Jkdo*ia pa*e la* Niwa*..... CAPULLITO VISITA A LOS NIÑOS ANNA WAMONU CARR "Bee, bee", decía Capullito, el corderl-to, al ser puesto en el asiento del automóvil al lado de Juanita y su mamá. Capullito era un corderito consentido. Vivía en una hacienda grande y comía y jugaba todo el día con los demás corde-ritos en el verde pasto. Pero un día muy bonito tuvo una experiencia extraordinaria. "Tú vas a la aldea a visitar a los niños que asisten a la escuela bíblica de vacaciones, Capullito", explicó Juanito cuando partía el automóvil por el camino. "Los niños quieren ver un corderito verdadero", agregó Juanito. Capullito nunca antes había estado en un automóvil; nunca había viajado tan ligero; pero Capullito no tenía miedo nin- En camino podía sentir la suave brisa del verano. Súbitamente llegaron a una ancha calle que tenía casas por ambos lados. "Este es nuestro pueblo, Capullito", dijo Juanito. Capullito nunca había visto un pueblo y se sentía muy extraño. El automóvil de Juanito se detuvo en frente del templo grande. “Aquí estamos, Capullito", dijo Juanito al sacar del automóvil al corderito mimado. Podían ya oír a los niños cantar en el templo. "Anda a jugar en el prado, Capullito. creo que te gustará el pasto ver- Los niños jugando con Capullito. de", dijo Juanito, al pasar a su madre la cadena atada al cuello de Capullito. Capullito empeló a seguir a Juanito cuando éste entró de prisa al templo. Loa niños dejaron de cantar. Capullito pudo oír gorjear a los pajaritos en el árbol grande que había en medio del prado. Podía oler la hierba verde. El sol brillaba fuertemente; pero era muy planeen-tero en la sombra del árbol. Juanito y los niños salieron apresuradamente del templo y se amontonaron alrededor de Capullito. Querían tocarle el abriguito de lana y acariciarlo. "Bee, bee", decía Capullito. ¡Cómo se reían los niños! Pero Capullito inclinó la cabeza. ¿Qué había de divertido con su bee, bee?" Los niños mostraron a Capullito lo ligero que podían correr. David y Tomás hicieron una voltereta en su honor. Juanito, Anita y María dieron vuelta muy ligero con sus manos enganchadas. Capullito se reclinaba sobre el pasto. "Yo creo que Capullito está cansado", dijo Donaldo. "Si todos nos sentamos, es posible que él también descansará", dijo Marta. “Algunas veces la señorita Ramírez nos relata una historia cuando estamos quietos", dijo Linda. La señorita Ramírez, la maestra, se sonrió y les relató una historia acerca de David, a quien le gustaba mucho cuidar las ovejas y los corderitos. "David se llamaba un pastor", explicó la señorita Ramírez. Ya había llegado el tiempo para que los niños y las niñas entraran nuevamente al templo. "Hasta luego, Capullito", dijo Juanito, despidiéndose apresuradamente y entrando al templo. "Adiós y muchas gracias por tu visita, Capullito", dijeron los niños al seguir rápidamente a Juanito. Capullito siguió a la madre de Juanito al otro lado del prado donde estaba el automóvil. Emprendieron el camino por la calle y luego por pleno campo. Capullito se sentía muy seguro en el asiento al lado del que guiaba el automóvil. Podía ver el cielo azul y las esponjosas nubes blancas. Luego se detuvo el automóvil. (PASA A LA PAGINA 20> IL MOGA* CRISTIANO 19