El clericalismo ,
del Gral. Díaz
Una nulidad con fortuna
Mucho se ha hablado en los últimos veintisiete afics del pretendido liberalismo del Gral. Díaz.
Bastarían esos veintisiete afios de tiranía para echar por tierra la reputación liberal del Presidente, por-<ue la tiranía nunca puede ser liberal. La tiranía siempre es libérti* ¡ cida.
Para imponerse, las tiranías tienen que asesinar la libertad, y el tue asesina la libertad, no puede ser liberal.
El Gral. Díaz no solo ha asesinado la libertad; ba dado muerte al espíritu liberal del pueblo. Para lograrlo, le ha sido preciso corromper las conciencias per medio de los periódicos que asalaria, y proteger abierta y ostentosamente al clero católico, qtt¿ sólo medra y echa robustas raíces bajo los gobiernos tiránicos.**
El Gral. Díaz ha comprendido | que la milicia es impotente para sostener -errra tiranía, cuando el fraile no da la mano al soldado, cuando no verifican su unión maldita el sable y el bonete.
De ahí esa unión, ese maridaje, ese contubernio del soldado y el fraile, que ha sidode^deel comienzo de las sociedades humanas el grillete puesto al pié de los pueblos para aprisionarlos, y las sombras que invaden les cerebros de los hombre, para imbecilizarlos y envilecerlos.
Nuestros males presentes se deben á esa unión creada por la tiranía. Las tiranías, no podiendo contar con las fuerzas del pueblo, tienen necesidad déla fuerza del cleri-ealúmo. El clericalismo tiene su fuerza en su maldad. Ensombrece, i ahoga toda aspiración, enseña á obedecer sin examen, sin discusión. Hl clericalismo enseña la sumisión á todo peder político, por más que éate ultraje, veje, humille, 6 asesine. El clericalismo, .'por lo tanto, enseña á ser abyecto, vil, hipócri-
para efectuar un acto de contrición por los pecados cometidos, pues los curas se han empeñado en predicar que un arrepentimiento sincero salva de las hornazas del infierno. El Gral. Díaz se arrepiente cada cinco minutos; pero el atropello queda en pié, la vejación ha sido consumada
La conveniencia ha hecho tam-i bién que el Gral. Días sea clerical.
¿Qué apoyo sano podría tener el Gral. Díaz cuando ha violado las i leyes, ha dado muerte á los derechos y ha pesado á su capricho so-
I bre la nación?
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No podía encontrar otro apoyo que el del clero, que se distingue por su corrupción y su envilecimiento.
Desde antes de llegar á la Presidencia de le República, el Gral. Díaz era un buen amigo del clero.
Empujado por el clero se rebeló contra ti Gobierno esencialmente liberal del Benemérito Benito Juárez, contra quien lanzó injurias ante las cuales las de Bulues parecen galante! ías.
Su rebelión fracasó.
Empujado otra vez por el clero, se rebeló contra el Gobjeino democrático de Don Sebastián Lerdo de | Tejada. Leído de Tejada, verdadero patriota, se retiió al Extranjero para que no se por él.
Poifirio Díaz tonces sostenido das las leyes liberales han sido violadas en provecho de la Dictadura y del clero.
Los conventos ostentan su pros-I titución en toda la extensión de la República Mexicana. Las Leyes de Reforma son pisoteadas á cada ins tante, por clérigos disolutos, ó beatas histéricas, 6 autoridades que desempeñarían á maravilla la vil
I función de los sacristanes.
Las familias honradas sufren constantemente el amago de lalu-| juria del fraile, que mancha la honra de las mujeres sin sufrir una I multa, sin ir á un cal^ozo ó á la horca.
Todo eso lo permite el Gral. Díaz, para no perder á su aliado.
El clero impone gobernantes. Todos los Estados de la República están regidos por Gobernadores ignorantes y fanáticos que no tienen otro mérito que el de ser fieles á la Iglesia y al Gral. Díaz.
El Gral. Díaz no es liberal, porque si lo fuese no sería Dictador ni compartiría con el clero el Gobierno de la náción.
