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PAGINA EDITORIAL
PAGINA TUES
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La Protección a la Industria y el [[ CARNAVAL V LOS BAILES
Problema de los sin Trabajo
El Estado de giiiendo el ejemplo de los de Nue vo León y Coahuila, si no nos equi voeamos, acaba do promulgar una. ley de Protección a la Ijidustria que, por lo demás, recuerda muy de cerca, las líneas generales de los mandamientos legislativos que la procedieion.
Ya se sabe cuáles son ellas; la protección a la industria consiste en ciertas re luccidnes de las cargas fiscales en favor de los establecimientos industriales que reúnan deteiminados requisitos establecidos por la propia ley.
difundiendo el “chomage cada, vez más, por virtud de la baja de poder de compra que implica ia desocupación de tantos mi lares "*e hombres, sin más patiimonio que su fuerza de trabajo. Livali-
Habla un colega tapatío:	materno o saltan de los brazos de
Quien haya lijado en estos úl- sus amas cuando oyen un pasacalle tocado por la tropa.que se acer ca. Quién ha dicho a esas eriatu-
timos días su atención en la mar-
cha de los sucesos no podrá ne-
gary por muy pesimista que sea ras que la música sirve para b por mucho que abomine los
Chihuahua, si- ro de estos ensayos legislativos tendientes a estimular las inversio nes. Sin embargo? parece que los resultados conseguidos hasta la fecha en Xuevo León cuya ley es la más antigua, son lo bastante
halagüeños, para justificar todas dos todos ellos como compradores, las esperanzas.	i reducen la capacidad adquisitiva
¡del mercado, y, por ende, la posi bilidad de venta, que es vital para el sostenimiento de las empresas industriales.
Aún cuando se hagan a un lay.o:
Y esto ya es un punto de perdi da que no debemos desdeñar. .
Sufrimos, desde hace muchos ■■ meses, una. depresión de la actividad producto! a que se traduce — como acostumbran algunos eco en un aumento ininterrumpido del j iiomistas devotos de la doctrina número de sin trabajo. Como la iliberal, que equiparan los fenóme
lar? Nadie, es el instinto; es la tiempos presentes, que aún la hu fuerza del temperamento anterior manidad se divierte y todavía hay entusiasmo y todavía queda algo que gastar. Basta una mági ca palabra estampada en pliego pequeño de papel satinado para poner en movimiento a toda una. sociedad. Basta que esa palabra sea. impresa en los diarios de cual de bailar. Porque el baile es de to quiera Capital o de cualquier pue dos los tiempos y de todas las épo blo para, que, como un resorte, cas y lo único que sucede es que mueva a la genio joven y a buena hay días, o hay fechas en que se parte de la. gente madura. Esa. pa- manifiesta, con mayor intensidad.
del individuo.
El espíritu público palpita en ciertas épocas del año bajo los pre cipitados compases de un “one*" como bajo los lentes de un tango; pero eso no quiere decir que i.ea primativo de esas épocas el afán
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Con el fin de gra-duar las aludí das franquicias, se hace una clasificación de las industrias benefi ciarías, según la proporción * en que empleen materias primas del Estado, de la República y extranjeras. A los grupos así formados, corresponden rebajas de contribu clones variables, durante períodos de años que difieren de uno a otro.
Resulta de ello que el tanto por ciento de las cuotas de impuestos que tienen que pagar, va ascendiendo de año en año, desde el 5, en el caso más favorable.—Grupo I. de las industrias del Estado —hasta |el 100%^ Sería aventura j
do afirmar algo sobre el fruto que petidó aqui mismo, esto tiene, ..-n i cálmente sé obtmidría en lo futuhre otras consecuencias, la de ir ............................................................
HHARGOr Callejón Pino Suá gz Núm. 132 ■
nos sociales con los físicos,—-las consideraciones de carácter huma, nitario y la. visión de Jos sufrimien tos que padecen los proletarios faltos de ocupación, es preciso, pues, darse cuenta de que el paro amenaza, de modo indirecto, la estabilidad de la industria capitalista, la suerte de los dividendos que produce, y a la postre, la for taleza de la. misma economía nació nal.
estadística se halla a tal respeto en pañales aquí; como no hay ni la más modesta, base en que fundarse para hecer cálculos sobre la cantidad de los desocupados, r imposible saber a ciencia cié ta. cuántos hombres están actúahnen te sin ocupación.
Las noticias que de cuando eir cuando publican los periódicos peí miten, sin embargo, suponer que
el paro asume una extensión considerable. No son sin duda exagera) Ello está, indicándonos la irn-dámente pesimistas quienes cá7eu- ^poi tancia de que se le considere co lan que docientos mil trabajado-- mo un problema de inteiés generes1, cuando menos, se encuentran f ral, cuati resolución conviene a to sin que hacer.
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labra es “BAILE”.
