POR QUE NO TOMO UNA COPA DE VINO No vamos • entrar al problema del alcoholismo, porque todos estarán de acuerdo en que se trata de una lacra social que es necesario combatir. Tampoco vamcw a* discutirlo del punto de vista científico, o sea al alcoholismo como enfermedad (estado de aquella persona para quien él alcohol es una necesidad, sin la cual no puede vivir, aun cuando no llegue al estado de ebriedad). Pero queremos sí decir unas palabras sobre la causa de ambos fenómenos: esa copita de vino que se toma alguna vez en un» fiesta o que se sirve diariamente en la mesa y que es uno de los vicios más difundidos en nuestro medio. Desdichadamente, estamos perdiendo la conciencia de lo grave de ese problema y estamos cediendo posiciones. Lo que antes era consenso unánime, hoy ya no lo es y por eso sólo podemos atrevernos a decir por qué yo no tomo ni siquiera una copa de alcohol en mi comida o en un acto en que me encuentre accidentalmente. Tengo para ello muchas razones, de las cuales las más importantes son las siguientes: 1. Porque puede ser muy nocivo en ciertas circunstancias.—Dejemos de lado la discusión de si hace mal o no a la digestión; sólo saber que eso se discute me llama a reflexión y me aplico lo de “en la duda, abstente”. Pero quiero pensar en aquellas circunstancias en que una sola copa puede ser de graves efectos. Todos sabemos que se prohíbe beber a las futuras mamás o a los deportistas en su entrenamiento, lo que me hace pensar que no debe ser muy saludable. En "Seleccio- • Doctor en Filosofía; Maestro del Seminarlo Teolófico Bautista de Argentina; autor de varios libros. 14 For Amoldo Conclmi • nes” —publicación que no será tildada de puritana— hace poco tiempo se publicó un artículo que demostraba cómo ana sola copa perturbaba a un conductor, ya que el primer efecto de la bebida es el de impedir las asociaciones cerebrales. Podríamos citar casos de niños defectuosos como fruto de la bebida de sus padres y no precisamente de padres alcohólicos También sabemos que con ciertos estados físicos o psíquicos (que en muchos casos no conocemos), así como en ciertos alimentos, tiene efectos muy superiores a lo moral. Ante esa eventualidad prefiero tomar agua. Hagamos una alusión bíblica. Hay quienes tienen el atrevimiento de citar 1 Timoteo 5:23 para demostrar que San Pablo recomendaba el vino. Humildemente declaro que yo allí encuentro que Timoteo y Pablo no tomaban; que Timoteo no quería tomar aunque le hacía bien; que se necesitaba la autoridad de Pablo para inducirlo a ello. Si se necesita como remedio, tomémoslo, porque también se usan como remedio la nicotina, la morfina, la estricnina, etc. También recuerdo, sin embargo, a algún padre cristiano que prefería molestar su salud que la vida espiritual de sus hijos. 2. Porque produce un gasto innecesario.—Quizá esto no sea lo más importante, pero horroriza saber cuánto gastan algunos hogares en bebidas. Hace algún tiempo en todos Buenos Aires no se hablaba de otra cosa que del aumento del precio del vino, con más ansiedad que si fuera el pan. 81 usted toma, aunque sea KL HOGAR CRISTIANO una copa, comience a sumar cuánto gasta... y píense que en su iglesia quizá están haciendo un esfuerzo pro templo o una campaña de evangelización... o que su vecino ha arruinado su familia gastando en alcohol, sin que usted tenga derecho alguno a hablarle. 3. Porque puede llevar al alcoholismo.— Nadie me discutirá que el que nunca tomó una copa es el que más seguro está de no llegar a la catástrofe de una enfermedad que hasta ahora es incurable. La Biblia misma dice (Isaías 5, Habacuc 2) que quienes toman lo hacen con una fuerte dosis de orgullo. “Yo sé hasta dónde puedo tomar." "Yo nunca me he emborrachado", son frases que se oyen diariamente, pero a las que no se puede agregar el “Yo nunca me emborracharé". Es una verdad científicamente demostrada que todos tenemos un límite al que podemos llegar: tma copa más y nos tranformamos en alcohólicos, muy probablemente para toda la vida. Y nadie puede saber dónde está el límite hasta haberlo pasado irremediablemente. El problema alcoholismo es mucho mayor de lo que se