Es preciso que ésto lo compren-
LA HACIENDA PUBLICA
SAQUEADA
derramase sangre
imperó desde en-
Según las noticias censado de soportar el de Miguel Gárdenas, . Coahuila se prepara á luchar bMosa mente contra la reelección de este funesto personaje.
Miguel Cárdenas debe el puesto que ! ocupa á Bernardo Reyes. Cárdenas era en 1893 un abogadito Insignificante, sin talento, sin historia, sin ilustración, toso y banal.
Su miseria era extrema; sus ambiciones no traspasaban laa fronteras de sus modestas necesidades. Hubiera sido un regular escribiente de Notaría ó hubiera desempeñado á conciencia tal vez el puesto de archivero i de una parroquia, si circunstancias provideLciales no lo hubieran puesto en camino de su medro personal jnlo-oándolo en el Gobierno del Estado de Coahuila.
La insignificancia es nociv* en el Poder porque el Insignificante no tie ne prestigio alguno que conservar, ni historia honrosa que guardar incólume, ni simpatías viejas que cultivar, ni compre misos morales cumplir. Por eso es por lo que guel Cárdenas ha sido nocivo al lado de Coahuila.
Como tedoe Jos Gcberntdores, se ha preocupado más que de gran gearse la benevolencia del Gral. Díaz y para legrarla, ha tiranizbdo.
Cáidenas es un fervoroso de Ber nardo Reyes. Este fué^quien le sacó Ide la obscuridad cia, de la miseria.
Se dice que Cárdenas es tributario de Bernardo Reyes, quien «recibe de aquel 130. ÍOO.00.es. anuales.
Sea c< mo fuere, lo cieitoesque Reyes elevó á Cárdense.
En diez años de administración car denista, Cos hulla se ha hundido, co mo está hundido Nuevo León. Ber I nardo Reyes ha sido el Gobernador efectivo de Cc abulia Reyes ha nombrado los funcionarles coahuilenses, los diputado» coahuilenses y hasta los escribientes y me zos de las cfici ñas coahuilenses.
Cuanto decreto ha sido expedido por el Gobierno de Coahuila, ha pasado antes por la censura de Reyea Re ves ha sido el factotvwi; Cárdense el instrumento.
que tenemos, mal gobierno el pueblo de
que Mi-Ei.
no
a insignifican
¡ los libre de un tiranuelo, ee pongan á trabajar con vigor Independientemente de) corrompido elemento oficial.
No en vano h<n transcurrido cerca de treinta años de tiranía Ella nos al>er enseñado que siempre es inmoral é indigno de ciudadanos h^n rados y libres, deponer los derechos constitución alea para solicitar gracia de la Autocracia. Loa ciudadano» tenemos el derecho de remover gobernantes. y cometeríamos una vileza si voluntariamente nos despejásemos d- j ese derecho para que un extraño obrase en nuestro nombre.
Ba sido costumbre en nuestro país. I gracias á la corrupción moral creada P°F Porfirio Díaz, someter al arbitrio | । de la Dictadura cuanto negocio sólo I debe ser resuelto por la acción popular. Esa costumbre es disolvente, es inmoral y es crimina), porque ella i sirve bara fortalecer á la tiranía.
| Esa costumbre ha servido también I para comprobar que Díaz se burla de loe ciudadanos cuando se humillan ante él »n solicitud de gracia Influí dad de comisiones de todos los Esta-|dos han marchado á solicitar de la Dictadura la remoción desús gober- I
I nenies y sólo han obtenido la humi-I ilación y la vergüenza que acarrean
- actos no viriles, puesto que sus I t pañuelos han continuado oprimién dolos, asesinándclos, robándolos y I prostituyendo sus hogares.
Los coahuiJensfB deben tener presente que humillarse ante Díaz, es indigno de h< mbies bien nacidos.
Los liberales debtmo* congratular nos del movimiento que se inicia en < o>huiJa y nuestro deber es ayudar c< n todas nuestras energías á nu- s tres hermanos de ese Estado.
REGENERACION está á las órde-nes de te do movimiento cívico, que tienda al engrandecimiento de la de-mccracla.