- Cuando llega el Carnaval, esa palabra arrebatadora salta de todos los labios y tiene en continua movilidad, como dice un autor español, hasta los más sedenta ríos habitantes de los pueblos. Las correspondencias de Culiacán, Tampico, Durango y muchas muchísimas más nos han estado Ira yendo Jos ecos de esas festividades carnavalescas, que si han teñí do otras frases en su desarrollo, ha sido el baile, la base y culmina! ción de todas ellas- '
El Carnaval es una página que el hombre pensador no debe vol ver con indiferencia, decía Selgas. Porque en ninguna parte como en el baile puede estudiar el filósofo con más provecho las caprichosas ! actitudes de la. humanidad. Sería inútil ir a sorprender al baile en su primer movimiento; pues acaso ya. nuestros primeros padres ean el arte .coreográfico; llevaban dentro de si el germe inquieto de todas las danzas que andando los tiempos se fueron u*. sa.rrollando. Y vaya, que no tuvie ron los tiempos que andar mucho para llegar a las danzas sagradas que el Rey David bailó ante el 'Ara. Qué más? El principio de la ¡humanidad fue una pareja, y 1
I pareja es asimismo el principio Si las leyes de Chihuahua, Coa básico de la coreografía.
hqila y Nuevo León a, que nos hemos referido, no tuvieran más mé rito que el de ser otros tantos es-
dos. Y partiendo de esta consideración, que se le trate en serio, con rapidez y energía, sin esperar a que lo solucione el tiempo, a'eos ta. de dolores espantosos de núes tras clases proletarias.
Ahora bien: la manera, si no de lesolverlo en difinitiya, porque ello exigiría una modificación profunda de la. organización econó mica, y de atenuarlo al menos en lo posible, es facilitar la apertura de nuevas fuentes de producción. Có mo? Creando, hasta donde núes tras capacidades lo permitan, sin sacrificio de nada ni de nadie, con # diciones deseables para la inversión de capitales.	[
I Nada habría, por lo tanto, qué decir del baile como una función natural del individuo, si no fue ra porque esa función ha. degene rado hasta convertirse en algo i que pugna con el pudor que Dios puso en los rasgos de la mujer y con la decencia, que debe ser la ca. < racterística que mueve al hombre en todos sus actos. Mogigatei'ía ? LTtramontanismo? Nada de eso: ; en todos los tiempos se han coiné
I ido abusos con las constumbres más: sencillas. Hoy día los* bailes han adoptado en los salones, en la escena teatral y al aire libre, formas que deben ser corregidas hasta dejarlas compatibles con ta. honestidad, que es base de la vir tud en la mujer. Y para que no de hería serla también en el hombre. Y para que no se nos tilde de in-trasigentes o asustadizos, que se pregunte a los mismos que practi si no
hallan en los bailes del presente ’ nada, censurable en cuanto a la forma, concediendo que en el fondo no lleven Jos bailadores otro fin que le de un ejercicio y de un esparcimiento.
Que deshonestos y mal intencionados? Pues cómo no! Ahí está. la danza de Salomé. Pero lia sido alguna voz recomendada esa danza como im modelo digno de
El baile es, pues, algo antiguo j ser imitado por cualquier doncella; que su origen se pierde en las ne recatada?
fuerzo^oriáitadosdnáal"s^tidó, J’ulosi<lílde« de tiempos idos.l Que se baile en buena hora. La con ello sería, suficiente para que S1 h*sl°ri*1 guarda un diseie -fueran dignas del aplauso general. lea«° ac®rea' del inventor del 	baile, ello debe ser porque nadie lo inventó, como nadie inventó tampoco hablar. Pero la Historia, se refiere al baile como se refiere a las palabras, sin decirnos cual fue su origen, o por mejoir*'decir, j
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El Estado, han afirmado reiteradamente algunos eminentes direc tores de industria, Ford entre ellos, el Estado no puede estimu lar directamente la. producción in dustrial, dentro del tipo de soeie-* qUleiies fueron }os Primeros que dad capitalista en que vivimos. I emPlearon Para entenderse re. Los intentos que se han hecho, no ^1PIoeaniente-han dado hasta ahora sino medio eres resultados. Debe, por guíente, concretarse a usar proce. dimientos indirectos.
Hay que ver cómo los chiqui-consi- líos aún antes de tener uso de razón, se mueven sobre el regazo
De todos ellos, el más seguro y.yv,tllro^a(I<L l)Or Chihuahua ahor, y el más fácil de aplicar, es el fiscal. I ^ntes P01	otros Estados
Logra el Estado equilibrar su pre ,de la RePÚblica, debería ampliar-supuesto, sobre un plan de econo ;se‘ otras P^Ubras, que la re-mía máxima, y se halla en eondi' d,uccwa de tribut°8- médula dc di cienes entonces de reducir la car ,e la P° debiera hacerse, — ga de la t-ribuNición. Aligerada en las mismas proporciones,
claro está,—de un modo general» en beneficio de todas las empre sas establecidas en el país.
< Para que ello fuera posible se necesitaría., naturalmente, un cui (dadoso ajuste de nuestro mecanis mo fiscal. Habría que disciplinar . y ordenar las finanzas municipa
ésta, la industria, se coloca, automáticamente casi, en situación mucho más favorable, y los inversionistas encuentran menos moti vos de duda, para decidir la funda ción de nuevas empresas.
Porque cuando el fisco se lle-
va una. parte considerable de la’les, locales y federales, y que abo utilidad con que el empresario lir en absoluto la inestibilidad en cuenta-, el deseo de afrontar los la tributación, y las improvisacio-riesgos de un negocio, siempre nos financieras.
aleatorio, se encu?ntra contrarres Porque de todos los males q-ic tado por la idea de que el Estado padece en nuestro país la activi se llevará la mayor porción del dad económica, ninguno tan grail-fruto que con tantos afanes pue de como el de la inseguridad y la da obtenerse.	desorientación que dominan el
Quizá cabría deducar de lo an-1 medio en-que tiene que desarro-terior que la recomendable poli liarse.
tica de fomento a la industria. de-| “El Universal’México.

alegría es hasta una virtud, como dice Santa Teresa. Lo malo está, en convertir las cosas inocentes en
algo que no lo es.

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