!•: L S ]•; M B R A D 0 R !■: I. S ]■: M B R A I) O R Lie. Alfonso Gon:(ile: Segoina. Señoras i) Señores: Hace ya varios años que de este C.lul) Sembradores de Amistad, surgió uu dia la feliz idea de fundar en Monterrey una Delegación de la Cruz Roja Mexicana. Y esta idea, nacida en un ambiente ávido de auténticas realizaciones de beneficio social, cayó, por asi decirlo, como semilla en surco abierto y no tardó en germinar para convertirse en frondoso árbol, a cuyas ramas alimentadas por la savia de la caridad se acojen ahora los que sufren miseria y dolor. Desde entonces acuden a esa mansión del sufrimiento, a ese Puesto de Socorros iluminado por el más desinteresado amor al prójimo, centenares de hombres, mujeres y niños heridos o enfermos. Desde entonces se trabaja también sin descanso, recogiendo a lodo ese sangriento saldo de la vida de la ciudad que son los aciilentados, las victimas de las catástrofes, de las máquinas, del correr de los automóviles, del vicio y del crimen. Desde entonces, desde febrero de 11137, de dia y de noche, sin interrupción. están siempre listos y dispuestos para recibir y atender a lodos el competente y hábil cirujano, el practicante que se desvive por servir, la sacrificada enfermera, el denodado ambulante, que juntos realizan esa humanitaria \ muchas veces heroica lucha contra la enfermedad y la muerte. Durante nueve años bien cumplidos, esta ciudad de Nuestra Señora de Monterrey ha venido recibiendo los valiosos servicios de la Cruz Roja. Y tanto más valiosos, cuanto que como es fácil comprenderlo. durante este lapso de tiempo tuvieron que salvarse los obstáculos propios de una labor que principiaba a cristalizar en la más viviente realidad. Afortunadamente los hombres que iniciaron la marcha de esta benéfica Institución. fieles a su regiomonlana tradición de activa e inteligente laboriosidad y a su fraternal unión en el trabajo, aceptaron de buen grado las espinas del camino. para llegar a realizar esta obra que Monterrey entero admira con orgullo. Sin embargo, para que esta Institución cobrara más intensamente ese hálito de ternura y caridad que la inspira, era necesario. indispensable, el concurso de la mujer regiomonlana. Y ella respomlió generosa, con plena conciencia de que aquel llamado exigía y sigue exigiendo un gran espíritu de sacrificio. Pero ello no fué obstáculo para que .se entregara entusiasta a la Cruz Roja, donde sus manos están siempre prestas a socorrer al necesitado y donde su corazón se prodiga amoroso para ablandar y fertilizar la dureza y esterilidad de muchas almas. ¡Cuántos abatidos por la miseria del cuerpo y de! espíritu, han encontrado en su caridad y su consejo el sendero del bien o el principio de una restauración total! Como aquella maravillosa Florencia Nightingale, que en medio de la desolación y la muerte recorria constantemente los campos inundados de sangre para atender las victimas de la metralla, así ella, la mujer regiomonlana, trabaja sin descanso, lo mismo en preparar y llevar a cabo las colectas para allegarse recursos, que en la confección de vendas, material de curaciones, alimentos, o en asistir al Puesto de Socorros para mitigar el dolor de los que sufren. Rn el desempeño de esta noble y apostólica misión, que rebasa los limites de la justicia social y corresponde por entero al campo de la caridad más ardiente, se han escrito páginas gloriosas, que a toda costa se procura mantener en seríelo para ajustarse de este modo a la palabra evangélica: “que tu mano izquierda no perciba lo que hace la derecha". Asi, inspirada en este principio, se ha venido formando dia con dia la historia de la Cruz Roja, l'na historia siempre nueva, en constante integración, una historia en la que campea esplendorosa la caridad, entendida no solamente como sinónimo de limosna, sino como la entendió y practicó el Ilustre Vasco de Quiroga, o sea. como una disposición permanente del espíritu para amar al prójimo por el amor de Dios. Realmente no acertaría a decir si por desgracia o por fortuna, sólo se conocen algunas de estas páginas, desprendidas quizás por la acción del tiempo o arrebatadas al secreto más inlimo. Pero si creo poder afirmar con justicia que los hechos materia de esas páginas, tienen tan singular y atractiva fuerza, que con ellos la Cruz Roja ha compiistado definitivamente a lodos los habitanles de la ciudad sin distinción de clases, credos o categroias. Si, la Cruz Roja ha realizado en el mundo entero algo que parecería imposible. Ha realizado el milagro de que bajo su gloriosa bandera, cesen las diferencias humanas más agudas en los órdenes social, económico, politico y reli- lla hecho posible también que con generosa espontaneidad, contribuyan a su sostenimiento el rico y el pobre, el patrón y el obrero, gobernantes y gobernados, creyentes y ateos. bis por esto que a nadie extraña ya que los productos de las colectas que desde su fundación viene llevando a cabo esta Delegación de la Cruz Roja, aumentan sin cesar. Invariablemente, sin fallar una sola vez hasta ahora, los resultados de una nueva colecta superan a los de la inmediata anterior, liste significativo hecho demuestra plenamente <|ue Monterrey (piiere a la Cruz Roja, que la vé con simpatia. que la admira, que está satisfecho de su obra y que está siempre dispuesto a prestarle una mayor y más amplia cooperación. El Club Sembradores de Amistad, siempre atento a rendir homenaje a quienes de verdad lo merecen, ofrece esta convivialidad, que forma ya parle de su sencilla pero signiifeativa liturgia, para testimoniar su entusiasta admiración y su profunda gratitud por los trabajos que lleva a cabo la Delegación de la Cruz Roja Mexicana en Monterrey, y hace votos muy fervientes porque Aquel que es fuente inagotable de amor y misericordiosa caridad, oriente siempre a esta Institución benemérita y premie con creces los merecimientos de quienes la estimulan, alientan y soslienen. — 19 — 13