Plutarco Ornelas.
LO QUE EL GRAL. DIAZ ORDENA A LOS C ONSULES.
Esas facultades embrutecedoras del clericalismo son los méritos que ha encontrado en él el Gral. Díaz, y por eso es por lo que lo halaga, lo adula, Jo protege.
El Gral. Díaz es clerical por edu-. eación, por .temperamento y por conveniencia.
Axicmálica es la insuficiencia intelectual del autócrata. Unes mezquinos estudios mal digeridos en xu primera juventud, fui man el bagaje intelectual del Presidente Díaz. Sin noción de la vida, sin estudio de los hombres, sin examen de las cosas, su espíritu ha cami- | dan los liberales que viven engaña-nado á tientas en las sombras de su raquítica instrucción, sin encontrar las causas de los fenómenos de la aaturaleza ó de las sociedades.
Era forzoso que un cerebro que
dos por los absurdos que á diario propala la prensa gobieiniMa. Es necesario que los liberales sepamos que ningún bien puede espetar la Patria de un Gobierno cemo el del andaba á rastras por falta de luz, I Gral- Díax- <lue pisotea las institu-luisiera levantarse por medios mis- ciones republicanas en obsequio del ticos, ya que sus facultades sen so- cicro traidor.
rieles eran como débiles pajas va- -----■
gando en las tinieblas.	y	_ n
lio» mexicanos»
El misticismo era una necesidad |
se niegan a traba-1 jaren el Mississippi.
pre ha sido ferociente católico.
Otra circunstancia ha contribuido además á fortalecer esa propensión mística del GraL Díaz: su temperamento.
Como Bernardo Reyes, el Gral. Díaz es un esclavo de la emotividad. La reflexión en él queda rezagada sin siquiera poderle pisar los talones á la emoción. El Gral. Díaz obra por simpatías 6 antipatías; por debilidad mental no discierne, no estudia, no discute. Su sistema de gobernar indica claramente la simplicidad de sus ideas y ae reduce á hacer el bien á los que adulan, á los que se humillan; y perseguir á los que no adulan ni se ¡ humillan.
Y cuando persigue, encarcela, •prime 6 veja ¿qué explicación puede dar á su conciencia de esos actos tiránicos, si su intelectualidad es, impotente para discernir? ¿Cómo reconciliarse con la conciencia después de atropellar 6 de vejar, •uando el cerebro está ocupado por las sombras?
No le queda al Gral.,Día$ otro recurso que acudir al catolicismo
En los campos algodoneros del Mississippi,, trabajaban antiguamente los negros, y .'uando estos I faltaron, fueren á trabajar allí los i mexicanos.
Pero los mexicanos fueron mal I tratados y mal pagados, y hoy se niegan á prestar sus servicios en el Mississippi. w
Hacen muy bien nuestros compatriotas en negarse á trabajar donde se les explota, dende se les roba su salario y donde no se les trata con el respeto que merece la dignidad de $odo hombre. Su conducta debe ser imitada, pues es necesario hacer comprender á los yankees que el pexicano, aunque su Gobierno lo tiene abaldonado y aunque sus Cónsules no lo protejen, es capaz, ¡ por su propio esfuerzo, de hacer respetar sus derechos y de hacer valer su trabajo. Los mexicanos, quienquiera que sean y donde quiera que se encuentren, no deben per-1 mitir huñiilliciones ni explotaciones. Es preciso que hagamos respetar nuestra nacionalidad.
denas ha sido un perpetuo desbarajuste, ub continuo desorden, donde han podido encontrar las manos rapaces, amplio campo para salla facer sus apetitos.
Con pretextos haladles han sido I gravadas las rentas del Estado, para satisfacer necesidades personales en cambio de la minria genera).
Frst<xtaido aliviar el mal estade del Tesoro coabuileose y la necesidad de empeider alguna» mejoras mate ríales, Cárdenas contrató en el Ex tranjero un en piéstiio de...........
12 COO Í'OO 00 es.
El Teatro no experimentó alivio al guno con ese empréstito n! se ejecuta -ron la» ebras materiales para las que se contrató.
