MKOMNKR ACION, de ran que r.t.mo* engaflaik* en1 now, n<> puf le eiendón que pudlé nueatroa juicio*, k* e*llm*renio* remos mef.cefle*, aino por el Hite-que combatan nuestro* argumento»; ré* que tendría pera todo el pueblo y de aeguro que podrán hacerlo., qtte *e dilucidara una cuestión tan pue* al eater convecldo* de que la importante política Centralista es buena. Imitantes razone* tendrán para probarlo. Nosotros, por nuestra parte, nos esmeraremos en demostrar que la política independiente es la única que puche dar hot. ra y llevará la victo*i*. No dudamos que nuestros colegas indicados se servirán contestar- Sl loa que pretenden dirigir la oposición «n un sentido centralista no nos convencen de que tienen ra zón, los combatiremos, porque así nos lo dicta nuestra conciencia, y procuraremos, aunque tal vez sin fruto, apartara! pueblo de una senda que es la de la vergüenza y la derrota. ATENTADO INAUDITO U Didídurx provoca uoí Revolución. Trémulos de indignación trazamos estas líneas. Aunque esperábamos, aunque teníamos pre vista y la habíamos anunciado alguna infamia inaudita de parte del despotismo de Coahuila, ahora que la vemos realizada, ahora que la palpamos, sentimos la sacudida dolorosa y brutal que produce la aparición repentina de una monstruosidad inconcebible. Pero más que dolor, sentimos cólera; en nuestro corazón, lleno de cariño para los viriles hijos de Coahuila, estalla el odio contra los verdugos en incontenibles explosiones Acaba de tener efecto en Coahuila la primera hazaña reyista. En Estn. Sabinas fueron aprehendidos el día 26- de Julio los CC. Carlos Enriquez, Benjamín Canales. Victoriano Faría*», Alejandro Flores, Antonio Rábago, Martiniano Delgado y Adolfo de la Cerda, miembros del Club An-ti-rcelecciolista “Justicia” de a-quel lu^-ar. Se les atribuye el consabido delito de sedición, y un lacayo de Cárdenas que desempeña el cargo de Juez en Mondo-va, tiene ya la consigna de encontrarlos responsables en el proceso que se les instruye. El atentado es más burdo de lo que esperábamos, y basta sólo conocerlo para comprender cual es el sistema que se propone seguir el Gobierno para debilitar á la oposición. Bernardo Reyes, por consigna del Centro y con todas las autoridades de Coahuila á sus órdenes, tiene decidido acabar con la oposición. Para conseguirlo no pudo imaginar otros procedimientos que los del salvajismo, únicos á que siempre lo ha inclinado su naturaleza de troglodita. .Como lo expusimos en nuestro número anterior, el empeño de la tiranía está en evitar á todo trance que se verifiquen las elecciones, puesto que en ellas sería derrotado Cárdenas ó tendría que triunfar á costa de visibles abusos y arbitrariedades que darían á los oposicionistas derecho para con-siderar nula la elección y seguir adelante su campaña. Ala Dictadura no le conviene que se prolongue la lucha eq Coahuila, porque considera con justicia que otros Estados tomarían ejemplo del valor y la perseverancia de los coahuilensea; que el espíritu público se reanimaría en todo el país al seguir presenciando esa campaña, y que tal vez la Nación entera acabará por imitar á Coahuila. lanzándose á luchar contra el despotismo porfirista. A la Dictadura le urge que todo termine, que el silencio sepulcral de la paz tuxtepecana vuelva á reinar en la revuelta frontera y que el despotismo siga dominando tranquilamente, sin el obstáculo que hoy le presenta la altivez de un pueblo que reclama derechos y libertades. Este interés de la Dictadura y las impaciencias epilépticas de Bernardo Reyes, que no pudo re tardar un instante loa atentados con que deleita su bestialidad, precipitaron los acontecimientos. Se ha declarado revolucionarios á los oposicionistas de Sabinas, como se hubiera podido declarar á los de otra parte. La cuestión era empezar. La prensa reyista dice que se hacen concienzudas averiguaciones para descubrir á los cómplices. No existen cómplices porque tampoco existe el hecho delictuoso; pero es fácil comprender el alcance de esas palabras. Con el mismo arbitrario procedimiento con que se ha hecho