Cl PwUwwa DE LOS MATRIMONIOS MIXTOS For William E. Burke En este país (Estados Unidos», donde los bautistas y los católicos romanos viven y trabajan juntos sin restricciones, el problema de los matrimonios mixtos ha llegado a ser un asunto muy real y práctico. En la raíz del problema está la actitud católica romana de exclusividad, la cual llega hasta rehusar a sus miembros el privilegio de asistir a un servicio protestante. No hay felicidad ni unidad de espíritu entre compañeros de un matrimonio donde uno está enseñado en una actitud religiosa de fanatismo. Añadido a esto está la pretensión de la Iglesia Católica Romana de tener jurisdicción absoluta sobre los matrimonios de todos los cristianos. De hecho, condena los matrimonios mixtos como pecaminosos y nulos a menos que sean verificados por un sacerdote católico romano. Requiere contratos legales firmados, declarando que todos los niños nacidos de aquella unión serán bautizados y criados como católicos romanos. Demanda además que el contrayente protestante tome un curso de seis a ocho semanas de instrucción en la religión católica romana, curso que deberá verificarse antes del matrimonio. Después del matrimonio requiere que el contrayente católico explote las intimidades del matrimonio para inducir al contrayente protéstente a que se una a la Iglesia Católica Romana. Todas estas pretensiones de la Iglesia Católica Romana se originan en la enseñanza de que el matrimonio es un sacramento instituido por Cristo, y que como tal está solamente dentro del poder de la Iglesia Católica Romana administrarlo. Tal enseñanza niega cualquier derecho a un ministro protestante o a un juez de paz para que dicte la validez de matrimonios de cristianos, ya sean católicos romanos o protestantes. El concepto protestante es que el matrimonio, aunque es una nueva institución muy sagrada, no es un sacramento, puesto que en el Nuevo Testamento no hay evidencia de que Cristo lo haya instituido jamás como tal. La enseñanza protestante sostiene que el matrimonio es "un estado honroso, ordenado por Dios para el cumplimiento y la perfección del amor de un hombre y una mujer.” Consecuentemente los protestantes no intenten dominar el matrimonio como lo hacen los católicos romanos, e intervienen solamente en casos en que está incluida alguna violación de la clara enseñanza de Jesucristo. En los países democráticos la validez del matrimonio, por voluntad del pueblo, descansa sobre las bases de un contrato civil. Los bautistas se sujetan a la ley en el asunto y no hacen ningún intento de explotar el dominio de él o aumentar el número de miembros de la organización de su iglesia como lo hace la Iglesia Católica Romana. Primero tenemos la dificultad de la forma del matrimonio mixto. La Iglesia Católica Romana no permitirá que un ministro bautista esté asociado de ninguna manera en la ceremonia, ni permitirá a un sacerdote católico romano ayudar en la ceremonia de un matrimonio bautista. Si un ministro bautista ejecuta la cere- IL HOGAR CRISTIANO 17