Los dos millones de pesos se gesta ron en un ferrocarril que tne á Salú Do con las propiedades minera» de. Sr. WPliam Purcell en las que está interesado Miguel Cárdense, y en otras obras de provecho particular.
Aparte de este empréstito, las rentas del Estado han sido gravadas con di ferentes ccmps fifes extranjeras, al grado deque la penuria ea endémica en laa arcaa del Estado y que solo se encuentra dinero en loe bolsillos del Sr. Gobernador, porque si Migue) Cárdenas ea torpe para administrar la hacienda pública, ea habilísimo para fomentarla privada Cárdenas que antes de entrar á funcionar como Gobernador de Coahuila, veía con ho ñor laa alburas aurórales porque ellas le anunciaban el cc míen so de un nuevo dia de estrecheces pecuniarias, cuenta hoy con una fortuna no me ñor de cuatro millones de pesos.
La administración de Cárdenas ha sido fatídica. Como en Nuevo León, loa cadalsos se han multiplicado a) paso de la Acordada.
Laa rapiñas, las injusticias, laa exacciones, todas las violencias y todas laa maldades, han pajeado au impunidad por Coahuila con evidente agravio de la civilización.
Por todo eso, Jos coahuilenseajion-rados, loa que no roban, loa que no ejercen de verdugos, loa que no reciben dinero de Cárdenas para delatar á sus hermanos, loa independientes, en
Eftado librado de mancha» y de ver gODZoeov eetlgfiSalT^W* proponen luchar con brío para elevar si presto de Gobernador del Estado al Sr. L*o Frumencio Fuentes, liberal honrado y modesto.
'• REGENERACION ve con gu^to esta reacción de civismo. La Patria necesita psrater feliz, que todos sus hl jos se interesen por loe negocios pú blicos.
Una cosa deseamos; que los coshui lenses, haciendo á un Ja^o asa oca lumbre penosa para Jos hombres de honor, de marchar en ce misión á con-J ferenciaroon Porfirio Luí para que
Al fin se decidió á marcharse Plutarco Ornelas, con gran satisfacción de los mexicanos de esta ciu dad, que deseaban librarse de ese Cónsul apático y perfectamente inútil, queen 26 años de empleo no hizo el más leve servicio á la colonia mexicana.
Si bien nos felicitamos y felicitamos á los mexicanos de San Antonio por la marcha de Plutarco Or nelas, no podemos menos que dar el pésame á los de San Francisco, I Cal, que con un Cónsul como éste, van á estar peor que si no tuvieran ninguno. Nuestros compatriotas de San Francisco verán á Ornelas dis frutando alegremente de su sueldo, solazándose en diversiones y paceos, gozando de la vida; pero no lo vetán trabajando y luchando poi el bienestar 6 el mejoramiento de los mexicanos.
, El Dr. Ornelas salió de San Antonio el día 8 del actual. Lo substituye en el Consulado su hermano! Don Enrique Ornelas, de quien hemos oído juicios muy favorables, que esperamos ver confirmados por los hechos.
Ya que de Cónsules tratamos no será por demás hablar aquí de una cosa importante. Sabemos que todos los Cónsules de México en este país tienen órdenes expresas de Don Porfirio para que procuren no disgustar al Gobierno de los Estados Unidos. Tienen prohibido amparar las reclamaciones de mexicanos y hacer protestas contra las autoridades yankees cuando estas atropellan á nuestros compatriotas. El conocido servilismo del GraL Díaz para con los americanos expli ca estas órdenes inicuas, y estas órdenes explican á su vez la indife- ¡ rencia de los cónsules mexicanos para protejer á los hombres de su misma raza.
No sabemos si Don Enrique Ornelas tendrá ya estas instrucciones ni si estará dispuesto á cumplimentarlas. Nosotros desearíamos que las esperanzas que han puesto en él los mexicanos se vieran realizadas. En todo caso, juzgaremos su conducta, cualquiera que sea, con nuestra acostumbrada - imparcialidad.