sediciosos á los liberales de Sabinas, se hará cómplices de la sedición á todos los oposicionistas de Coahuila, ó á los principales. La tiranía, por sí y an te sí, fraguará caprichosamente las responsabilidades de sus enemigos como más le convenga, y los oposicionistas serán juguete miserable de una infamia sin nombre. Reyes y sus satélites están convencidos de que no pueden destruir de un golpe la oposición, que es demasiado fuerte para quedar aniquilada en un momento, y han optado por debilitarla en detalle, hiriendo por la disntss, para obligarlo® á proclamar su respeto á la pez. En mil detalles puede verse que loe autores de nuestra pez artificial, tienen miedo de que una rovolu-clon dé al traste ron su frágil o-bra; temen a la revolución como á la muerte. La Dictadura hubiera podido evitar basta la más ligera sombra de revuelta, no inmiscuyéndose para nada en loe aeuntos de Coahuila; pero no ha obrado así, porque si teme á la revolución, teme mucho más á la libertad Cuando en un solo rincón de Mexico haya libertad, se habrá comenzado á cavar la fo>a de la Dictadura. La tiranía y la libertad no pueden coexistir; la Dictadura lo comprende y para tener asegurado su dominio, se opone con todas sus fuerzas á que Coahuila sea libre, aun á riesgo de provocar la temida revolución. Y en realidad la está provocando, á pesar del miedo que le tiene, ó quizá por ese miedo. El temor a la revolución le hace tomar tales medidas para evitarla, la hace ejercer tan odiosa vigilancia sobre los oposicionistas, cometer tantos atropellos inventando delitos imaginarios, y agredir tan estúpidamente á los pacíficos ciudadanos, quevaá acabar por exasperar hasta el delirio á los que no han dejado de ser modelo de tolerancia y corrección. No sabemos como seguirá desarrollándose la cuestión de Coahuila, pero estamos seguros de que los resultados serán favora bles para el pueblo, cualquiera que sea el terreno en que se continúe la lucha. Loa coahuilensea son demasiado viriles, entusias- queda ni el recurso de decir que se le calumnia. Creel denunciado á la veretfenza pública sintió las Iras del ladrón norprendlno In sorpren- espalda, con el procedimiento jesuítico de los tartufos y los cobardes. Hoy se hace caer á un Club, mañana á un periodista, luego á un ciudadano conspicuo, y cuando la oposición quede sin sus mejores elementos, desmoralizada y débil, vendrá el golpe de gracia, un 25 de Junio ó un 2 de Abril, en que perecerán los últimos restos del Partido Independiente . . . . ! Así sueñan los tiranos; ese es su programa, pero para que puedan realizarlo falta que el pueblo de Coahuila y los mexicanos todos contemplemos impasibles tan irritante y desmesurada o-presión. No se ha luchado ni se ha sufrido ni se han hecho sacrificios de todo género en Coahuila por casi un año, para dejar al fin que los tiranos burlen cínicamente tantos esfuerzos; los dudada tase Y fuertes, y tienen de su par-nos que combaten la tiranta car-denista, no son un vil rebaño al - , que la misma tiranía puede diez- vencerlos: débil por Ja injusticia mar á su antojo; si hati combatí- - - - do los excesos anteriores de un te la justicia, para triunfar al fin, y la Dictadura es harto débil para --- *- *-* , y maldad con que procede, por su propia corrupción, por su des- Gobierno, no ha sido seguramen- prestigio ante las gentes honra-te para someterse después ante das y por el miedo enorme que nuevos y peores excesos; si no soportan su esclavitud actual, menos soportarán la que, más das y por el miedo enorme que tiene al demócrata pueblo de Coahuila. Sea lo que fuere, hacemos cons- extremada, lea brindan para el tar ante la Nación que la conduc-porvenir sus opresores. ** 1------------------- Por última vez hacemos un llamamiento á la conveniencia de la , z Dictadura, ya que ese es el único tamente ajustada á la legalidad y ta de los oposicionistas coahuilen-ses en la presente campaña política ha sido irreprochable, estríe- más que respetuosa con el Gobierno, y que la conducta del Gobierno ba sido, por el contrario, de sistemático atropello, de insolencia