TIEMPO DE B. C., Y SONORA SEGUNDA SECCION. — PAGINA 2 Moreno. Como priísta, he creído siempre que nadie es poseedor absoluto de la verdad y que sólo es posible reafirmar,y consolidar las propias convicciones equiparándolas con las ajenas. Me congratulo, como lo hacen mis compañeros de planilla, de que en el curso de los tres años que vienen, nos acompañen a la hora de hacer planes, preparar programas y emprender el trabajo, dos regidores d Partido Acción Nacional y uno del Partido Popular Socialista Sé que harán escuchar la voí, la opinión, los sentimientos de los hermosillenses que votaron por ellos, y que responderán con inteligencia, dedicación y empeño a su confianza. Como alcaldesa, mi respeto a sus ideologías y mi ofrecimiento formal de convivencia amistosa. Sean bienvenidos. . , . . • j No quiero seguir adelante sin dejar constancia de mi agradecimiento personal para todos los ciudadanos que depositaron su confianza en mi, entregándome su voto Como lo señalara durante su campaña el doctor Samuel Ocaña García, deseo que sepan que a cambio del momento que emplearon en votar por mi candidatura, quedo comprometida y obligada a trabajar tres años por ustedes. De manera especial, mi agradecimiento y mi solidaridad para las mujeres hermosillenses, que inclinaron la balanza a mi favor, de manera determinante. A las virtudes tradicionales de la mujer her-mosillense: la belleza, la moral, su entrega al hogar y a sus hijos, su dedicación a 1. familia, en los últimos años se agrega una más que la convierte en columna vertebral de la sociedad: su interés por la política, su participación cívica, su aportación para la resolución de los problemas de la comunidad: las abrazo a todas, les reitero las gracias y les pido de nuevo su ayuda inestimable, para lograr que la ciudad de Hermosillo vuelva a ser como cada uno de nuestros hogares: un lugar donde se trabaje, estudie, progrese y viva en paz la gran familia que todos formamos. Mi reconocimiento emocionado para los tres sectores del Partido que apoyaron mi candidatura y me auxiliaron en la campaña. Gracias a su organización puedo afirmar ahora, sin el menor asomo de inmodestia que conozco las necesidades de los hermosillenses. Sé que no obstante los esfuerzos de regímenes anteriores, en virtud del explosivo crecimiento del municipio, Un gran porcentaje de la población se encuentra sin agua potable y servicio de drenaje, sé que falta una intensa campaña de forestación para modificar las inclemencias del clima, sobre todo en beneficio de las clases que no tienen dinero para comprar aparatos de refrigeración ni para cubrir las tarifas que éstos causan, reconozco que hace falta extender las redes de electrificación a barrios y pequeñas comunidades. Estoy consciente que hay desempleo, sé que son múltiples las necesidades en las comisarías, delegaciones, los ranchos, ejidos y las diversas comunidades agrupadas en los límites del municipio. Y todo esto lo sé, no porque me lo hayan contado o porque lo baya leído en estudios o informes hechos por terceros, sino porque lo he vivido, he querido vivirlo directa y personalmente, para grabarme en la mente y en el corazón el propósito firme de ayudarles a resolver estos problemas. El municipio de Hermosillo ha llegado a adquirir dimensiones exageradas, según el Consejo Nacional de Población, el número estimado de habitantes para este año llega a 390,000 en la ciudad y poco menos de medio millón en el municipio, si se considera que el censo de 1970 dio 207,358 habitantes, ello significa que en 10 años la población se ha duplicado. También por esta explosión dem ^gráfica, más que nunca, parece explicable la afirma .ón de que ningún presupuesto alcance, por amplio qvr sea, para atender todos los problemas. Puede entenderse igualmente, que por el crecimiento desmedido de la población se acentúan problemas sociales graves como la vagancia, la drogadicción, el pandillerismo, la indigencia, el desempleo y la deserción escolar. Como presidente municipal de Hermosillo me resisto a cruzarme de brazos ante esta explicación, no admito que estos tumores sociales sean irremediables y haya que cargar con ellos para siempre. HerindsiUo afortunadamente conserva en su esencia el viejo y esforzado espíritu de quienes, al fundarlo y después, al engrandecerlo, se propusieron crear un vergel en el termo, en él desierto un oasis y, como dijera el doctor Ocaña en su toma de posesión, un tiempo y un lugar digno de vivir en ellos. Sostiene a Hermosillo el tronco recio de los que se aventuraron a hacer florecer las arenas de la Costa y la conquistaron sin más armas que su valor y su alegría de estar creando algo para la posteridad. Permanece firme ese tronco y ha dado ramas y frutos en familias vigorosas, celosas de sus tradiciones, de su solidaridad íntima, y del ejemplo de sus mayores. A Hermosillo lo han hecho tanto los sonorenses de estirpe, como quienes llegados de Je jan as tierras, del país o del extranjero, se han enamorado de su ambiente, de sus puestas de sol y de sus gentes. Las