EL SEMBRADOR-------------
E L S E M B R A D O R
Distinguidos V ¡sitan les:
Compañeros Sembradores:
S ya tradicional en nuestra ciu-U - dad la celebración anual de las Semanas Médicas, reuniones estrictamente científicas que desde hace siete años viene organizando el Sindicato Neolonés de Médicos Cirujanos invitando a distinguidas personalidades en el campo de la Medicina, a Maestros cuya experiencia les ha consagrado una fama merecida y quienes haciendo un paréntesis en su diaria tarea que transcurre entre las Aulas Universitarias y los Pabellones de los Hospitales han venido a traer a sus compañeros de Provincia esos vastos conocimientos adquiridos en una de las más tenaces luchas, la de un honesto y devoto ejercicio profesional.
Meritísima labor la de nuestros Médicos al preparar la celebración de estos actos. Es indudable que su realización no es cosa fácil, <pie para lograr que cada uno de los números de ese programa tan cuidadosamente preparado se haya ido realizando, ha sido menester una entusiasta actividad de las distintas comisiones las que con organización y disciplina han hecho posible que por ocho veces consecutivas se ponga de manifiesto los firmes propósitos de la agrupación en mantener siempre en aumento el interés del Cuerpo Médico para su perfeccionamiento científico.
Y ese propósito (pie anima estas actividades interesa considerarlo por lo que significa una esperanza para el futuro mé-
CORTESIA DE:
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Pronunciado durante nuestra sesión de Septiembre 7, dedicatla a los Médicos asistentes a la lia. Semana Médica que. se celebró en esta Ciudad.
dico de Monterrey y de nuestra Patria. Porque, «piien no observa que el ejercicio de las profesiones se ha menoscabado al querer muchos convertirlas en simples medios para obtener el sustento dejando en un segundo término el fin mismo de la profesión, un ejercicio por vocación de la noble y delicada tarea de hacer el mayor bien a los semejantes al curarlos, aliviarlos o consolarlos en sus dolencias.
Y esa delicada misión del Médico que cuando no puede vencer a la enfermedad .influye sobre el espíritu de los enfermos para mantenerlo erguido frente a los dolores físicos, tiene que sujetarse al mismo tiempo que a mínimos indispensables de eficiencia a estrictas normas morales bajo cuya observancia se garantiza el bienestar de la Sociedad a que se sirve.
Por eso es significativo que el Sindicato Neolonés de Médicos Cirujanos siga firme en su propósito de continuar el desarrollo de estas importantes reuniones científicas, ya que en ese propósito se revela el interés que existe por lograr un perfeccionamiento profesional, condición indispensable para llegar al ejercicio honesto y cabal.
CORTESIA DE:
Atanco ^Nacional de ¿México, S. ¿/L Sucursal en SVlonterrey, dC.

¡Nuestro Club, entre cuyas finalidades está la de fomentar el desarrollo de nuestra Cultura y la de pugnar porque los valores superiores del espíritu sigan siendo la norma de las actividades del hombre y la Sociedad, nuestro Club que luchará siempre porque nuestra Patria cumpla su propio destino en esa trayectoria real formada por nuestra Comunidad de raza, de lengua y religión, aplaude calurosamente el esfuerzo hecho para lograr la celebración de esta Octava Semana Médica y se honra en sentar a su Mesa a los Directores de esa Agrupación y a los distinguidos Conferencistas epic están cubriendo el programa científico.
Para ellos, para los maestros visitantes diré a nombre de nuestro Club unas cuantas frases, expresión sincera de nuestros sentimientos:
Dr. /Izcarate, Dr. Mendizabal, l)r. Raba go, Dr. Ortiz Ramírez: Cuando el labriego, que camina sudoroso y descalzo sobre el surco, exponiendo su tostado rostro a los rigores de un sol estival, abre su tosca mano para dejar caer en la fértil tierra un puñado de semillas, qué simple aparece ante el profano en su tarea que solo la juzga como la de un trabajo ma-
CORTESIA DE:
¿Banco de ¿Nue^o ¿Eeón, S. c^.
SMontcrrey, 9V. ¿E.
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nual y en ese instante quizá como la de pequeños movimientos musculares al dejar caer tal vez indolentemente la simiente; para el profano aquel no es sino un labriego. (piiz.ií un gañán, no entrevee en él dignidad, personalidad, espíritu altivo. Mas quien se acerca a él tratando de sondear su espíritu, viendo en él al hombre con toda su eminente dignidad de humano, quien se entra a las cabañas donde desde temprana hora se vive ágilmente una vida llena de privaciones y de angustias, quien convive en la cariada, en la parcela, en los cerros donde el labriego por semanas y semanas viéndole romper la dura tierra y arreglarla y fertilizarla, y cubrir la semilla para, seguir después por meses y meses prodigándole su atención hasta ver el gérmen transformado en espigas doradas; quien a más de estas físicas tareas ve al labriego rodeado de sus hijos con su alegría de vivir, más con la incertidumbre de la prodigalidad de la tierra; cuando se le ve después de la dura jornada acogerse al reposo de la noche con la esperanza de que el cielo mande las lluvias que han de ablandar la tierra, esa tierra tan dura a veces para entregar su fruto tan ingrata a veces con quien pone en ella todo su cuidado, todo su cariño, toda su esperanza. Cuando se aprecian esas innumerables facetas de la vida de (piien camina por el surco, no se ve en el, no puede verse en él a una pobre figura a una unidad biológica; se ve en él a un hombre con cuerpo y espíritu, se ve en él a una criatura digna, a (piien cubre una vida con intenso trabajo, a (piien mantiene su fé en un destino y lo cumple hasta el fi-
(Sigue en la Pag 8)
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CORTESIA DE:
Cía. Pinícola del ¿Norte, s.
oMontcrrey, S\r. dE.