Bernardo Reyes
•'II Colmillo l*eblico.M
Bernardo Reyes ro se siente satis-focho de sí mismo el dia que no comete a'gún exceso dictatorial.,. Bernardo Reye» está siempre al acecho
<le una oportunidad para atropellar un derecho, para ultrajar un principio, para burlar una hy.
La última hazafia del atrabiliario K- bemnote, que ha llegado á nuestro conocimiento, tuvo lugar la semana I rasada y consistió en rec< jrr al A-tfpnte de AZ Colmillo Público cuanto» ejemplares tenía de ese periódico, que provocó, laa iras de Don Bernardo, porque se ocupa en exhibir al famélico y desprestigiado reylamo, distil gitiéndose por su virilidad y su buen juicio.
Bernardo Reyes se irrita cuando un periódica independiente dice alguna verdad acerca de su persona ó de su partido. No puede sufrir que le recuerden su» infinitos fracasos ni que le auguren »u» probables desastres; no pufede tolerar que le hablen de sus | ruines ambiciones, de sus Imposibles I ensueños y de su patente desprestigio.
No pudo, en consecuencia, tolerar á El Colmillo Público, que honrada y enérgicamente ha presentado ante el pueblo loe anteo dentes* sombríos y las miseria» actuales y los peligros futuros del reylsmo.
Si Jos Redactores del citado semanario hubieran estado en Monterrey. Reyes los hub.era alojado en la Pe nitenclaría y loa hubiera tratado co mo acostumbra tratar siempre á los periodista»; lo peor posible. Pero no
i lo» tuvo á su alcance, y se vió en Ja । necesidad de eunfo) marte con recojer । el número 60 de El Colmillo Público El atentado es palpable: recojan, sin ni' tivo h gal a guno, los ejemplares de uo periódico que no contiene nada delictuosa; despojar A un agente de esos ejemplares qu» le costaron su di ñero; atropellar la ley, las garantías Individuales y hi sta la propiedad, solo por desah. gar un odio ó por sa t sfacer un capricho del gobernante, es acto que causaría rubor á un cafre; pero que á Bernardo Reyes le parece enteramente natural.
No hay que olvidar que el Gral. Díaz dijo á Reyes en ocasión solem* ne: ¡Así se gobierna!
Todavía hablar, moa de “El Colmillo Público,” no ya para lamentar la persecución de que es víctima, sino para felicitarlo por su actitud levantada y digna en un asunto en qüe hasta hoy sólo habíamos encontrado humillación y cobardía, sin tropezar con la hermosa nota discordante de la virilidad y la honradez.
Nos referimos á las fiestas presidenciales, que se preparan para Dlelem-bre próximo. El servilismo oficial, deseoso de llevar su contagio á todas I partes, invitó á la Prensa de la Capital á que tomara su número respectl vo en los festejos que se harán á Porfirio Días, con motivo de su perpetuación en el poder. La ‘‘Asociación de Periodistas” recibió la invitación, y convocó desde luego á una junta. El objeto de esa junta no faé discutir si se aceptaba ó no la Invitación, que era el trámite Indicado, pues podía haber, como hubo, personas que no estuvieran dispuestas á adular al Gral. Díaz ni á rebajar la dignidad de la Prensa tomando puesto entre e reharto de serviles que desfilará el 19 cié Diciembre bajo los balcones de Palacio Nacional. Pero no, los repór tere de la ‘•Asociación” dieron por aceptado el convite y convocaron slm plemente para acordar la mejor ma ñera de rendir bus homenajea al Dio tador.
En vista de tal circunstancia, núes
I tro honrado oubga “El Colmillo Pú. blico” ¡no concurrió á la junta ni nombró representante, pues, legún manifiesta, reprueba los festejo» que los aduladores van á hacer á Don Porfirio. Dice nuestro apreciable co lega:”.... Siendo nosotros, “El Colmillo Público,” demócratas y libera íes puros y de oonvloclón, enemigos del el erlcallemo y del militar’imo, mal pudiéramos felicitarnos ni fel¡cl-I tar al Gral. Díaz, por un hecho que entraña la negación de la Democracia y que significa la catalepsia de la Libertad, el imnenio del clericalismo y el reinado del militarismo por sel» afios más.”