imagina. En la Argentina nunca se han publicado estadísticas, pero autoridades en la materia dan cifras fabulosas. En Francia el estado gasta más en atención de alcohólicos de lo que recibe por impuestos sobre la bebida (¿recuerda que su lucha contra el alcohol fue una de las causas que derribaron al popular Mendés-France, quien sólo tomaba leche en la mesa?) En la India no se sirve sino té en las recepciones oficiales, aun en las embajadas en el exterior. En los Estados Unidos, donde hay unos cien millones que nunca toman, hay cinco millones de alcohólicos que perturban directamente la vida de otros veinte e indirectamente la de todo el país. 81 he de entrar en una estadística, prefiero quedarme del lado en que estoy. 4. Porque es motivo de escándalo.—Tengo un hijo de dos años y sólo Dios sabe lo que será de él. Pero yo sé que si algún día Satanás se lo llevara por la bebida, no sería en mi mesa donde habría aprendido a beber. Es extraordinariamente raro el caso del hijo del abstemio que llega a ebrio. También es raro el caso del hijo del alcohólico que sigue el camino paterno. Irrefutables estudios médicos y policiales demuestran que la enorme mayoría de los borrachos aprendieron a beber con una sola copa en la mesa familiar o con un brindis en un casamiento. El estudio de la delincuencia infantil arroja iguales resultados. Quizá no sea mi hijo el que llegue a borracho, pero no sé qué efecto puede tener una sola copa en el hijo de otro hogar que llegue a mi mesa, o en un Joven que nunca ha tomado, o en un ami- li. HOGAR CRISTIANO go que llegó en auto y que hará una catástrofe al salir o que irá a pie y no sabrá cruzar bien la calle. Doy gracias a Dios que eso no ocurrirá nunca en mi hogar, porque si no daría derecho a que se ate en el cuello la piedra de molino de asno. 5. Porque perjudica el testimonio cristiano.—Durante varios años estuve empleado. Por mi trabajo tenia acceso a fiestas y banquetes donde se bebía lo mejor. Al principio, mis compañeros me felicitaban por eso, pero pronto se enteraron que yo me quedaba del lado de afuera. Alguno habrá insinuado una broma, pero la verdad es que esa actitud tan radical es lo que me permitió más oportunidad para testificar de mi fe; también sé que haber cedido una vez, lo hubiera arruinado todo. No sólo perjudica nuestro testimonio en lo personal sino también en un plano más amplio. Decimos que luchamos por una patria grande, sana y viril...y al mismo tiempo apoyamos una de las fuentes de su desgracia. Crucemos la cordillera y veremos por qué los creyentes chilenos luchan contra el alcohol: es que ellos ya han debido pasar por la prueba de un país donde la bebida es un problema, aun cuando vaya reduciéndose. Yo sé que nunca ayudaré a que lo mismo ocurra en el mío. Fumar está mal, naturalmente; nadie lo discutirá. Pero la verdad es que los efectos personales y sociales del alcohol son mucho más graves. 6. Porque es sólo fruto de la concupiscencia y del temor.—¿Por qué se toma familiar y socialmente? Hay sólo dos razones: "Porque me gusta" (concupiscencia) o "Porque todos lo hacen” (tememos al qué dirán). Estamos cediendo a la carne; sabemos que es malo para nosotros y desastroso para la sociedad pero igual lo hacemos por satisfacer un apetito. Somos así más culpables que un alcohólico que ha perdido su dominio y que en muchos casos quiere dejar de beber. Si no, se hace por ceder al “presente siglo malo” y la prueba está en que la bebida se hace "más necesaria" cuando se trata de fiestas y cuanto más mundanas más necesaria es. No habrá que insistir para comprobar que eso es un absurdo; siempre fue “necesario", en las recepciones diplomáticas servir bebidas fuertes (quizá para aflojar alguna lengua) hasta que los hindúes demostraron lo contrario y hoy nadie se ríe de ellos. Tenemos que grabamos la idea que la moderación en un vicio es peor que el vicio mismo. El vicioso sabe que lo es, lo reconoce y se aflige. El que bebe un poco es orgulloso de su capacidad, ignora sus peligros, desprecia el peligro para el prójimo, se burla de los problemas sociales, todo ello para darse gusto o por (Pasa a la página 21) 1S