irritante, de desprecio absoluto á las instituciones. Cien veces las autoridades arbitrarias provocaron á la oposición á uní justificada rebeldía, y cien veces la oposición llamó al orden al Gobierno vulnerador de la ley. Y si al fin se precipita un conflicto; si ha de ser preciso en Coahuila acudir á la fuerza para dirimir la cuestión política, cúlpese al Go bierno despótico y agresor que impidió por la brutalidad el ejercicio del civismo, y no al pueblo coahuilense que siempre respetó el orden y que si llega á salir de ese terreno, aerá obligado por la necesidad de defenderse con los mismos medios con que lo atacan bus opresores. móvil que inspira todos sus actos, 1>ara que deje al pueblo coahui-ense obrar libremente en el te-raenodel civismo, del que hasta hoy no se ha salido y del que á fuerza se le quiere arrancar. Más de una vez lo hemos dicho: la tiranía está provocando al pueblo coahuilense á la revolución. Se persigue á la oposición con loco encarnizamiento; se le niegan cínicamente las garantías que pide para el ejercicio de sus derechos; se le cierran todas las vías legales para que continúe su campaña política; se le grita con empecinamiento estúpido que es revolucionaria y trastornadora, y en vista de que tantas provocaciones no la hacen perder su serenidad, se ccge á los miembros de un Club auti-reeleccionista y se les declara inapelablemente sediciosos. ¿Es que realmente quiere la revolución la Dictadura? No. Lo que ha querido es un motín im-i.. , . . .p>r::;±x*o ".orS Un orador perseguido tados á quienes exaspere la inso- ■ • 1 ■ lencia de un cacique, algo aislado, E1 bandolero Enrique C. Creel imprevisto, fugaz, que aea fácil de | ae ha manchado una vez más. dominar y que al mismo tiempo, E1 9 del pasado Julio se reunir convenientemente desfigurado, dé ron en ,1 Teatro Coronado, de dominar y que al mismo tiempo, pretexto para caer por sorpresa sobre la oposición y hacer una matanza ejemplar. Pero la revolución verdadera, general, organizada , está muy lejos de desarla la Dictadura. La teme, con terror inimaginable; Ese eterno martilleo de la prensa oficiosa sobre el tema de la paz. ese cántico inacabable á las excelencias del orden. ese incesante cacareo de la tranquilidad pública, y ese continuo tronar contra las revoluciones del pasado, esos infinitos alardes de complacencia ridicula por-r.‘ revuelta; todo eso no es más que miedo tremendo al espectro de la revolución, que no se aparta de los ojos del tirano. En este país y en todos los cultos del orbe, hay paz mejor que la nuestra y nadie se acuerda de proclamarlo ni menos de estarlo repi tiendo con el empeño con que lo hace nuestro Gobierno. Es que en esos pueblos la paz está en el corazón délos hombres, mientras que en nuestra Patria, como dijo Bulnes, “la paz está en todas partes, menos en la conciencia délos ciudadanos? La Dictadura, en su terror inmenso, no puede ver un ciudadano altivo, v digno, un político viril Chihuahua, todo* los cantero®, albañiles, etc. con el laudable fin de formar una sociedad. Hubo varios oradores que dirigieron la palabra á los dignos obreros, entre ellos el joven Adolfo Fuentes que indicó á sus consocios el camino de la redención. El discurso del Sr. Fuentes hizo vibrar de entusiasmo A los obreros que lo escuchaban; exhibió á los malos gobernantes como los factores de las calamidades públicas y recibió un torrente de aplausos que le regaló su noble auditorio forma-que nuestros tiempos no son de do de hombres de trabajo, de o breros progresistas que sueñan con una era en que el trabajo no sea objeto de explotación brutal por parte de los poderosos del dineroó del Gobierno, y en la que el trabajador tenga un puesto honorífico en el seno de una sociedad basada en los principios de fraternidad y de justicia. La actitud del joven Fuentes se conquistó las iras del bandolero Enrique C. Creel, quien dió órdenes al Jefe Político, el tristemente célebre Franco Lozano que debe su encumbramiento á los hediondos servicios prestados ira que reco-discurso del joven Fuen- puede ver un á los poderosos, pa Pef,o