Tiene razón “El Colmillo Público” j noe< tros lo felicitamos por haber dado la nota discordante en el con-cierta de los servilismos, de las degradaciones y de laa bajezas. Su ac titud honrada, patriótica, viril, e» merecedora de aplausos en estos tiem pos en que una ola de cobardía y de abyección envuelve todas las almas y doblega todas las cabezas á la» plantas de Porfirio Díaz, el opresor de nuestra patria.
MUERAS A CARDENAS
En una manifestación pública efectuada en Matamoros de la Laguna, Coah,, los ciudadanos vitorearon al candidato popular para Gobernador del Estado Sr. Lie, Frumeucio Fuentes, y lanzaron vigorosos «mueras» al inepto y servil Gobernador Miguel Cárdenas, protegido de Bernardo Reyes.
Felicitamos cordialmertc ó los dignos ciudadanos de Matamoros de la Laguna por su civismo. Los pueblos que manifiestan virilmente su desagrado por los tiranos, son pueblos dignos de ser libres.
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Para todo asunto dirijirse al Director.
teL Sr. Francisco Finney es NUESTRO AGENTE EN MEXICO
DEMDCRaCIK
Vna elección en loe
Matado» l'nldos
La noche del 8 al 9 del actual se conoció el resultado de las elecciones para Presidente de los Estados Unidos.
Hemos visto un espectáculo que nunca conocimos en nuestra patria no obstante que nuestra patria se lln-ma República y no obstante que nosotros nos llamamos ciudadanos. Hamos contemplado un espectáculo de democracia.
El dia 8, y sobre todo la noche, fueron de ansiedad inmensa. Todos se preocupaban por el resultado del en-crutinio que estaba verificándose. La gente se agolpaba frente á las ofioi-cinas de los periódicos que, de momento en momento, recibían y daban á conocer al público telegramas que señalaban las peripecias del escrutinio. La curiosidad devoraba los ánimos y las emociones se sucedían vio-entas. Tan pronto la mayoría devotos estaba á favor de Parker, candidato del Partido Demócrata, como á favor de Roosevelt, candidatodel Parado Republicano. Se ignoraba quien triunfarla al fin, pues loe nombren de loe dos candidatos salían casi con igual frecuencia de la urna. Quien •Asegurabais Vitoria de Roosevelt,' quien la de Parker. Por fin, el telégrafo transmitió > última noticia, y una gran emoción conmovió de un extremo a otro, el organismo in men so de la nación Americana: el Parti do Demócrata estaba vencido; Teodoro Roosevelt era el Presidente Constitucional délos Estados Unidos..
¡Qué diferencia entre este espectáculo imponente, grandioso, deinocrá.1-co, y las ridiculas farsas electorales con que se ultraja al pueblo en nuestra pati la!
En México una elección presidencial no provoca emociones, ni ansiedades, ni duda». En México, la tiranía ha impedido el democrático funcionamiento délos partidos políticos, y todos sabemos fque siempre bligadamente ha de triunfar en lección presidencial, el único y no candidato que desde hace 27
enaombrece nuestro horizonte con su fatídica figura. Todos sabemos en México que Porfirio Díaz se ha de imponer brutalmente en el puesto que usurpó á Lerdo de Tejada, y por eso ante otiesVas pretend das elecciones no «entimos curiosidades ni ansiedades; cuando más sentimos indignación.
TPero aun no lo hemos perdido todo. Si luchamos honrada y patrióticamente contra la tiranía, pedemos restablecer en nuestra patria querida el reinado de la Democracia.
a fice
Culta divarainn
Teatro Salón de la Unión.
Compañía dramática dirijida por el Sr. Francisco E. Solórzano.
El sábado 12 se pondrá en escena el drama en tres actos titulado «El Conspirador del Rey* ó •La batalla de las Damas,» y el do-mingu la preciosa comedia «Los dulces de la Boda» y la zarzuelito ¡Quién fuera libre’
Los precios de entrada serán de
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