W3 j s' , ' Grupo de miembros de la Iglesia de Del Rio que estuvieron presentes en el agasajo ofrecido al Rev. Félix E. Soto y familia con motivo de la celebración del Día del Ministro. DIA DEL MINISTRO La Iglesia Metodista de San Felipe, tomó muy en serio este acuerdo de la Conferencia Anual, y los mayordomos respaldados por la Iglesia hicieron de este día, un día de gala. Para el pastor fue un día feliz, no tanto por ser un día en que se viera libre de la responsabilidad de preparar dos sermones, ni tampoco por los obsequios y expresiones de simpatía y aprecio de que fuera objeto, cuanto por el espíritu de sinceridad y buena voluntad‘que pudo observar en los hermanos de la Iglesia. En ese día los mayordomos de la Iglesia se hicieron cargo de todos los servicios del dia, de suerte que el pastor estuvo de vacaciones ' y hasta de navidad. El Hno. Abel Valdez, quien presidiera el servicio de las once, pidió al pastor y a su familia que pasara a ocupar la banca del frente, y el servicio en el cual hubo cantos, oraciones, lecturas de las Sagradas Escrituras, poesía, e himnos especiales, procedió con toda solemnidad e inspiración. El mensaje de esa mañana fue presentado por el Hno. Gilberto Cerda, quien en concreto dijera a sus hermanos estas palabras, "la mejor manera de alabar a nuestro ministro, no es solamente con hala- TROZOS Y ASTILLAS Nuestra Línea de Comunicaciones Si buenas intenciones pudieran salvar al mundo, si mera consagración y sinceridad pudieran salvarlo, el mundo ya estaría salvo. Si gos y obsequios, sino con vidas rectas, fieles y cristianas, Estas constituyen la mejor alabanza que se pueda hacer a cualquier ministro." En la tarde y sin que el pastor y su familia se diera cuenta, el hermano Cerda, experto en estas gratas sorpresas, nos llevó a su casa en donde nos esperaba una muy grata sorpresa, pues en su hogar un grupo de hermanos que nos esperaban y quienes después de habernos dado tiempo de que nos acomodáramos en nuestros asientos, abrieron la puerta de la recamara en donde se hallaban, _ y con expresiones desbordantes de alegría, nos manifestaron su aprecio y simpatía. Durante la merienda que se nos obsequió y de la cual participamos todos con gratitud y regocijo, los hermanos entregaron al pastor los presentes que la Iglesia hacia a su hermano ministro. Este fue un día feliz para to-.x dos, pues el rostro sonriente y alegre de los hermanos expresaban y decían mucho más de lo que era posible expresar con palabras y aun con obsequios. Dios bendiga a los fieles de la Iglesia de Del Rio, y aumente en ellos esta gracia. —Félix E. Soto, Cronista fuerzas humanas, inteligencia humana o recursos humanos, fueran suficientes para la tarea que Jesús inició y dejó en manos de sus dis cípulos, esa tarea ya hubiera sido terminada. Los bienes intencionados, seguidores del Divino Maestro han gastado suficiente energía, suficiente esfuerzo y sacrificio, para haber cumplido la divina comisión, si esas energías, esos esfuerzos y sacrificios, hubiesen sido dirigidos única y enteramente por el Jefe Supremo. Es cosa rara, triste, trágica, que los obreros de "la viña del Señor/' aún los más fieles en su sincera intención, se hayan lanzado al campo de acción tantas veces sin haberse puesto en contacto primero, y sin haberse mantenido en con-tacto después, con el Centro de donde debían recibir sus direcciones y fuerzas efectivas. En la presente guerra mundial, oímos y leemos constantemente de la importancia de las hneas de comunicaciones;" si el enemigo logra cortar la línea de comunicaciones, y así separa una división del ejército de su base de operaciones y su fuente de información y municiones, lo rinde inefectivo y fácil de vencer. Nuestro Maestro dijo, Yo soy la vida, vosotros los pámpanos: él que está en mi, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer/' Extraño es que intentáramos adelantar Su obra sin El, considerando que su compañerismo es tan grato y dulce y su ayuda tan esencial. No somos condenados al fracaso. Dios nos promete el éxito y la victoria, y nos proporciona el poder en sobreabundancia. Si Pablo pudo decir, 'Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece," nosotros podemos también. . Mantengamos intactas nuestras líneas de comunicación, por medio de la devoción y la obe-diiencia.—~Ben O. Hill Subscríbase Al HERALDO Es Su Periódico Página 7 lililí I6X THIS DRAWING IS SUBSTANDARD FOR PRINTOUT FROM MICROFILM