explosiones de amor personal, de personal confianza, de individual entrega al trabajo y al afecto diarios, son las características de Hermosillo. No soy ajena a estos sentimientos. Los vivo y los amo, por eso digo que contamos con un tesoro que ningún presupuesto puede comprar: la calidad humana de los hermosillenses, lo que nos falte en dinero para hacer un Hermosillo mejor, lo tenemos en empuje, en tesón, en ganas de hacer las cosas. Estoy convencida de que si aprovechamos esa calidad que no se achica, sino que se agiganta ante los grandes problemas, será posible devolverle a Hermosillo aquel ?y; ;KS $ 4., aire de gran casa de familia, de tranquilidad y de confianza para todos. De verdor y sana alegría, que fue el encanto de nuestra niñez y nuestra adolescencia, sin quitarle sus méritos de gran ciudad. Si....volver a aquellas calles sombreadas por mil árboles y aquellos parques sembrados de1 flores, un jardín en cada hogar, y un hogar para todos en cada casa. La convivencia afectuosa entre los vecinos, los desfiles y las fiestas populares en los que nadie quería quedarse sin participar. La confianza en propios y extraños. Las serenatas sin escándalos. La lucha de todos por mejorar el barrio y por sentirse orgullosos dfl él. Son aspectos que constituyen un ambiente que todos debemos de reencontrar. Es cierto, entiendo, que no se puede volver totalmente a ese ideal. La calle Rosales no pude volver a ser tan angosta que las frondas de los yucatecos se toquen de una a otra acera. Ya no es posible pasear a caballo en los terrenos abruptas que dan la espalda a la Universidad y que hoy son formidables colonias. Ya no es posible conocer por su nombre a todos los vecinos, ni ir a la escuela al centro a pie, ni matricular al hijo sin hacer fila. No es posible alquilar viviendas de palabra, sin firmar contrato, ni, en fin, dormir en catre en la banqueta o con la puerta abierta hacia la calle. Hermosillo es una de las ciudades más importantes del país. El crecimiento y el progreso cambian las costumbres, creo, entonces, que más que cambiar la ciudad oque retroceder lo irreversible, somos nosotros los que debemos hacer examen de conciencia y cambiar. Sí, debemos transformarnos, humanizarnos de nuevo y recuperando el amor y el interés por nuestros semejantes y por la comunidad de la que somos parte. Este es un requerimiento inaplazable. Hay que vigilar que haya orden en 84 barrios y colonias, limpiar y conservar 900 kilómetros de calles, ampliar y mantener las redes de agua potable y alcantarillado, asear y conservar los parques, edificios y monumentos: Proteger y atender al futuro de miles de jóvenes y niños, y velar porque funcionen bien los numerosos centros educativos que operan en esta ciudad. Pueden tener la seguridad de que no me atemorizan los problemas. No cederé ante ellos, pero es mi obligación decirles con toda franqueza que un gobierno municipal no puede hacer por si solo, ni la mitad de lo que Hermosillo reclama Les prometo una transformación histórica y vamos a lograrla, pero el ayuntamiento requiere el apoyo y la ayuda de todo el pueblo. No...no una colaboración comprometida ni a medias, sino que ¿leños deentusiasmo, de gusto y de amor por nuestro Hermosillo, ¡El jalón debe ser parejo! • Pido humildemente, de todos los hermosillenses su colaboración. Para muchos, Hermosillo es una ciudad bella, para mí, es una de las más hermosas de la República, no hace muchos años, era, además, la ciudad más limpia, ordenada y tranquila del país. No hay razón para que no ostente de nuevo el doble título. Si el pueblo me apoya, vamos a remodelar el centro de la ciudad, vamos a reponerle a Villa de Seris su dignidad pueblerina; vamos a sembrar flores y a plantar árboles en todos los barrios, a eliminar la basura, a borrar los baches de las calles, a pintar fachadas y construir banquetas, a hacer de los baldíos jardines mientras no se construya en ellos....,Y les aseguro que Hermosillo volverá a ser la ciudad más limpia y más bella de México. Se encuentran aquí como invitados, los señores ex presidentes municipales. Todos ellos, en su época, y dentro de lo que pudieron hacer, sirvieron a Hermosillo, para mí no son el pasado. Son parte del presente, porque les pediré que nos ayuden con su experiencia y sus consejos. Sus aciertos, nos ayudarán a acertar una vez más. Sus posibles errores, a no reincidir en ellos. Les agradezco su compañía y les pido su respaldo. Para mí, ellos, no son el pasado. El pasado está en la historia y la historia la configuran los hechos inolvidables y los personajes inmortales. La historia está en el capitán Agustín de Vildósola. eMundador de la ciudad. En el peregrinar de soldados españoles y de religiosos, como el padre Kino, empeñados en convertir los eriales en oasis y el salvajismo en civilización, pero está también en la leyenda del indio seri "Coyote Iguana” y de todos los que hicieron nuestras raíces. Para mí, el pasado es también la lucha de los liberales con Pesqueira contra el imperio de Maximiliano, y el valor, y la estrategia