¿Z W«9ro .n 'tempo» El Dr. Sandor Haraszti, quien es un prominente médico y predicador bautista húngaro, y que ahora se encuentra entre loa refugiados de Camp Kilmer, Nueva Jersey, dijo al visitar las oficinas de la Junta de Misiones Foráneas de los Bautistas del Sur de los Estados Unidos, que los húngaros estuvieron “listos para pelear y morir a fin de obtener su libertad mientras que abrigaron la esperanza de lograr la liberación de su país." No obstante, al ver que el Oeste no les proveyó de armamentos y municiones, su esperanza se esfumó e iniciaron un éxodo para cruzar las fronteras de Hungría, explicó el doctor. Los rusos invadieron Hungría por segunda vez, el 4 de noviembre. Desde entonces hasta noviembre 14, fecha en que lograron escapar, el Dr. Haraszti, su esposa y seis niños vivieron apiñados en el sótano de su casa, donde se sentían más o menos a salvo del fuego enemigo. Al hacer su determinación para salvar a su familia y alcanzar el ideal que había abrigado por toda su vida, de ser médico misionero en Africa, el Dr. Haraszti empezó a hacer los preparativos para su fuga. Por medio de un amigo, quien era director de una compañía de transportes, se organizó un convoy de camiones y se obtuvieron documentos con el pretexto de que dicho convoy iría a Oyor, que estaba a unos 50 kilómetros de distancia de la frcntera oeste, para obtener grano. Los Haraszti y sus niños, que comprendían las edades de dos a doce años, abordaron uno de los vehículos. “Al cruz el país, muchas personas rogaban que se les permitiese subir también", dijo el Dr. Haraszti. El convoy fue detenido cinco veces por soldados rusos. Cada vez los Haraszti mostraban a sus hijos y rogaban a los soldados que les permitieran ir al campo, pues su familia necesitaba quietud y reposo. Al llegar a Gyor el viaje no terminó para ellos. El Dr. Haraszti pagó a un hombre dueño de un automóvil, para que condujera al pequeño grupo por caminos despoblados lo más cerca de la frontera que le fuese posible. "Nos deteníamos en cada pucblecito y preguntábamos si allí había soldados rusos o agentes de la policía secreta", dijo el doctor. “81 nos contestaban afirmatl- II El Dr. Sandor Haraszti v familia EL HOGAR CRISTIANO