10 EL PURGATORIO Y LOS SUFRAGIOS . los Apóstoles. Si hombres que viven en diferentes países beben vinos que tienen un mismo sabor, gusto, y color, se deduce que el vino está hecho de una misma ^specie de .uva. Luego esta consoladora doctrina de la oración por los muertos tiene sus raíces en el árbol de conocimientos apostólicos plantado por nuestro Salvador. 5. He hablado ya de la devoción de los antiguos Judíos por las almas de los finados; pero tal vez muchos no sabrán que los Judíos conservan hasta el día, en su Liturgia, la piadosa práctica de rogar por los muertos. En medio de todas las peregrinaciones y vicisitudes de la vida, aunque desmembrados y dispersos sobre la superficie de la tierra, como ovejas sin pastor, los hijos de Israel no han olvidado o descuidado el sagrado deber de orar por sus hermanos muertos. No deseando hacer esta aserción sin tener la mayor evidencia, me procuré de un judío convertido, un Libro autorizado de oraciones de la Sinagoga, del que extracto la siguiente fórmula de oraciones que están prescritas para los funerales: “¡Difunto hermano!, que puedas hallar abiertas las puertas del cielo, y ver la ciudad de la paz y las moradas de la seguridad, y hallar a los Angeles que salen gozosos a tu encuentro. Que el Sumo Sacerdote té reciba y puedas llegar al lugar del último descanso, y levantarte nuevamente a la vida. Que el reposo establecido en la morada celestial... sea el premio, la habitación y el lugar de descanso del alma de nuestro finado hermano a quien el espíritu del Señor conduzca al Paraíso, que partió de este mundo por la voluntad de Dios, el Señor del cielo y de la tierra. Que el supremo Rey de los Reyes, por su merced infinita, le dé sombra con sus alas, le resucite en el último día, y le permita beber en la fuente de sus delicias." (Jewish Prayer-Book, por Isaac Leeser, publicado por Slote & Mooney, Fitodelfia). Siento verdadera alegría al. decir que los miembros más distinguidos de la Iglesia episcopaliana están volviendo a la fe de sus antepasados én lo relativo a las oraciones por los muertos. Un amigo mío, distinguido* ministro episcopa-liano en un tiempo, y hoy hermano en la fe católica, me ha dicho que centenares de clérigos protestantes de este país, y particularmente de Inglaterra, creen firmemente en la eficacia de las oraciones por los muertos, pero que por razones muy sabidas no hacen pública expresión de su fe. Fácilmente me convenció de la verdad de su aserto.