de Obregón en Santa Rosa y el sitio de Guaymas. El pasado es Plutarco Elias Calles transformándose de maestro en militar y en estadista y señera grandeza de Venustiano Carranza arengando al pueblo desde el balcón central del Palacio de Gobierno. Los señores ex presidentes municipales no son el pasado, son parte del presente y al pedirles su experiencia y su respaldo, ofrezco compartir con el pueblo en consultas cotidianas, mis aciertos que espero que sean frecuentes, y mis errores, que lucharé porque sean mínimos. Coincide mi llegada a la presidencia municipal, por decisión de las mayorías con el centenario de Hermosillo como capital del Estado, anhelo que esta efeméride sea como sólida plataforma que nos alcance a la conquista de elevados objetivos. Pensemos en quienes nos rodean y en nosotros mismos, pero también en el futuro, nada me será más grato que saber que en este tiempo hubo un puebfo que confió en una mujer deseosa de servirle y que juntos dejaron para la posteridad y como herencia, nada de riquezas desmedidas, o quimeras irrealizables y si mucho de esfuerzo tesonero, de honradez y de trabajo: de amor a Hermosillo y a sus gentes. Los problemas son muchos y los medios son pocos, pero confío en alcanzar los medios para vencer los problemas. Hace tres años, un hombre bueno, José López Portillo, le pidió tiempo a un pueblo bueno, el mexicano. Hoy, yo pido tiempo también, pido una tregua, al pueblo de Hermosillo. Si, una tregua para organizamos, para buscar las gentes y los elementos. Con la ayuda del gobierno federal, un grupo de 100 técnicos coordinados por la delegación en Sonora de la Secretaría de Programación y Presupuesto, están elaborando el "Plan Integral de Desarrollo Municipal", tardarán 6 meses más. El presidente de la República, licenciado José López Portillo, me ha ofrecido toda su ayuda. Cuento también, con el apoyo del gobernador del Estado, doctor Samuel Ocaña García. Pero, debo decirles bien claro, no vivimos cuentos de hadas ni tiempo de milagros. La ayuda que nos proporcionarán habrá de ser racional, merecida y justificada. El Ayuntamiento de Hermosillo carece de equipo adecuado para los servicios públicos. No hay barredoras, carros recolectores, radiopatrullas ni otros elementos en cantidad ni en calidad suficientes. Les pido, me den tiempo para planear, para gestionar y para actuar. Hay mucho por hacer y apenas vamos empezando. Yo les ofrezco: Preparar e integrar mejor los cuerpos de policía y tránsito de tal manera que se constituyan en factores de progreso y seguridad para todos y que sus funciones se desarrollen en los barrios, con identificación total con sus vecinos. Combatir el abuso, la arbitrariedad y la corrupción policiaca sin privilegios para nadie ni abusos contra nadie. La aplicación de la ley no debe ser pretexto para humillar a los desposeídos, mientras los poderosos quedan sin castigo en sus desmanes; hacer de Hermosillo una ciudad limpia, bella y tranquila, donde la vida sea digna y donde ninguna injusticia tenga asiento. Promover el turismo, la industria, la creación de fuentes de trabajo, y acoger con afecto, estímulo y espíritu creador, a quien invierta y fomente el crecimiento. Pero pido tiempo para actuar, porque no sería justo prometer lo que no pueda cumplirles. Me siento orgulloso de contar con la amistad del patriota presidente López Portillo y con la certeza de su apoyo. Me compromete coincidir en el gobierno con un hombre talentoso, capacitado, por formación y vocación, para el servicio público, como el doctor Samuel Ocaña García. Y me emociona saber, que como me lo ha dicho, tengo también la seguridad de su respaldo. Me da gusto ser la continuadora de la obra humanística de un hermosillense enamorado de su pueblo como el Dr. Ramón Angel Amante, cuya gestión se distinguió por su autenticidad y su espíritu de servicio. Y con López Portillo como guía y como ejemplo, con el Dr. Ocaña como orientador y jefe político nato del Estado, inició hoy con el pueblo de Hermosillo esta jornada de tres años que será intensa y sostenida hasta el último día. Ha llegado el momento de hacer realidades los objetivos que nos trazamos, ustedes y yo, durante los meses de campaña, y de iniciar la transformación histórica a que nos comprometemos. Debemos hacer de esta ciudad y de este municipio, nuestro hogar común, un sitio amable, progresista y seguro, donde cada uno aportemos algo para sentirnos orgullosos del título de hermosillenses. J Pero es preciso advertir que esta transformación histórica no será posible sin el apoyo de ustedes; sin la colaboración y el trabajo de mis copciudadanos, ese Hermosillo nuevo quedará en simple anhelo, sueño irrealizado, esperanza frustrada. En cambio: con la ayuda de todos, me comprometo a lograrlo. Digamos con López Portillo: de lo que acertemos a hacer ahora nosotros, los mexicanos, dependerá lo que nuestros hijos puedan ser y hacer mañana por México. Esa es la medida de nuestra responsabilidad. Ese es nuestro imperativo. ¡Viva Hermosillo. Viva Sonora. Viva .'México!.