamó Homero á los reyes de Grecia que conquistaron á-.Tfrpya; ¿cuál ni de aquellos, ni de todos los que ha ensalzado la filosofia-,oda; ambición, pudo ni puede decir como Jesucristo dijo: Yo soy Pastor . Solo aquellos que dirigidos por el catolicismo se propusieron imitar áiSsíe divino y acabadísimo modelo. El buen pastor^ animado de una caridád jqu.e. no tiene límites, '¿la su vicia por sus ov^as;.y lo que hemos visto y laiistoria nos refiere de todos los reyes y gobernantes no católicos es que por él contrario Sacrificaban la vida de sus ovejas por satisfacer sus gustos^ sti ainbi- . cion ó, sus pueriles resentimientos. De ahí esa larga serie de horrores, que con el nombre de guerras manchan las páginas todas dé la historia, y han hecho del globo un vasto cementerio, pues apenas habrá en él rincon alguno cuya tierra no esté empapada en sangre humana y amalgamada con esqueletos. Las pasiones de los que gobernaban fueron las que bárbaramente la derramaron; cuando á haber sido.buenos católicos,-hubieran antes inmolado, como debían, sus pasiones y aun su ecsistencia en las aras de la caridad, al modo que el rey dé los siglos. Jesucristo murió y murió entre, tormentos por dar la vida- á todoslos hombres. Pero este era Pastor bueno, y aquellos eran mercenarios. Los que lé han imitado, siendo como él buenos pastores, han hecho todos los esfuerzos de la caridad mas acendrada por salvar á sus hermanos, ññéñtras que los que no han visto-en sus gobernados otra cosa que unas almas viles nacidas para su utilidad, las han tratado. . . .. como el hombre del siglo, según le llama la filosofía, que formó á Napoleon, trató durante su dominación á los-franceses. Los rebaños de cerdos y carneros no se aprestan para que degollados mantengan á una gran población, con tanta sangre fría é indiferencia como se amontonaban racionales en Francia para ir á morir como brutos sin precio_____¿adonde? Al Egipto, á Italia, ála Rusia, á la Alemania, á la España. ¿Y para qué? Para que aquel azote del género humano satisfaciese su odio contra la Inglaterra, y su .ambición ridicula que á nada menos , aspiraba que á la dominación universal. .... ¿Y cómo?.... ¡oh ceguedad humana! morían,.. ., murieron todos cargados todos con el odio del universo, con la ecsecracion y maldiciones de todos los pueblos, en la flor de sü edad; .-..... y sin Dios, sin Religión, sin ausilios de clase alguna bajaron al infierno á millares ó á millones echados infelizmente; de este- mundo para ser aun mas infelices en el otro. ¡Oh, él grande hombre!',.bien puede gloriarse la filósofia de este -su digno -hijo; instrumento 'de devastación y horrores, superior en mi concepto al mismo¿At^^B ... entre tanto la Iglesia católica-se gloriará de un San Eduardo, flUyemplo, que renunciaba su corona si -para ce-' ñírsela era preciso que se derramase una sola; gota-de la sangre de sus vasallos.... de un- San -Femado, de -Castilla que no-.queria imponer con-, tribuciones á sus pueblos “porque temia mas las maldiciones de las vie-“ jas de sus reinos,, que á todos los moros de aquende y allende del mar, ”